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Cuba trata de reflotar el turismo
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▲ Vacacionistas chinos comienzan a ser vistos con más frecuencia en las calles de Cuba, donde la industria turística hace esfuerzos por reinventarse.Foto Xinhua
 
Periódico La Jornada
Domingo 11 de mayo de 2025, p. 15

La Habana. El gobierno cubano busca reflotar a la industria turística, otrora locomotora de la economía nacional ahora en descenso y golpeada por la crisis internacional y el recrudecimiento del bloqueo que Estados Unidos aplica a la isla desde hace más de 60 años.

En el primer trimestre de este año, la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) reportó una disminución en la llegada de vacacionistas de casi 30 por ciento, en comparación con 2024.

Ese declive, provocado sobre todo por la caída de los mercados de Canadá y Rusia, hizo sonar las alarmas ante la amenaza del incumplimiento del plan gubernamental de alcanzar este año 2.6 millones de turistas.

Esa pretensión está muy lejos de los números registrados en 2018, cuando llegaron 4.7 millones de turistas, y 2019, con 4.2 millones, los dos años de mayor ingreso de vacacionistas al país.

Por eso, en la reciente inauguración en La Habana de la edición 43 de la Feria Internacional del Turismo FITCuba 2025, el primer ministro Manuel Marrero, llamó a aplicar una estrategia audaz para recuperar un sector considerado desde hace varios años como decisivo por la captación de divisas y el aporte al producto interno bruto (PIB).

Dentro de la estrategia detallada por el primer ministro, quien antes fue titular de Turismo, figuran la actualización del marco normativo para estimular la inversión extranjera, nuevas modalidades de negocios, como el arrendamiento de instalaciones turísticas, y facilidades para operar en divisas como euros y dólares.

También enumeró el inicio de nuevas rutas aéreas y a la eliminación de la tasa sanitaria en aeropuertos, puertos y marinas internacionales, así como el establecimiento de alianzas público-privadas y la diversificación del producto turístico más allá del tradicional enfoque de sol y playa.

El plan gubernamental trata de paliar los efectos directos de las decisiones del gobierno estadunidense, que prohíben al viajero que haya visitado Cuba entrar a Estados Unidos bajo el Programa de Exención de Visa (VWP, por sus siglas en inglés) utilizando un Sistema Electrónico para Autorización de Viaje (ESTA, por sus siglas en inglés).

Esos viajeros ahora están obligados a solicitar una visa normal mediante un trámite engorroso ante las embajadas que no garantiza la entrada al territorio estadunidense.

También los ciudadanos estadunidenses requieren de un permiso especial para viajar a Cuba y sólo lo pueden hacer bajo el programa People to people (Pueblo a pueblo), en grupos, y con el auspicio y supervisión de una organización del gobierno de Estados Unidos.

Además, la Casa Blanca prohíbe a los cruceros tocar puertos cubanos, otro mercado en expansión que de un plumazo quedó cerrado a partir de junio de 2019.

Al mismo tiempo, el hecho de que el Departamento de Estado haya incluido a la isla caribeña en la unilateral Lista de países patrocinadores del terrorismo, complica todas las transacciones internacionales cubanas.

Por influencia de esa última medida, Cuba vive una dura situación con el desabastecimiento de combustibles y medicinas, una elevada inflación y constantes y largos apagones en todo el país.

La caída del sector turístico se refleja también en la vida de miles de emprendedores que ligaron sus proyectos personales a esa industria, sobre todo a partir del restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos, en julio de 2015.