
Miércoles 7 de mayo de 2025, p. 3
En 1975, con una beca Guggenheim bajo el brazo y una carta como profesor invitado de la Universidad de Harvard, el pintor y escultor Manuel Felguérez (1928-2020), en colaboración con el matemático colombiano Mayer Sasson, emprendió una investigación de lo más vanguardista en su trayectoria artística. Durante su estancia en la institución en Massachusetts, el artista zacatecano se dio a la tarea de trabajar el proyecto La máquina estética en un laboratorio de cómputo, con el fin de explorar las conexiones entre el arte y la ciencia por medio de una serie de premisas trabajadas numéricamente.
Los resultados, publicados en un libro editado en 1983, mostraron una serie de pinturas y esculturas derivadas de este ejercicio. Algunas de estas obras se incluyeron en el acervo de la Academia de Artes, institución que ha facilitado obra para la exposición Manuel Felguérez: Una máquina estética, montada en la galería que lleva su nombre en la Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El proyecto de Felguérez consistió en aprovechar las grandes computadoras que Harvard poseía en su laboratorio de cómputo. En ese entonces los procesadores se alimentaban con tarjetas perforadas, recordó en el acto inaugural Louise Noelle, académica secretaria de la Academia de Artes.
Juicios estéticos
En la introducción que el artista escribió para el libro editado por el Instituto de Investigaciones Estéticas, señaló: Como se sabe, puede dotarse a una computadora de inteligencia artificial, lo que le permite tomar decisiones inteligentes. Pues bien, si en este caso, en el proceso de alimentación del aparato, la mayoría de las órdenes corresponden a juicios estéticos, o sea, a decisiones de origen emotivo, podemos afirmar que fue posible dotar a la computadora de una sensibilidad artificial, creando así la Máquina Estética
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Los más de 200 bocetos que produjo la computadora fueron fuente de inspiración para muchas obras del artista. En ellos, círculos, triángulos y rectángulos constituyen su lenguaje plástico. La muestra de la UAM, que ya se exhibió en el Museo de Antropología de Xalapa, está integrada por ocho esculturas de pequeño formato de la serie La máquina estética, realizadas en metal laqueado y varios colores entre 1975 y 1976, además de ocho piezas contemporáneas en las que las complejas formas derivan de la fusión del metal con la pintura. La multiplicidad y abundancia de diseños, aparente contradicción con la pureza de las sencillas formas geométricas de tonos sobrios, logran un fuerte impacto visual con resultados de gran valor estético que permiten analizar de cerca un momento fundamental en la producción artística de Felguérez. La vocación de avanzada, una lógica multidisciplinaria y el espíritu de búsqueda constante, lo convirtieron no sólo en pionero en México respecto a la producción de imágenes con computadora, sino también del arte abstracto en el país y una de las figuras clave en el desarrollo del arte contemporáneo.
El trabajo realizado en el laboratorio de la Universidad de Harvard representó para Felguérez una expansión de su lenguaje y de sus indagaciones sobre la abstracción geométrica mediante el uso de tecnologías y el marcado interés sobre la relación entre el arte y la ciencia; es decir, un diálogo entre hombre y máquina con un fin más allá de lo funcional.
Manuel Felguérez: Una máquina estética permanecerá hasta el 1º de agosto en la Galería Manuel Felguérez de la Rectoría General de la UAM (Prolongación Canal de Miramontes 3855, colonia Ex Hacienda San Juan de Dios, Alcaldía Tlalpan) con un horario de 10 a 18 horas.