Más allá de la venta en línea, los melómanos tienen cada vez más opciones para saciar su pasión

Lunes 7 de julio de 2025, p. 6
Discos, discos y más discos. Sí, es cierto, hay un renacimiento del vinilo que en los últimos 20 años ha dejado los precios de las nuevas ediciones en un valor alto; sin embargo, en la Ciudad de México la gran cantidad de discos que se editaron en el siglo XX siguen apareciendo en los tianguis, casas de muebles usados, en bodegas de vecinos, etcétera; cuando una persona asume la misión de conseguirlos, la metrópolis entera se convierte en un potencial contenedor de material discográfico.
INAH
Como ejemplo de la riqueza fonográfica de México, basta con buscar la memoria contenida en el plástico de los discos editados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia: componen una aproximación a la música de muchas regiones de México, un registro de docenas de elepés que abarcan diferentes tribus, danza folklórica y muchísimo más. El hecho de que estas colecciones continúen en circulación da cuenta del éxito por difundir esa variedad de cultura musical, forman un patrimonio casi inagotable.
Establecimientos especializados
Ante la facilidad para comprar discos en línea y la multiplicación de locales comerciales, algunas tiendas se especializan en nichos específicos, ya sea rediciones limitadas, discos usados en muy buen estado o música menos convencional. Los establecimientos de discos no sólo eliminan el tiempo de espera entre la compra y la llegada por mensajería; en el caso de las tiendas especializadas, los encargados ofician el rol clásico de guiar al cliente potencial entre océanos cada vez más amplios de música desconocida.
Manuel Carrasco tiene la tienda Revancha desde antes de que la calle Colima albergara una cantidad diversa de negocios: “Es una tienda enfocada en ritmos del funk al jazz, pasando por ritmos tropicales y una selección que va de Luis Miguel a Los Beatles. La idea de la tienda de discos fue porque identifiqué que se necesitaba una tienda exclusivamente para ciertos géneros y tipos de música. La aproximación ha ido cambiando y se ha expandido, incluso por el equipo que trabaja ahí, no quiero decir al crate digging (término del hip-hop para nombrar el acto de buscar entre múltiples cajas de vinilos hasta encontrar la música deseada), pero sí viene como de ahí. Gracias a mi contexto y antecedentes en el hip-hop estoy familiarizado con lo que busca la gente que le gusta este género, y este tipo de discos es el que tiene la tienda. El criterio se fue ampliando gracias a los que trabajan aquí: Brendan Flannery tiene una formación más cercana a la música latina y Feña también, con orientación hacia el jazz”.
Para elegir un disco en la vastedad del Internet y obtener una copia física es necesario algún tipo de criterio. Para Carrasco, que también toca discos bajo el alias Gran Eme, la curaduría es indispensable, es lo que hace especial a cualquier tienda de discos, que como cliente sepas qué puedes encontrar o dónde ir a buscarlo. En mi experiencia como comprador, cuando voy a una tienda muy grande y hay de todo, a veces da hueva. Sé que hay gente que le gusta eso, pero en la Revancha damos prioridad a la selección. El catálogo no será tan grande como el de otras tiendas, pero la gran mayoría de nuestros discos tienen cosas que pensamos que son muy chidas
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Para Carrasco, los discos que se exhiben en las paredes por arriba de las bateas funcionan como guía para el consumidor: “Alguien que lleva años comprando discos puede identificarlos inmediatamente por los discos en exhibición. En cualquier parte del mundo miras y dices: ‘órale, ya sé de qué va”. Lo primero que haría como comprador es revisar los comentarios en redes, ahí te puedes dar una idea del catálogo que manejan. Mi recomendación sería hacer una muy breve investigación acerca del perfil que tiene cada tienda, así ya sabes más o menos qué vas a encontrar”.
Los changarros, el Chopo y los tianguis
Los discos no sólo se consiguen en línea o en tiendas; también están en changarros, como los que se agrupan entre las estaciones del Metro Juárez y Balderas. Muchas veces los changarros venden algo de su material a tiendas, convirtiéndose en los intermediarios entre los discos que se consiguen en los tianguis y se venden los locales. Si en el ejemplo de las tiendas de discos se aprecian las recomendaciones y el conocimiento específico, a veces también es necesario el desconocimiento de los vendedores para hacerse de alguna joya.
Alrededor de innumerables puestos de ropa que se extienden por el Eje 1 Norte, desde el Chopo hasta la biblioteca Vasconcelos, el tianguis de rock sigue siendo un lugar donde se pueden conseguir discos interesantes, especialmente para intercambiarlos, que en numerosas ocasiones es injustamente controlado por la policía.
El tianguis permanece como el último lugar al que van los discos antes de volver a un mercado formal o perderse por siempre. En éstos pueden encontrarse discos que no aparecen en otros lados, la competencia puede ser feroz y amerita la pregunta: ¿Qué sucede cuando dos viciosos de los discos intentan hacerse de un vinilo en el mismo instante?