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Ante tantas historias planas, encontrar el talento es lo importante: Bertha Navarro

Produce Tiempos futuros, del realizador peruano Víctor Checa, que se estrenará el 25 de enero

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▲ Fotogramas de la cinta del cineasta Víctor Checa, producida por Bertha Navarro.
 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de enero de 2024, p. 6

En más de medio siglo, para Bertha Navarro una de sus mayores virtudes ha sido ver el talento del otro, porque éste brilla.

Matriarca de la producción del cine en nuestro país. Reed: México insurgente (Paul Leduc, 1970), Un embrujo (Carlos Carrera), Cabeza de Vaca (Nicolás Echevarría, 1990), y la ópera prima de Guillermo del Toro: Cronos (1992) fueron sus primeros archivos fílmicos. Con Del Toro estableció una relación que se tradujo en la producción de las siguientes películas del tapatío: El espinazo de diablo (2001) y El laberinto del fauno (2006), además de la creación en conjunto de la productora Tequila Gang (antes Iguana Films). Son más de 40 filmes los que ha producido.

Bertha Navarro, Premio Nacional de Artes y Literatura 2020, nos vuelve a dar el privilegio de ver su nombre como productora en los créditos de un filme que se estrenará el 25 de enero en salas mexicanas por medio de Piano Distribución.

Se trata de Tiempos futuros, ópera prima del peruano Víctor Checa, quien junto con la productora, entrega una oscura, pero profunda historia mediante la ciencia ficción sobre la relación de un padre con su hijo en un entorno distópico causado por la ausencia de lluvia. Una historia sencilla y plena de lucidez.

La historia de Navarro en el séptimo arte ha ido de la mano del gran talento y de ofrecer un cine, más que de calidad, de sensibilidad. Ella es una de las que nos ha hecho entender lo que se ha hecho en este país en cinco décadas en ese ámbito.

Época difícil

Desde hace unos 30 años realiza un taller de guion en los que han salidos algunas de las producciones que ha hecho. El talento no tiene que ver con el dinero sino sólo con lo que está adentro de los creativos. Desde que comencé, lo que más me importa es encontrarme con el talento, sobre todo hoy ante tantas películas planas, y eso me pasó con la historia de Víctor. Por eso me gusta buscar, porque hoy día los guiones son cada vez más llanos. Son épocas, y ahora estamos en una difícil, comenta en entrevista con La Jornada la cineasta-productora.

Navarro asegura que el cine está cambiando. Ahora que tuve que votar para las cintas que competirán en los Óscar, vi una gran cantidad de historias en las que pueden pasar 45 minutos y no pasa nada. Estamos pasando por un periodo raro. Por ello, “lo que más me gustó de Tiempos futuros es la sencillez y esa relación padre e hijo inusual, en la que el vástago es quien está ligado a la realidad”.

Trabajar con estos guiones a ella la da impulso para seguir “buscando y haciendo… quiero seguir (produciendo)”.

–¿Quien produce una película, tendría que ser por rigor un cineasta?

–La función del productor es bastante difícil de definir. Yo, me defino primero como cineasta y luego como productora. Siempre fue así porque me interesaba dirigir pero cuando comencé era muy difícil para nosotras. Ahora, creo que los productores deben saber más de cine, poder reconocer el talento. Afirma: hago las cintas que realmente me mueven, me llaman.

–Y ¿cuál es el momento para decidir impulsar un filme?

–Insiste en que son periodos. Hay veces que hay bonanza de talento y otras, está planito (carente). No es constante que surja.

Ingenio en los guiones

Por tal razón, en la mayoría de casos, produce primeras películas porque “hay una fuerza, un ímpetu; es saber ver, buscar, que te conmuevan, y ojalá siga habiendo ingenio en los guiones. Hoy día las cosas están muy complejas. Es más difícil, porque ese cambio a las plataformas, lo intenté y dije no, porque en ese ámbito hay muchas actitudes… (se reserva el comentario)… y ya no estoy en edad como para… supongo que los jóvenes tendrán que lidiar con ellas pero, voy de salida. Por decisión no tendré la experiencia de trabajar para una plataforma. Los de la vieja escuela también tendrán que lidiar con ese trato que dan las plataformas porque es lo que hay. Tengo un historial que me hace quedarme en el cine (de pantalla grande)”.

