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Crisis Diplomática

Sonia Vera, abogada del político secuestrado

Pende real amenaza de muerte sobre el ex vicepresidente Jorge Glas
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▲ El ex vicemandatario de Ecuador, al entrar a una sala de la Suprema Corte, en Quito, el 23 de mayo de 2018.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de abril de 2024, p. 5

Contra el ex vicepresidente de Ecuador Jorge Glas hay un ensañamiento sin precedentes por parte del sistema de justicia y en particular del presidente Daniel Noboa, sostiene su abogada, Sonia Vera. Es, asegura, el caso más grave, emblemático y evidente de persecución judicial y política que yo conozca; pero, sobre todo, es un asunto sobre el cual pende una amenaza de muerte real que no debe ser soslayada.

Ante este riesgo, la jurista reconoce que la línea de acción anunciada por la canciller mexicana, Alicia Bárcena, de demandar a Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia por la violación de la inmunidad diplomática y la inviolabilidad territorial de México en la sede allanada, tiene mucho futuro y nos da la única esperanza de poder garantizar la vida y la integridad de Jorge Glas.

Afirma: México está demostrando su brazo fuerte en la diplomacia internacional.

Por descripciones de testigos se sabe que Glas estaba en una habitación en el momento del allanamiento y que fue golpeado. Hasta este momento no ha tenido acceso a su defensa.

Su hijo me ha dicho que teme por su vida. Y, a decir verdad, yo también, afirma la defensora, quien explica que, al contrario de lo que se afirma en las sucesivas –y contradictorias– declaraciones de la canciller Gabriela Sommerfeld, Glas no es prófugo ni está en riesgo de fuga.

Más de 70 amenazas

En entrevista con La Jornada, la jurista desgrana las irregularidades de los sucesivos procesos penales levantados contra Glas.

–Entre otras explicaciones, el gobierno de Noboa alega riesgo inminente de fuga de Glas para justificar la invasión militar a la embajada.

–Lo que no dicen es que Jorge se entregó dos veces a la justicia de Ecuador. Primero, cuando iba a ser el inicio de su primer juicio. Salió libre por una medida cautelar. Al mes se la rechazaron y se volvió a entregar. Y así pasó cinco años en la cárcel. Beneficiado con otra medida se hizo evidente que el gobierno tenía la firme decisión de volver a encarcelarlo. Con un riesgo añadido. El ha recibido más de 70 amenazas de muerte.

“Para entender que este es un caso de persecución política hay que decir todos los jueces que han sentenciado a favor de Glas han sido destituidos, presos o están fuera del país. Es el único ecuatoriano que tiene cuatro pronunciamientos de jueces internacionales a su favor, entre otros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el grupo de detención arbitraria de Naciones Unidas. En el caso Odebrecht, Glas está en el expediente del Lava Jato de Brasil. Este fue declarado nulo en Brasil y se le notificó a Ecuador. Y cuando el juez en Ecuador recibe la notificación de nulidad, simplemente la guarda en el cajón y no la ejecuta.

“Tiene la misma sentencia que Rafael Correa –exiliado en Bélgica– en el expediente llamado Sobornos. Son juicios que normalmente duran casi dos años. Ese se resolvió en 17 días. Lo acusan de ser un influjo síquico, una figura inexistente”.

–Lo definen como un delincuente sentenciado.

–Hablan sin conocimiento de causa. Los nuevos casos que le fabricaron aún no tienen sentencia. Pero en el ínterin, el partido de la Revolución Ciudadana pidió juicio político contra la fiscal general Diana Salazar en la Asamblea Nacional. En venganza, se reanudó una causa de 2019 en la que se le acusaba de peculado con los fondos de la reconstrucción por los sismos en Manabí. En Ecuador los procesos sólo pueden estar abiertos dos años. Éste tenía más de cinco. El tema es que siendo Glas vicepresidente se realizaron proyectos en la región que no sólo eran de reconstrucción, sino de reactivación productiva, con obra que no existía antes. Pues para la fiscal eso es peculado.

En octubre del año pasado ocurre otro hecho que termina por orillar a Glas a buscar asilo. Siete sicarios colombianos capturados y responsabilizados del asesinato el candidato presidencial Fernando Villavicencio fueron ahorcados en prisión. En sus años de cárcel ya había sido testigo de este tipo de ejecuciones. Y decidió que el riesgo de muerte si era detenido era cierto.