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Josefina Lavalle hizo lo que le vino en gana con un estilo sofisticado

A finales de este mes se conmemorará el centenario del natalicio de la coreógrafa

 
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de enero de 2024, p. 5

El 29 de enero se conmemorará el centenario del natalicio de la coreógrafa, investigadora y cofundadora de la Academia de la Danza Mexicana (ADM), Josefina Lavalle, quien dedicó su vida al arte de Terpsícore y cuya creatividad se materializó en más de 40 obras, entre las que sobresalen Juan Calavera, La maestra rural, Informe para una academia, Danza para cinco palabras, Sueño de un domingo por la tarde en la Alameda, Cambio de tiempo y Corrido.

En entrevista con La Jornada, la escritora, socióloga e investigadora de danza Patricia Camacho Quintos consideró que la maestra Lavalle fue una mujer institucional y rebelde a la vez. Contribuyó a la fundación de la ADM, a la del Ballet Nacional de México, que codirigió junto a Guillermina Bravo, y a la del Ballet Mexicano.

Camacho recordó que la coreógrafa creó el perfil de bailarín integral, que consistía en forjar intérpretes aptos para desempeñarse en todos los géneros dancísticos. Defendió a la institución con dientes y uñas cuando la quisieron fusionar al entonces Sistema Nacional para la Enseñanza Profesional de la Danza.

La coreógrafa y bailarina Cecilia Lugo, quien fue alumna de la maestra en la ADM, expresó que “Josefina Lavalle fue una figura icónica para la danza nacional. Se distinguió siempre por la suavidad de sus maneras al hablar, su distinción al caminar, su prudente sabiduría, fue una maestra que logró sumar en su persona los desafíos de una época, le tocó inaugurar nuevas maneras de hacer danza.

Su idea de formación integral del bailarín es algo en lo que siempre coincidí, otorgándole la dimensión profunda de su propuesta.

La creadora también recordó que su maestra la invitó a montar dos de sus obras para mujeres de las generaciones que egresaban. “Confiaba mucho en mi manera de componer danza, se sentía orgullosa de que hubiera egresado de la ADM. Me decía que mi obra Pueblos de viento (1994) era de las piezas que más le gustaban de la danza mexicana. Fuimos amigas hasta el final de sus días”.

Lavalle comenzó sus estudios en la Escuela Nacional de Danza, dirigida por Nellie Campobello, en 1937. Al siguiente año continuó sus estudios de danza clásica en la Academia de Danza de Estrella Morales. En 1939 recibió el título de bailarina y maestra, y se integró al Ballet de Bellas Artes, grupo de danza moderna dirigido por Waldeen, donde consolidó su formación técnica y coreográfica.

En su carrera como ejecutante y coreógrafa asistió a cursos de figuras como Estella Morales, Grisha Nabivach, Waldeen, José Limón, Lucas Hoving, Anna Sokolow, Yúriko, Nelsy Dambré, Xavier Francis y Nellie Happee.

Entre 1958 y 1962 la creadora fundó con Guillermo Arriaga (1926-2014) el Ballet Popular de México y realizó una temporada inaugural en el teatro de la Unidad Santa Fe del Instituto Mexicano del Seguro Social. Ese mismo año la agrupación realizó una gira por Europa y representó al país en el Festival Cultural organizado con motivo de la Feria Mundial de 1958 en Bruselas, Bélgica.

Foto
▲ La coreógrafa, bailarina y académica Josefina Lavalle fundó y dirigió Fonadan, la primera institución en México que hizo investigación dancística a nivel profesional.Foto tomada del libro Josefina
Lavalle: Institucionalidad y rebeldía, de Patricia
Camacho Quintos

Adelantada a su tiempo

Patricia Camacho comentó que la maestra también fundó y dirigió Fonadan, la primera institución en México que hizo investigación dancística a nivel profesional. “Al desaparecer Fonadan, Josefina Lavalle fue incorporada al Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza, siendo la primera persona en llegar ahí ya con una trayectoria como investigadora dancística.

“Sus alumnas la recuerdan como una maestra que les dejó honda huella. Como coreógrafa era precisa, clara y ágil para montar sus obras. Me consta, pues la vi remontar el ballet La Coronela, de Waldeen, con bailarines de Aguascalientes.”

En palabras de Camacho, Lavalle fue una mujer adelantada a su tiempo porque hizo de su vida personal “lo que le vino en gana, siempre con la elegancia y el estilo sofisticado que la caracterizó.

“Tuve la fortuna de regalarle en vida el libro que escribí no sólo sobre ella, sino para ella: Josefina Lavalle: Institucionalidad y rebeldía. Lo presentamos en un multitudinario evento, encabezado por la homenajeada, el día de su último cumpleaños.

Guillermo Arriaga (1926-2014) en una entrevista publicada en el libro de Camacho describió a Lavalle como una extraordinaria coreógrafa, con un gran talento como creadora e investigadora. Como público puedo decir que Josefina Lavalle ha sido una de las intérpretes más esplendorosas, más comunicativas de toda nuestra generación.

En opinión del gremio dancístico, la labor de Lavalle en la enseñanza y la investigación permitió modernizar los planes de estudio y registrar un número considerable de danzas regionales.

Para la coreógrafa y bailarina Cecilia Appleton, la maestra representó un cambio en la danza por su lenguaje depurado, pero sin perder la relación de esos cuerpos que bailan desde una técnica un poco más depurada. Sin duda, Lavalle es una figura trascendental de la danza moderna y también se destacó en la investigación antropológica del país y en el aspecto educativo. Tuve el privilegio de que fuera la directora de la ADM en el momento en que estudiaba y Lavalle dejó una visión clara sobre la danza popular.

Josefina Lavalle publicó en 2002 el libro En busca de la danza moderna mexicana, en el que rastrea la conformación de la danza moderna mexicana en las primeras décadas del siglo XX. En 2007 recibió la Medalla INBA-José Limón, en reconocimiento a su trayectoria profesional y, a principios de 2009 obtuvo el Premio a la Excelencia Académica. Falleció el 25 de mayo de 2009 en la Ciudad de México.