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Supertazón 58
Mexicanos viven en el Campo Marte un superdomingo
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▲ El Super Bowl Experience de la Ciudad de México reunió a los fanáticos de los Jefes y los 49ers.Foto Leonardo Mena
 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de febrero de 2024, p. a10

A más de 2 mil 800 kilómetros de Las Vegas, muy lejos del Allegiant Stadium, se escenificó un segundo campo de batalla en el que confluyeron aficionados a la NFL atentos a lo que iba a suceder en el Supertazón.

El Campo Marte (CDMX) fue la sede de dos ejércitos esparcidos con los colores de San Francisco y Kansas City.

En el lugar, las conversaciones no eran las comunes. Las charlas iban dirigidas hacia lo que debían hacer sus equipos para ganar el Supertazón. En ese momento, no eran arquitectos, estudiantes o contadores, sino estrategas.

Si la defensa presiona a Patrick Mahomes, los Jefes están acabados, dijo un simpatizante de los 49ers a un grupo de personas que lo escuchaban atentamente.

Con el sol a plomo, el Campo Marte se convirtió en el escenario de lo que representa la NFL para México: una marca consolidada con el arrastre para reunir a miles de personas.

El entorno fue el ideal para envolver al aficionado en una atmósfera de futbol americano.

Con diversas actividades físicas, la NFL sumergió a los asistentes con dinámicas propias de un jugador profesional.

El terreno fue preparado para el evento principal, donde congeniaron una de las aficiones de más arraigo en México (49ers) contra otra en continuo ascenso (Jefes).

De un lado se concentró la experiencia de una franquicia con tradición y, por otro, la emergente devoción a los de Kansas.

Si no fuera por Mahomes, no habría tantos jerseys de los Jefes, dijo Marco, un fanático de los Niners desde hace más de 20 años.

Yo nunca los he visto campeones, y aquí estoy. Mi pasión no es un simple acto de moda, agrega, mientras sacude las manos en una de las jugadas que mandó Brock Purdy a la ofensiva.

Frente a la megapantalla, llegó un momento en el que poco a poco se acabaron los corrillos, todos estaban reunidos en el pasto o en las gradas, y bajo un clima de tensión concentraban su mirada en las jugadas.

La expresión de los presentes mostraba que no se estaba jugando cualquier partido. Cada falla o acierto fue motivo para levantarse de sus lugares. Entonces, la imagen general de la explanada principal pasó a convertirse en una coreografía de caras y gestos.

Los seguidores de los 49ers vivieron el enfrentamiento con mayor intensidad. El fantasma de no ganar un título desde 1995 cobró fuerza mientras caía la noche en la Ciudad de México.

El sufrimiento es parte de nuestro ADN, aseguró un fan después de que los Jefes le dieron la vuelta al cotejo, pero aún los dos equipos se jugaban la vida en el emparrillado.

Al final, aquellas memorias del pasado volvieron una vez más al presente con el título de los Jefes de Kansas City. Entre miradas de incredulidad, la afición de San Francisco volvió a vivir una pesadilla.