a presidenta Claudia Sheinbaum Pardo encabezó ayer la ceremonia de bienvenida de la primera de 20 aeronaves –10 E190-E2, con 108 asientos, y 10 E195-E2, con 132 asientos– adquiridas por Mexicana de Aviación a la brasileña Embraer.
En el evento, la mandataria señaló que el proceso de recuperación de la aerolínea estatal iniciado por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, es una declaración de principios, es el mensaje claro de que México quiere volar alto, pero con los pies en la tierra, con rumbo, con justicia y con orgullo nacional
. Asimismo, resaltó el valor estratégico de contar con una línea aérea pública, diseñada y operada con el bienestar del pueblo como guía y comprometida con la transparencia, inclusión, eficiencia, responsabilidad social y sentido de nación.
El relanzamiento de Mexicana y la decisión de dotarla con una flota moderna de tecnología avanzada constituyen actos de soberanía y desagravio a la ciudadanía que asistió impotente, pero nunca resignada, al remate de los bienes públicos perpetrado en el aciago periodo de 1988 a 2018.
La pérdida de la aerolínea, privatizada, saqueada y quebrada en un caso de manual de corrupción neoliberal, no sólo encareció los vuelos al eliminar de manera fraudulenta a la empresa histórica, hasta entonces, la más emblemática del sector, sino que además dejó a miles de empleados en la calle, privó al país de una palanca de desarrollo y condenó al aislamiento a millones de personas que habitan en ciudades cuyo mercado no es lo suficientemente rentable para interesar al puñado de compañías privadas que operan rutas nacionales.
Ahora, se desarrolla una alternativa que ofrece a los viajeros economía sin sacrificar seguridad en las rutas que ya estaban cubiertas por las firmas privadas, y además pueden volar por primera vez a Ciudad Victoria, Ixtepec, Palenque y Campeche, más los destinos que se sumen conforme se amplía la flota. Como país, México recupera su capacidad para incidir en un sector estratégico, con lo que impulsa su infraestructura y su potencial económico como su imagen internacional.
Nadie duda que falta un largo camino por recorrer para que Mexicana alcance las dimensiones y la importancia sistémica que merece como aerolínea de bandera, pero el exitoso esfuerzo para revertir los estragos del neoliberalismo ya marca un punto de inflexión en beneficios de todos los habitantes.
Este giro resulta positivo en sí mismo, y lo es todavía más al enmarcarse en un regreso general del Estado a actividades económicas fundamentales de las que se había marginado en un nocivo acatamiento de los dogmas y las falacias del libre mercado
.
Cabe desear el mayor éxito a Mexicana de Aviación, así como recordar a quienes denuncian inexistentes amenazas a los negocios privados que ni el actual gobierno federal ni su antecesor han expulsado de rubro alguno al empresariado; por el contrario, se han limitado a subsanar sus deficiencias y atemperar sus excesos.