Calles empinadas y lodosas complican la movilidad
Sin agua potable y en viviendas improvisadas, la gente sobrevive en esa zona
Domingo 7 de julio de 2024, p. 27
A más de 43 años de que se empezó a poblar, la colonia Solidaridad, que se ubica a la altura del kilómetro 9 de la carretera Picacho-Ajusco, en Tlalpan, continúa como asentamiento humano irregular, por lo que carece de servicios y atención de la alcaldía y el gobierno central.
Aunque al final de sus empinadas calles la rodea una barda para impedir su expansión hacia el área natural protegida, desde 2019 comenzó una ocupación ilegal que se autodenomina colonia Bellavista Velvedere o Cerro de las Palmas.
El acceso a esta última es controlado en un tramo de la carretera Picacho-Ajusco que se torna complicado al tránsito, sobre todo los fines de semana, al empezar medio kilómetro adelante los servicios de gotcha, actividades de ecoturismo y restaurantes.
En la colonia Solidaridad, sus propios habitantes son los encargados de surtirse de agua con pipas por las que pagan mil 200 pesos; con cooperación arreglan sus calles empinadas, algunas de ellas intransitables en época de lluvia, y facturan el alumbrado público en postes que también compraron para electrificar la colonia, servicio que sólo de esa forma pudieron introducir y del que se ha colgado también alguna empresa cablera.
Don Darío tiene 86 años y llegó hace 43, cuando las calles eran brechas pedregosas y había una que otra casita igual que la suya, de lámina de cartón, la de don Cristóbal, la de don Rogelio, que en paz descanse, estaba yo solito
. Conforme creció la población hicieron faenas para emparejar las calles, aunque alguna como Solidaridad Oriente es prácticamente una ladera intransitable.
Sofía, quien tiene una pequeña tienda pero vende sobre todo tortillas hechas a mano, menciona que en temporada de lluvias las aguas broncas que bajan de la parte alta descomponen la vía y se dificulta más a los autos subir.
Por la inclinación son también frecuentes las caídas, principalmente de personas mayores, como Lucía, que la semana pasada resbaló y fue a dar frente a la casa de don Darío; sin reponerse del todo, ya iba por la despensa con su hijo en motocicleta, un medio de transporte más práctico para desplazarse en esa colonia.
Explican que el arreglo de las calles lo realiza la misma comunidad, cooperan para adquirir material del fresado que se saca de las carreteras y lo utilizan para pavimentar.
Los vecinos coinciden en que el principal problema de la colonia es la falta de agua, ya que no hay red porque al ser un asentamiento irregular no se les puede dar el servicio, por lo que dependen de las pipas y de los garrafones de líquido purificado para beber y cocinar, todo lo cual les genera un enorme gasto.