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El embalse, prácticamente seco

Hacen un ritual en la presa La Estanzuela para pedir lluvias
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▲ Pobladores de las cercanías de la casi extinta presa La Estanzuela, en el municipio de Mineral del Chico, Hidalgo, realizaron ayer una ceremonia y colocaron una ofrenda con alimentos como atole, pan, vino, tamales, mole, y arroz para pedir que llueva.Foto Ricardo Montoya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 5 de abril de 2024, p. 26

Mineral Del Chico, Hgo., Frente a la casi extinta presa La Estanzuela, de la cual sólo quedan dos charcos verduzcos y malolientes con peces muertos, la médica tradicional Isabel Macotela, junto con habitantes del poblado del mismo nombre, realizó una ceremonia tradicional en agradecimiento a la Madre Tierra y para pedir agua.

La intención es manifestar nuestro agradecimiento por nuestras vidas, el alimento y el sustento a todo lo que nos provee nuestra Madre Naturaleza para que tengamos lluvias, explicó la mujer a los cerca de 100 asistentes en el embalse, ubicado en las inmediaciones de la localidad.

La petición de poner fin a la sequía atrajo a integrantes de organizaciones de Querétaro y la Ciudad de México, entre ellas Madres de la Sabiduría.

Los participantes llevaron flores, frutos y semillas como maíz, garbanzo, frijol, calabaza al igual que plantas medicinales como manzanilla y albahaca, con las que hicieron una ofrenda o tlalmanalli dedicada a la Madre Tierra.

El ritual, dijo Macotela, busca el restablecimiento del equilibrio de los cuatro elementos del Universo: agua, tierra, viento y fuego.

Colocaron las ofrendas en un caracol como el que usaban los pueblos originarios para hacer música y que representa el viento; un incensario de barro para quemar copal, el cual simboliza el fuego; vasos y vasijas de barro, en alusión al agua, y semillas, en referencia a la tierra.

También instalaron recipientes con alimentos como atole, pan, vino, tamales, mole y arroz para que, según la médica tradicional, sean aprovechados por los animales que viven en las cercanías de la presa y que también sufren los estragos de la sequía.

En una vieja estructura que marca la mitad de la presa, los asistentes se colocaron en círculo y cantaron plegarias al ritmo de un tambor de estilo prehispánico y del caracol.

En entrevista, Isabel Macotela explicó que la ceremonia se realizó a petición de uno de los vecinos de la comunidad, pero la plegaria fue colectiva y sus alcances no se limita a la presa, sino que llega a todo el estado, el país y el mundo.

Destacó que fue una ceremonia tradicional inspirada en las culturas del México prehispánico. Yo lo hago de acuerdo al conocimiento que he visto y he aprendido de las diferentes culturas, como la otomí, la mexica, la chichimeca, la purépecha y otras más, relató.

Señaló que, por desgracia, muchos de estos rituales ya no se practican en las comunidades originarias por considerar que se trata de brujería.

“Nos juzgan, nos tachan de brujos, hechiceros, chamanes y más cosas; pero es todo lo contrario, porque nuestra labor es por amor a la Madre Naturaleza, pues nos preocupa la humanidad, y sobre todo los seres vivos.

¿Cuántos animalitos, pajaritos lagartijas, han visto alterado su hábitat porque no hay agua, no hay flores ni hierbas con que se puedan alimentar?, concluyó.