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En Crass no teníamos todas las respuestas, y aún carecemos de ellas: Steve Ignorant
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▲ El ex vocalista de la agrupación británica se presentará en el festival Punkytud, en el estado de México.Foto Facebook del cantante
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Martes 30 de enero de 2024, p. 8

Steve Ignorant, cantante de los fundacionales Crass, se presentará en el festival internacional Punkytud, los días 4 y 5 de mayo en Hacienda Los Morales, Papalotla, estado de México.

Bajo el lema No hay más autoridad que tú mismo, Crass tuvo origen en Eppeing, Essex, Inglaterra, en 1977, con Penny Rimbaud en la batería y el cantante Steve Ignorant, en una casa comunal fundada en el siglo XVI, junto a Pete Wright en el bajo, Phil Free en la guitarra y Eve Libertine con Joy de Vivre en las voces.

Sus letras abarcaron desde el feminismo hasta la amenaza nuclear de forma directa, enojada e inteligente. Esto, sumado a una inventiva musical amplia y a una iconografía destacada, dio por resultado la supervivencia de la agrupación a lo largo de décadas

La conexión jipi

Según Penny Rimbaud, una influencia en la formación de la banda y en su visión del mundo fue la muerte de Wally Hope, fundador del histórico festival musical Stonehenge y creador de una comuna donde todos se llamaban Wally. Rimbaud investigó y publicó trabajos sobre Hope, ideólogo jipi de mediados de los años 70, quien fue detenido con LSD y sobremedicado en un hospital siquiátrico, lo que le impidió participar de un experimento social de ocupar tierra cercana a territorios militares estatales para hacer un espectáculo gratuito.

Rimbaud consideró el asunto como complot policial, y la experiencia marcó su punto de vista al formar Crass. Para el cantante Steve Ignorant desde el jipismo al punk no hay un cambio de ideología, sino de formas: “Hubo cosas buenas sobre el movimiento político jipi en Inglaterra: comenzaron el movimiento okupa y crearon sus propias clínicas de salud. El único problema era que una parte decía: ‘Queremos un mundo mejor, si es posible, por favor’, mientras el movimiento punk demandaba: ‘un mundo mejor, y no estamos preguntando: estamos exigiendo’. Había áreas de los jipis que fueron revindicadas por el punk, como hacerte responsable de tus propias acciones y ser fuertes para ayudarnos mutuamente”.

Rimbaud pudo haber sido el ideólogo de Crass, pero Ignorant bajó las poesías de Penny, con múltiples sentidos y declamada, para transformarla en un lenguaje callejero, por eso crudo es la más amable traducción de su nombre.

Esa capacidad de Ignorant para sonar a la vez sincero y enojado cuando llama a Jesucristo cabrón en So What, combinada con un guitarrista singular y un baterista con una forma de tocar diferente de sus compañeros generacionales, fueron determinantes para Crass como unidad sonora y visual integrada. Vale aclararlo porque es tentador hablar sólo de política cuando pensamos en ellos, pues su historia se cruza intencionalmente con diferentes acontecimientos de su época, por ejemplo, las fuerzas armadas como amenaza para la sociedad civil y las guerrillas. Utilizando su propia definición de punk, en seis años de actividad lograron la credibilidad y relevancia con que figuras consagradas del pop sueñan por las noches. La tipografía utilizada por Crass es hace años un sinónimo de arte callejero y esténcil, originalmente diseñada en 1936 para el ejército estadunidense.

En The Clash, grupo liderado por Joe Strummer, vieron un espectáculo musical entretenido pero que banalizaba varias de las causas que interesaban al grupo, una especie de cosplay sobre la anarquía, lo que resultó en que los nombraran en la canción White Punks on Hope. Sin embargo, cuenta Ignorant que en su opinión los que estaban en un lugar realmente antagónico a Crass no eran The Clash ni Sex Pistols, sino los boneheads, término utilizado para denominar a la facción racista de los skinheads: “La gente que estaba en el lado opuesto a nosotros sería los boneheads, los idiotas que ves con una esvástica tatuada, no los skinheads que escuchaban reggae; ellos creían que podían eliminar a los punks pero pronto aprendieron que no podían lograrlo”.

