l presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió ayer con dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para conversar acerca de varias demandas del magisterio democrático. Al término del encuentro, que duró tres horas y al que también acudieron las titulares de Educación Pública, Gobernación y del Issste, un representante de la Coordinadora informó que se alcanzaron acuerdos en aspectos como el seguimiento a la demanda de reinstalar a 172 maestros despedidos durante el sexenio pasado, abrogar por completo la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, aumentar el salario y esclarecer el asesinato del estudiante de Ayotzinapa Yanqui Khotan Gómez Peralta.
El pliego petitorio de los docentes también incluye la abrogación de la Ley del Issste promulgada durante el calderonato y el retorno al sistema solidario de pensiones, eliminar las unidades de medida administrativa (UMA) en el cálculo de los haberes para el retiro, dar servicios de salud dignos, federalizar la nómina magisterial y que el titular del Ejecutivo reciba a los padres de los 43 normalistas desaparecidos, entre otros puntos.
Los profesores y los sectores sociales que los acompañan en sus reclamos han de tener presente que varios de estos puntos escapan de manera parcial o total al control del mandatario, por lo que incluso la más completa voluntad política de su parte no garantiza su cumplimiento.
Es el caso de la Ley del Issste, la reforma antilaboral disfrazada de educativa o el uso de las UMA, todas las cuales requieren cambios constitucionales, que sólo pueden aprobarse con el voto opositor. Respecto a los servicios de salud, es necesario recordar que este derecho humano les es negado a millones de mexicanos no por falta de asignaciones presupuestales, sino por los médicos que se niegan a acudir a regiones del país donde estiman que no obtendrán las ganancias que esperan en el ejercicio de su profesión.
En cuanto a la reinstalación de los maestros cesados, el gremio reconoce que ya se ha devuelto su fuente de trabajo a más de un millar de ellos. Finalmente, en lo tocante a la recepción de los padres de Ayotzinapa en Palacio Nacional, el Presidente ya dijo que se encontrará con ellos incluso si deciden acudir con sus abogados e integrantes de organizaciones cuestionadas por el propio López Obrador. Más allá de los avances y pendientes, cabe saludar el hecho mismo de que la CNTE y el gobierno federal vuelvan a hablar cara a cara, pues siempre será una buena noticia el diálogo directo entre las autoridades y un movimiento social de relevancia para las causas populares.
Una vez reanudados los contactos, es necesario que una parte empeñe todas sus capacidades institucionales en atender las demandas legítimas del magisterio democrático, y que la otra sea consciente de las posibilidades y limitaciones de la actuación gubernamental ante marcos normativos y sociales heredados que no pueden modificarse de manera unilateral. Para que el proceso se desarrolle en beneficio de los docentes y de la población estudiantil, resulta ineludible continuar el diálogo con apertura y franqueza de uno y otro lado.