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Crean vacío a plan de Pekín

Ucrania y Rusia no tienen intención de ceder, pese a propuestas de mediación

El paquete de ayuda anunciado por Washington será insuficiente para contener el avance de tropas rusas

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▲ Residentes quitan escombros luego de un bombardeo que destruyó viviendas en la localidad de Hanzhenkova, a las afueras de la ciudad de Makiivka, en territorio ucranio controlado por Rusia.Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de marzo de 2024, p. 21

Moscú. Ante los recientes intentos de mediación del Vaticano y de Turquía, que presentaron sendas propuestas a Rusia y Ucrania para comenzar conversaciones de paz que pongan fin al derramamiento de sangre, y los intentos de reanimar la respectiva iniciativa de China, quedó claro que, desde el punto de vista de los países enfrentados, no están dadas las condiciones para buscar una solución negociada de este conflicto armado.

Basta escuchar las declaraciones de los altos funcionarios de ambas partes para constatar que aún están convencidos de que, tarde o temprano, pueden triunfar en los campos de batalla. Moscú dice no estar dispuesto a ceder ni un centímetro de las regiones ucranias conquistadas y Kiev rechaza cualquier negociación mientras las tropas rusas permanezcan en su territorio.

Con estas premisas es imposible alcanzar un arreglo político, que sólo puede darse –como han enseñado los cronistas de las guerras a lo largo de la historia– cuando una de las partes beligerantes no puede más y tira la toalla o, sin llegar a ese extremo, cuando los dos abandonan la arrogancia y están dispuestos a ceder en algo, sin pretender imponer un ultimátum –capitulación incondicional, demandan los rusos; retiro completo de tropas, exigen los ucranios–, como sucede ahora.

Hoy por hoy, coinciden la mayoría de los expertos militares, ninguno está perdiendo, pero tampoco está ganando, ya que en toda guerra de desgaste y posiciones prácticamente inamovibles a lo largo de los mil 200 kilómetros del frente rusos y ucranios tendrán numerosos avances y también retrocesos que, sin embargo, no inclinarán la balanza de modo definitivo.

Mientras el jefe de la Iglesia católica reza para evitar más muertes y devastación y el jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril, bendice las armas que se usan en Ucrania contra la encarnación de Satán en la tierra que es, en su opinión, el régimen neonazi que se instauró en el vecino país eslavo, China emprendió una segunda ronda de lo que llama diplomacia itinerante.

A comienzos de este mes, el embajador especial para los asuntos de Eurasia, Li Hui, encargado de promover la iniciativa china de 12 puntos para detener la guerra en Ucrania, emprendió un periplo por Kiev, Moscú y Bruselas, al igual que por Berlín, París o Varsovia, que pueden influir en el conflicto.

Hasta la fecha, Li no ha conseguido que ninguna de las partes apoye el plan de China, debido a que, por un lado, defiende la integridad territorial de Ucrania y, por otro, no condenó la invasión rusa.

Pekín defiende una posición de equidistancia entre Moscú y Kiev, la cual no le reconocen Washington ni Bruselas porque, afirman, no distingue entre agresor y agredido.

Hace apenas unos días, en ocasión de la visita a Estambul del presidente ucranio, Volodymir Zelensky, su homólogo de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, le ofreció convocar a una conferencia internacional para debatir con Rusia la paz, iniciativa que el huésped rechazó por las razones de siempre.

Desde hace semanas se comenta que Erdogan busca mediar para lograr un nuevo acuerdo que permita la navegación segura de embarcaciones de carga por el mar Negro, facilitando todo tipo de comercio.

Se trata de una iniciativa que vendría a sustituir el llamado pacto de los cereales, que hizo posible exportar 33 millones de granos ucranios, cancelado por Rusia de modo unilateral en julio de 2023, argumentando que no se respetaron sus intereses.

Tras destruir con drones navales y misiles 21 buques de guerra rusos de los 70 que tenía la Flota del mar Negro (Rusia no puede remplazar los barcos hundidos, ya que Turquía, basándose en la Convención de Montreux de 1936, cerró el Estrecho de los Dardanelos) y conseguir que su base se alejara de Crimea, Ucrania no necesita un nuevo acuerdo sobre cereales, ya que logró restablecer el volumen de exportaciones que tenía antes de la guerra desde sus puertos en ese mar, navegando por sus aguas territoriales.

En suma, mientras siguen matándose, no es la primera vez ni será la última en que, al rechazar una iniciativa de paz, rusos y ucranios acusan al otro de no querer negociar, sin decir que sus condiciones implícitas pero ampliamente conocidas son inaceptables para el adversario, con lo cual no contribuyen a crear las condiciones necesarias para un arreglo político.

Modesto apoyo de EU

Estados Unidos anunció un paquete de 300 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania, que coincide con la visita de dirigentes polacos a la Casa Blanca para advertir sobre la creciente amenaza que representa Rusia, informó Afp.

La Casa Blanca esquivó el bloqueo legislativo a la solicitud de 60 mil millones de dólares de ayuda para Ucrania, provenientes de dinero que el Pentágono ha ahorrado en compras recientes.

Sin embargo, advirtió que el nuevo paquete sólo cubrirá gastos durante unas semanas, demasiado poco para frenar los avances militares de las tropas del presidente ruso Vladimir Putin.

El anuncio llega el día en que Biden recibe en la Casa Blanca a los dirigentes de Polonia: el presidente Andrzej Duda y el primer ministro Donald Tusk, para transmitirles el apoyo de Estados Unidos a la Organización del Tratado del Atlántico Norte y a Ucrania.