La influencia de un grupo no se mide necesariamente por la cantidad de discos vendidos. Crass sería el ejemplo perfecto porque su visión política los llevó a tratar con todo tipo de situaciones y personas. Una grabación al estilo cut-up, que simulaba una conversación entre el ex presidente Ronald Reagan y su equivalente británica Margaret Thatcher llamó la atención de los servicios de inteligencia y fue atribuida a los agentes secretos rusos de la KGB. En ese intercambio entre primeros mandatarios confeccionado por integrantes de Crass, se sugería que el hundimiento del buque Sheffield, durante la guerra de Las Malvinas entre Argentina e Inglaterra, había sido incentivado por el gobierno para propiciar ese enfrentamiento, información confidencial que fue dada al grupo por un soldado. Según este testimonio, en aquel conflicto se repetía la vieja historia de fraguar un ataque para iniciar una guerra. Steve da detalles de esa filtración de importancia política: “La información sobre el barco Sheffield vino de un soldado que participó en la guerra. Nos encontramos cara a cara en Londres y nos dijo lo que había sucedido: él estuvo en un barco llamado Country y la gente sospechaba sobre este accionar militar. Sabíamos que con esta grabación nos estábamos colocando en una situación delicada porque el país estaba pasando por una fiebre nacionalista”.

La madre de la guerra

El siguiente lanzamiento, How Does It Feel To Be the Mother of a Thousand Dead?, (¿Qué se siente ser la madre de mil muertos?) acusaba directamente a Thatcher: “El momento de mayor persecución fue durante la guerra de Falklands, el gobierno nos tomó realmente en cuenta, supimos que nuestro teléfono estaba intervenido, nos enteramos de que el MI5 –los servicios de inteligencia británicos– nos tenían vigilados. Fue un momento muy pesado: cuando recibimos cartas de apoyo de la oposición a Thatcher, el Partido Laborista, supimos que se estaba volviendo un asunto muy serio”.

Es interesante cómo Crass difundió su variado punto de vista a través de fanzines en vez de las revistas musicales que dominaron la época. Más interesante aún es que no eran mencionados por los periódicos de Inglaterra, a sabiendas de que eran los que tenían una opinión bien formada sobre la amenaza nuclear, la opresión fomentada por la Iglesia Católica y el desprecio de los ricos sobre los demás: Estábamos bien con ciertas personas de las revistas dedicadas a la música, pero los medios nacionales no nos querían en absoluto; éramos demasiado peligrosos para ellos. Estuvo bien hacer muchas entrevistas con fanzines porque nos mantuvo cerca de la gente. Si hubiéramos querido ser una banda de rock o de pop hubiéramos necesitado más de los medios. Los diarios nacionales se dieron cuenta de que nuestras acciones eran amenazantes porque no los necesitábamos.

La horizontalidad de Crass, grupo sin líder definido, generó un espacio para preguntarse por su propio funcionamiento. Aunque estábamos escribiendo esas canciones, aún estábamos cuestionándolo todo. No teníamos todas las respuestas y todavía no las tenemos, por tanto, cuestionarnos era lo correcto. Por ejemplo, ¿estamos haciendo el mundo más peligroso invitando a la gente a nuestros conciertos? Estar en esa posición, siendo un hombre en mis veintes, fue increíblemente desafiante.

La víspera del año que nombró al libro de Orwell (1984), los integrantes de Crass discutieron sobre uno de sus lemas fundamentales, Anarquía y paz. Dice Ignorant: Hubo varios debates en el grupo sobre la acción violenta o relacionarnos con gente violenta. A fines de 1983 había diferencias dentro del grupo; algunos sosteníamos posturas pacíficas mientras otros no es que estuvieran considerando el terrorismo, pero sí llevar sus acciones un paso adelante, hacia lo que podría llamarse sedición real.

El final de la banda, que implicaba ese grado de compromiso constante fue un cambio contundente en la vida de Ignorant, que de alguna forma se había convertido involuntariamente en el cantante de un grupo que se transformó en la brújula ética de un movimiento juvenil: Después de siete años en Crass, viendo cómo pasó de ser un proyecto divertido a un grupo que depende del contexto político, cuando terminó fue como un soplo de aire fresco: ya no tenía que usar ropa negra todo el tiempo, podía pensar y decir lo que quería sin sentir que decepcionaba a Crass. Esos siete años estuvimos en un lugar mental oscuro, con un imaginario pesado ligado a los complots individualistas de la raza humana. Así que cuando terminó, fue bueno no tener que mirar esas cosas, ver el sol, la gente sonriente, planear una vacación por un fin de semana, mirar más allá del mundo de Crass.