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Prohibir la narcomúsica puede generar un mercado negro y espacios clandestinos

Asociar el corrido tumbado y formas melódicas similares con poblaciones marginales es una mirada racista, señala la académica Sandra Oceja

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▲ Capturas del video en Youtube de la canción Giza, de Natanael Cano y Óscar Maydon
 
Periódico La Jornada
Viernes 6 de junio de 2025, p. 8

La prohibición del corrido tumbado junto con otras expresiones musicales que ensalzan la violencia puede generar un mercado negro y la multiplicación de espacios clandestinos que encomien el crimen y donde se distribuyan drogas ilícitas sin problema, alertó la maestra en estudios políticos y sociales Sandra Oceja Limón.

En fechas recientes en niveles municipal y estatal de gobierno se han tomado medidas contra la apología del delito o la violencia, en entidades como Nayarit, Querétaro, Guanajuato, Chihuahua, Quintana Roo y el estado de México.

Culturas atravesadas

La legislatura local de Aguascalientes prohibió los narcocorridos en la entidad, con penas de hasta un año de prisión. La disposición entró en vigor antes del inicio de la conocida Feria Nacional de San Marcos, que concluyó el 11 de mayo.

Oceja Limón dijo a La Jornada que no existe una solución sencilla para contrarrestar algo que avanzó como un virus y que es funcional en el país porque hay una cultura donde no sólo se gestó, sino que la produce y la reproduce.

Explicó que México está conformado por un montón de culturas atravesadas por productos hegemónicos, y uno de ellos es el corrido tumbado. Tan es así que se escucha en todos lados y se está prohibiendo. Forma parte de un conjunto de representaciones, prácticas y productos que van en esta capa dominante de la industria musical y, por lo tanto, dentro de la cultura mexicana.

Redes sociales

La socióloga detalló que el corrido tumbado y los narcocorridos no entraron al mercado vía las disqueras, sino por las redes sociales; cuando empezaron a producir dinero fueron tomados en cuenta por la industria musical, no porque le interese educar o no al pueblo, sino porque dejan ganancias.

Comentó que hay quien se ha atrevido a declarar que el corrido tumbado al enunciar denuncia la violencia, pero esas personas pierden de vista que esa enunciación no es un acto de resistencia, sino un acto capitalista, productor de dinero. Ahí es donde estamos en un callejón sin salida.

Recordó que en 2024 viajó a Reino Unido, y en Londres “en más de seis automóviles con británicos, venían escuchando corridos tumbados a todo volumen. A uno de ellos le pregunté si sabía lo que las letras decían y contestó que no, pero que le gustaba la música, porque esa es la parte atractiva del corrido tumbado.

A diferencia del reguetón, el corrido tumbado recupera instrumentos acústicos muy identificados con la llamada música popular mexicana, de la vieja línea de corridos decimonónicos, del chotís, de la polka; van a introducir instrumentos como la tuba, el tololoche, la docerola, etcétera, y gestan algo muy interesante y melódicamente atractivo.

Sandra Oceja destacó la complejidad del tema, pues se ha asociado a esas producciones musicales con poblaciones sin educación formal o marginales, lo que “es una mirada clasista y racista. En mucho tiene que ver una parte de la academia que se ha encargado de legitimar que la violencia sólo alcanza los estratos bajos, con discursos de ‘pobreza es igual a crimen’”.

La especialista en escritura, poder y política dijo que la existencia de “sectores del crimen organizado que buscan la vulnerabilidad como mecanismo de cooptación es distinto a decir que los pobres son más violentos, o los narcocorridos, el corrido tumbado y toda esta violencia viene de los estratos bajos hacia los más altos. No veo que los hijos de El Chapo (el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera) sean muy pobres”.

El corrido tumbado, continuó la investigadora, no se difunde únicamente en los barrios más marginados, sino en fiestas de clases medias intelectuales y en las de los jóvenes de clases medias altas y altas. Este tipo de música está legitimándose todo el tiempo a través de instituciones que a su vez son también productoras y producto del sistema capitalista.

Refirió que el filósofo Bolívar Echeverría distinguió las afirmaciones dadas sobre la ciudad y el campo, que vinculan a la primera con lo cosmopolita, la alta cultura y los estratos privilegiados dentro de la cultura y la educación; en tanto, al campo se le relaciona con lo salvaje, lo bárbaro y lo incivilizado.

Ricos y pobres

“En un país tan racista como México, donde ‘indio’ es un insulto, esa desgarradura emerge en una situación como ésta, no por el corrido tumbado, que es el pretexto a través de la cual se abren las viejas heridas racistas y clasistas”, apuntó Sandra Oceja.

“En la misma línea, con la situación del corrido tumbado y la violencia que se dio en Texcoco, aparecen los discursos como ‘claro, son unos incivilizados, bárbaros, salvajes, andan cagando en el campo y matándose entre ellos, no son como nosotros que vamos al Palacio de Bellas Artes a escuchar música de Pierre Boulez’.

Así emerge la desgarradura entre grupos donde hay un ocultamiento de la responsabilidad que implican las estructuras de poder y de dominación que se reprodu-cen en el capitalismo, que van dividiendo entre ricos y pobres, entrelas ciudades y el campo, o las ciudades y las provincias, entre los educados y los maleducados, entre los cultos y los incultos.

Oceja Limón reiteró que la prohibición no funciona porque es meter debajo del tapete los demonios de este país. El crimen organizado empezó con el PRI y fue se exacerbando y deformando por las tomas de decisiones de los sectores en el poder. Y hoy día es un control brutal. Controlas y dominas a partir de la muerte y la violencia.

Concluyó: “ese nivel de miedo y sumisión lo ves de muchas otras formas en otros países, llámense neonazis, neocolonialismo, guerras de exterminio, presidentes como los de Estados Unidos. Es mucho más grande. La urdimbre es el sistema económico y político en el que vivimos. Las tramas son todas estas formas que van tomando, entre las cuales están el narcocorrido, el corrido tumbado y bélico y todas estas formas de apología de la violencia”.