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Con brinquitos festeja entrega del documento
 
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de febrero de 2024, p. 11

Tras entregar la solicitud de registro como candidata a la Presidencia, Xóchitl Gálvez dio unos brinquitos juguetones –que alguna potencia electoral, secreta, deben tener– y luego posó para la foto con los dirigentes de los partidos que la postulan.

El acto se llevó a cabo en un auditorio cerrado porque la coalición decidió no movilizar a sus simpatizantes. Al registro oficial ante el INE sólo acudieron líderes e integrantes de los equipos de campaña.

Gálvez hizo una buena lectura de un discurso con referencias históricas. Citó a dos figuras de la izquierda (Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Ibarra), una de la derecha (Maquío Clouthier), a un poeta que tuvo como asistente al ahora Presidente de la República y que fue senador del PRI (Carlos Pellicer).

En 1988, dijo Gálvez, los primeros tres personajes citados arriba enfrentaron la enorme sombra de duda por los resultados electorales. El Zócalo rosa del domingo pasado fue un eco de aquella gesta (menos mal que no fue hasta 1968).

Paisanaje obliga, citó también al gran periodista Miguel Ángel Granados Chapa para decir que quiere un México donde se escuche la voz de la plaza pública (pues tal era el nombre de la columna que el hidalguense publicó durante décadas). “Quiero un México donde no sólo se escuche la voz del tlatoani”, dijo, y ganó una ronda de aplausos. Paradójicamente, la candidata Gálvez no dirigió la esencia de su discurso a la plaza pública, sino al tlatoani.

Con un mensaje duro, aderezado con ingredientes de una elección de Estado y, más lejos, con la posibilidad de que sea anulada (aseveración que fundó en expresiones de magistrados electorales: ellos han dicho que la violencia puede derivar en la anulación de los comicios).

Xóchitl quiso hablar a la plaza pública, pero terminó refiriéndose más de una decena de veces al “tlatoani” (a Claudia Sheinbaum, que la dobla en intención de voto, la nombró tres veces, una de ella sólo para dicirle su candidata, en referencia a López Obrador):

“Señor Presidente, le recuerdo que usted ya no estará en la boleta. Si usted es un demócrata, debe estar preparado a su derrota… Por respeto a su candidata, a la democracia, al pueblo (giro dramático con voz que subraya el mensaje clave dirigido al Presidente): ¡saque ya las manos de esta elección!”

Claudia Sheinbaum fue blanco secundario en las arengas discursivas. A la otra candidata le reprochó haber llamado falsos e hipócritas a los manifestantes del domingo.

No se puede un día citar la encíclica del papa Francisco sobre la fraternidad humana y la semana siguiente apelar al rencor colectivo para avanzar un proyecto electoral.

Ya encarrerada, Gálvez no perdió la oportunidad de deslizar el disgusto de los católicos verdaderos: eso, señora Sheinbaum, sí es una hipocresía y una falta de respeto a los mexicanos que sí tomamos en serio las palabras del papa Francisco.

En el escenario, Gálvez estuvo flanqueada por los dirigentes del PRI, PAN y PRD. Para ellos, sin embargo, sólo hubo una breve mención y el agradecimiento porque son la escalera para que los ciudadanos accedamos al poder.

Debió decir, quizá, acceder a la candidatura, porque es sabido que al final de esa escalera hay una puerta infranqueable para los ciudadanos. Y ahí estaban, felices con los brinquitos de su candidata, Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, celosos cadeneros de la puerta al final de la escalera (los tres aseguraron primero sus propias candidaturas antes de arriesgarse con un ciudadano).

No se equivoque, Presidente. Usted ha sido un mal perdedor; usted tiene instintos autoritarios que las autoridades deben vigilar; usted se insulta a sí mismo, salpica aquí y allá Gálvez un discurso que parece tener un solo interlocutor, que no es la plaza pública.

El registro formal es el preámbulo de la etapa quizá más ruda de la contienda.

¡Defenderemos con todo nuestro triunfo!, grita la candidata, que se sigue contando una historia que las encuestas se niegan a registrar.

¿Qué queda, el día de su registro oficial como candidata a la presidencia, del fenómeno Xóchitl?