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Dan el Premio Internacional Carlo Scarpa para el Paisaje al Espacio Escultórico de CU

Comparte la condecoración con la reserva del Pedregal de San Ángel

Especial Para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 10 de febrero de 2024, p. 4

La Fundación Benetton Studi Ricerche, con sede en el norte de Italia, concedió de manera unánime el Premio Internacional para el Paisaje Carlo Scarpa al Espacio Escultórico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y a la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (Repsa) en su trigésima tercera edición, correspondiente al periodo 2023-2024. Carlo Scarpa fue uno de los mayores y más famosos arquitectos y diseñadores italianos del siglo XX.

El reconocimiento condecora lugares significativos en valores de naturaleza, memoria e invención, y consiste en difundir el conocimiento del lugar mediante una publicación bilingüe en inglés e italiano, disponible en librerías, así como en la creación de un documental (en este caso, realizado por Davide Gambino) y una exposición en Treviso, en la sede de la fundación, que en este caso se realizará del 12 de abril al 30 de junio. Ese día se llevará a cabo un coloquio con el equipo docente de la UNAM, donde participarán Juan Ignacio del Cueto, Louise Noelle, Silke Cram y Pedro Camarena.

El Espacio Escultórico se ubica en la zona del Centro Cultural Universitario. Consta de un anillo dentado compuesto por 74 prismas de cemento dispuestos en una circunferencia de 120 metros que rodea un terreno volcánico.

La entrega del premio se hará por conducto de Rosa Beltrán, coordinadora de Difusión Cultural UNAM, quien lo recibirá en nombre del rector Leonardo Lomelí Vanegas de manera simbólica en tanto sucesor de Guillermo Soberón Acevedo, quien en 1979 comisionó el Espacio Escultórico a un grupo de artistas cercanos al geometrismo escultórico: Federico Silva, Mathias Goeritz, Manuel Felguérez, Helen Escobedo, Hersúa y Sebastián.

Retos de los jardines urbanos

Una comisión científica, compuesta por un equipo interdisciplinario de 10 especialistas europeos, seleccionó el Espacio Escultórico por ser una obra colectiva, que creó un lugar poético y sugestivo, emergiendo de la aparente desolación de un terreno de piedra volcánica. Este espacio abraza las estratificaciones geológicas e históricas desde la antigüedad de los cuicuilcos hasta la escultura modernista, todo incorporado en un paisaje dinámico que estimula la reflexión y permite el disfrute público en un constante devenir; modelado por las estaciones, el clima y la luz.

El comunicado describe la obra como surgida de un vacío y, a través de éste, revela un mundo más amplio, al fomentar la reflexión sobre nuestro ser naturaleza. Se destaca la similitud con otros lugares premiados en el pasado, como Maredolce-La Favara, en Palermo, jardín árabe-normando amenazado por la periferia urbana, o el Jardín de Cactus de César Manrique, en Lanzarote, en las Islas Canarias, que transforma un terreno inhóspito en un proyecto generativo, en sintonía con la noción contemporánea de paisaje, similar a lo logrado por el Natur Park Südgelände, en Berlín.

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▲ En 1979, el ex rector Guillermo Soberón comisionó a un grupo de artistas para crear el Espacio Escultórico.Foto ©Andrés Cedillo/Espacios

En una entrevista con La Jornada, el doctor Juan Ignacio del Cueto, director de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, menciona que este premio es posiblemente el más destacado en el ámbito de la arquitectura del paisaje, y uno de los primeros en crearse en este sector específico. Destaca que es un reconocimiento al Pedregal de San Ángel y a los esfuerzos de la UNAM por preservarlo, ya que estaba en peligro de desaparición.

El doctor Del Cueto resalta cómo la comisión visitó en mayo de 2023, otros espacios verdes, como Chapultepec, Xochimilco y el Tepozteco, entre otros, pero en su elección fue determinante la sobrevivencia del pedregal.

La Repsa se desarrolló en 1983 como respuesta al impacto artístico del Espacio Escultórico, que ganó aprecio entre los universitarios, generando conciencia sobre su belleza y la necesidad de preservar el paisaje volcánico. Del Cueto recuerda que un grupo de estudiantes y profesores de la Facultad de Ciencias inició esta defensa, deteniendo la inminente destrucción del sitio.

Era un área de unas 760 hectáres que el gobierno federal donó a la UNAM, de las cuales quedan menos de 200, diseminadas como un archipiélago. Todavía hay zonas que podrían salvarse, como las que están en la ladera del Ajusco, de donde salió lava del Xitle, y como el propio cráter del volcán, que quedó cubierto por dos milenios, desde su erupción hasta los años 20 del siglo XX, cuando se descubrió.

Del Cueto recordó que el pedregal sigue amenazado, incluso por la misma UNAM, con la construcción de la muy polémica Torre H, que fue un autogol. Puntualiza también la importancia de que el Espacio Escultórico no se cierre los fines de semana para que lo disfrute la gente. Es un premio muy importante que ha puesto al Espacio Escultórico en el escaparate arquitectónico mundial.