El Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM) exhibe hasta marzo un tríptico de murales en solidaridad con el pueblo de Palestina, cuya causa, según el pintor Gustavo Chávez Pavón, uno de los autores, es la de todos los pueblos del mundo: la lucha por la defensa de la tierra, la dignidad y la libertad.

La obra es temporal y en su elaboración participaron también los artistas Antonio Ortiz Gritón y Eduardo Rivas, de Insurrección Visual, a invitación de la directora de ese recinto dependiente del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Alejandra Gómez Colorado.

Es un trabajo muy importante, porque casi nadie, de manera institucional, ha hecho algo en apoyo al pueblo palestino, que está siendo masacrado por el Estado israelí. Todos vociferan en contra de Rusia por lo de Ucrania, pero nadie se acuerda de que este último fue un bastión del espionaje nazi, sostiene Chávez Pavón.

Es terrible ver este sesgo en favor de Ucrania y cómo, ante la guerra de exterminio que sufre el pueblo palestino, los principales países europeos no dicen ni hacen nada, critica, y menciona que ese apoyo “tiene que ver con los esfuerzos de Estados Unidos y la Unión Europea –desde épocas anteriores a Napoleón– por desarticular a ese gran continente que es Rusia y dividirse su territorio, como han hecho con Asia, África, los países árabes y América Latina, pero no han podido.”

El pintor y activista político oriundo de la Ciudad de México, cuyos murales pintados desde hace 30 años en las comunidades zapatistas de los Altos de Chiapas se han convertido en emblema de ese movimiento, habla en entrevista sobre su participación en ese tríptico muralístico que se presenta en el MNCM (Moneda 13, Centro Histórico).

Explica que para él fue primordial destacar en esa pieza la capacidad y la importancia de la lucha del pueblo palestino, dignificar su rebeldía y resistencia, y no centrarse en el sufrimiento ni medrar con la lastimosidad que generan las guerras.

Así, pintó una mujer con su hatta o pañuelo palestino enredado en la cabeza y con una resortera entre sus manos, forma básica que tienen para defenderse los compañeros palestinos. Esa resortera simboliza la dignidad, y la mujer apunta hacia el cielo, como tratando de disparar hacia dónde vienen los misiles israelíes.

Es una imagen y una realidad que Chávez Pavón conoce muy de cerca, ya que hace 20 años, en 2004, fue invitado a Palestina para pintar en el muro de la franja de Gaza, experiencia de la que se dice privilegiado y orgulloso por haber llevado y compartido a esas tierras el mensaje de solidaridad de las bases zapatistas chiapanecas.

“Me siento muy hermanado con el pueblo palestino. Como hace 20 años, ahora pinté aquí en México algo que representara y dignificara también la resistencia armada. Por eso bauticé al mural como El pueblo armado vencerá”, subraya.

En su opinión, poco o nada ha cambiado la situación en estas dos décadas para el pueblo palestino, que sigue igual de jodido, saqueado, con ese mismo saqueo que hemos tenido en México, y todo lo que se conoce como tercer mundo, de las potencias europeas.

Agrega que “no sólo saqueados, sino que seguimos invadidos de todas las formas: militar, ideológica, cultural y filosófica. Como decía Enrique Dussel, tenemos el eurocentismo metido hasta en los zapatos. Es lo mismo que están haciendo los israelíes con los palestinos; tenemos muchas semejanzas.

A 20 años, me da mucho coraje que nuestros pueblos sigan creyendo como verdad absoluta las noticias que nos dan y que buscan hacernos pensar que los terroristas son los palestinos cuando el terrorista es el Estado israelí. Es lo más terrible, que muchos piensen así y lo crean cuando nosotros estamos viendo y palpando, no sólo en Palestina, sino en México, cómo son la invasión y el saqueo.