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Artista resignifica la noción de paisaje y aborda la migración

Miguel Fernández de Castro expone La deuda en el Marco // Consta de pintura, instalación, foto y objetos

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▲ La exposición permanecerá hasta el 3 de marzo.Foto cortesía del museo regiomontano
 
Periódico La Jornada
Martes 19 de diciembre de 2023, p. 5

Nacido en Altar, Sonora, el artista Miguel Fernández de Castro (1986) conoce muy bien el desierto de su estado natal. No es de extrañarse, pues, que ese paisaje árido e inhóspito sea la punta de partida de su obra.

En su proyecto La deuda: No hay dónde esconderse en campo abierto, que se exhibe en el Museo de Arte Contemporáneo (Marco), en Monterrey, Fernández de Castro retoma y resignifica el concepto del paisaje a partir de la problemática social que implica la migración, representada por medio de los uniformes de camuflaje que suelen adquirir las personas en tránsito con la esperanza de pasar desapercibidas ante las autoridades. La exposición de tres piezas consta de pintura, instalación, fotografía y objetos.

En años recientes, Fernández de Castro ha colaborado con uno de los talleres de costura dedicados a la elaboración de ropa de camuflaje, ubicados en la cabecera municipal de Altar, que colinda con el condado de Pima, en Arizona, Estados Unidos.

Dada su cercanía con la frontera internacional, y, por ende, expuesto al fenómeno migratorio, los clientes principales de los talleres de costura son las organizaciones de tráfico de migrantes.

Las prendas de camuflaje comúnmente son el uniforme de militares que buscan no ser identificados por otro agente o enemigo en trabajo en campo. En Altar, el uso de ese estampado tiene otro propósito y subvierte el significado del uniforme. Es decir, de un contexto militar o bélico, en el que es portado por elementos de fuerzas armadas de los gobiernos, las prendas pasan a ser utilizadas en una situación relacionada con la migración ilegal y el tráfico de personas.

Para el artista, el fenómeno migratorio es un tema difícil, porque los discursos generados implican hablar por el otro, y encierra un problema de origen: asumir que uno tiene derecho de hacerlo, algo de lo que me quiero alejar. Por eso, me concentro en hablar e indagar sobre el periodo de tránsito de migrantes hacia Estados Unidos en el que Altar, donde radico, está profundamente metido, expresa en entrevista para Marco.

En su aproximación al tema, Fernández de Castro intenta alejarse de las dicotomías; es decir, lo bueno o malo con relación a algo. No obstante, en un fenómeno tan complicado, como la migración, necesariamente hay, a final de cuentas, una postura. Trato de que la mía evidencie estos entresijos que hay bajo la superficie de lo que generalmente se conoce sobre esta economía; exponer sobre el tablero ese juego de cosas y de alguna manera alejarme en un segundo instante para que eso siga su camino.

Según el artista, la aproximación occidental al paisaje muchas veces ha resultado nociva para entenderlo: Trato de alejarme de esa mirada, aunque sea de manera que pueda sonar paradójica, al utilizar su propio lenguaje, que muchas veces es de hipervigilancia, de control absoluto de cada centímetro cuadrado del territorio. Trato de replicar y hacer mímesis de ese lenguaje para agotarlo de alguna manera. Incluso, si se puede, llevarlo a un punto de absurdo.

La exposición La deuda: No hay dónde esconderse en campo abierto permanecerá hasta el 3 de marzo de 2024 en el Marco, en Monterrey.