Reitera su asombro con un nuevo lenguaje en el cine. Se refiere irónicamente al lenguaje de no contar prácticamente nada.

–¿Y entonces qué es lo que se exhibe en esas películas?

–Son historias alargadísimas en las que puede pasar mucho tiempo en pantalla y apenas empiezas a ver un cambio en el protagonista. Y no sé, pero eso es constante. Son épocas, quizá; a lo mejor están en la contemplación. Esta propuesta de no decir nada me desubica, pero seguiré haciendo lo que sé hacer. Hay que recordar que es toda una aventura producir una filme.

–¿De dónde saca la energía para ese viaje que es el concretar una película?

–Todavía hay (energía), y el ver por fin un guion realizado en la pantalla, me da impulso. Creo también que ahora los cineastas tienen que estar unidos, tener más diálogo entre ellos. Pasa el tiempo y con los 20 millones (de pesos) que hacías una película grande, ahora no son nada. Todo está más caro. Y ésas, son batallas que hay que estar dando. Las nuevas generaciones tienen que darlas y ojalá sobreviva nuestra cinematografía con buenas cintas.

Asegura que, por ejemplo, las cineastas son las que están dando cara por nuestro cine. “Por ejemplo, me gustó mucho Tótem; ahora las mujeres realizadoras vienen con todo”.

Adelanta que tiene en mente la idea de hacer algo sobre el trabajo de Elmer Mendoza. Tiene los prederechos de algunas de sus novelas que quizá puedan terminar en un filme. Se trata de la novela negra de México más potente, asegura.

Tiempos futuros es una película carente de luz. Así es su personalidad, parte también de la de una ciudad en la que se desarrolla, Lima, Perú, lugar donde creció el director.

La génesis de inspiración del largometraje se inicia con una máquina con la que trabajaba el padre del director. Se trataba de un artefacto para multiplicar energía con la que el padre de Víctor, finado hace poco tiempo y a quien dedica el filme, tuvo una relación.

“Mi padre desarrolló una relación con la máquina, que al final, nunca funcionó pero de ahí nació la idea de este aparato para generar lluvia, porque en Lima hay 90 por ciento de humedad pero nunca llueve. Y siempre pensamos como una idea revolucionaria el tener un artefacto que pudiera generarla, comentó por su parte Víctor Checa.

La cinta tomó forma luego de la muerte de su papá, pero como la escritura del texto se inició desde 2013, fuimos reinterpretando la personalidad de la máquina y el ambiente de la película. Vino luego la pandemia y fue cambiando. He vivido casi toda la vida en Lima. Y esa urbe tiene una característica: es muy melancólica. Alguien la menciona como la ciudad más triste del mundo porque es la ciudad sin lágrimas. Casi todo el tiempo es gris y existe una sensación de que algo va a pasar y nunca pasa. Mucho del filme tomó forma de esa sensación distópica y oscura a partir de una idea original de las calles vacías y lo que pasó en la pandemia (tiempo en el que se rodó el filme), esa sensación entró y le dio al final la personalidad que tiene, afirma el realizador.

Hoy lo que pasa en Perú –agrega Checa– “es que vivimos un tiempo político convulso y complicado, que al final se incrustó en el filme, como el duelo de mi papá, el tiempo de covid –que recordó mi infancia en una época de terrorismo en Perú– y ahora, el ya no vivir en mi país. Tuve que renamorarme de la historia varias veces. Y por ahí hacer un homenaje a la ciudad donde crecí”.

Tiempos futuros se estrenará en salas nacionales el 25 de enero.