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Salinas Pliego depreda Valle de Bravo
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partir de la segunda mitad del siglo pasado, Valle de Bravo fue un atractivo turístico, especialmente para los habitantes de la Ciudad de México, que padecían una creciente contaminación atmosférica. Valle de Bravo era en cambio un remanso natural, con lago, arroyos cristalinos y una bella riqueza forestal. Sus habitantes dependían en buena parte del turismo que incluía deportes acuáticos, comida regional, artesanías y hospitalidad.

Pero pronto todo cambió. Lujosas residencias y desarrollos inmobiliarios a costa de las áreas forestales. Arroyos que surtían al lago los desviaron en beneficio de particulares. Existen más de 300 lagos artificiales en ranchos y conjuntos campestres en las comunidades de Avándaro, Acatitlán y otras. Sus propietarios son dueños de medios de comunicación, banqueros y/o empresarios poderosos, como detalló Israel Dávila, corresponsal de La Jornada (25/11/23).

Los pobladores del municipio llevan décadas exigiendo la intervención oficial para evitar el ecocidio. Mas se impone el poder del dinero, los intereses políticos, la corrupción. Ese 25 de noviembre, numerosos pobladores y prestadores de servicios de Valle de Bravo pidieron de nuevo la intervención de las autoridades a fin de evitar que la presa Miguel Alemán se seque completamente. De ella se extrae agua para el Sistema Cutzamala que surte a la Ciudad de México. Está a un tercio de su capacidad, su mínimo histórico. Si continúa esa extracción, el embalse se secará. Y también las presas Villa Victoria y El Bosque, en Michoacán, que surten al Cutzamala.

Grupos ambientalistas resumen lo que ocurre en Valle de Bravo y poblaciones vecinas: sobrexplotación del cuerpo de agua, menos caudal al embalse desde los cerros aledaños, reducción de los bosques, cambio de uso del suelo, privatización del agua en las partes altas de la cuenca, construcción ilegal de pozos por particulares y variaciones climáticas por el calentamiento global.

Un ejemplo aberrante del abuso de poder y de corrupción es el Sttupa Regeneración, proyecto promovido por Banco Azteca, propiedad del señor Salinas Pliego. El pasado 30 de junio, el banco ingresó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) un documento con el fin de obtener la autorización en materia de impacto ambiental y cambio de uso de suelo en terrenos forestales para dicho proyecto.

Éste consiste en la construcción de 22 subunidades de las cuales 19 son para casas habitacionales; una para infraestructura de capacitación y prácticas profesionales en agroecología y gastronomía local e internacional y vivero forestal para la restauración, y las dos dos restantes para infraestructura de capacitación y prácticas profesionales en turismo sustentable. Esa obra exige la apertura de caminos y obras asociadas a cuerpos de agua en una superficie de 550 mil metros cuadrados, de los cuales 79 mil 637, requieren cambio de uso de suelo forestal.

El proyecto se ubica dentro de las áreas naturales protegidas de las cuencas de los ríos Valle de Bravo, Malacatepec, Tilostoc y Temascaltepec. Es el santuario del agua de Valle Bravo, con el que se busca proteger y preservar bienes ambientales y el tan apreciado y cada vez más escaso recurso hídrico. Afectarlas ocasiona graves desequilibrios ecológicos, pues son básicas para recargar el acuífero, la presa Miguel Alemán y la subcuenca de Valle de Bravo; la calidad del aire, conservación de suelos, paisaje, vida silvestre y biodiversidad, pues hay especies clasificadas como de protección especial, amenazadas y/o en peligro de extinción.

Un proyecto de tal magnitud en una zona primordial para el ambiente y que lo alteraría notablemente, inició obras sin la autorización correspondiente y talando vegetación forestal. Las obras fueron clausuradas por la delegación federal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en el estado de México. Pese a todo, Banco Azteca busca obtener su autorización y, por supuesto, sin consultar a los habitantes de Valle de Bravo.

Por el bien de todos, como reza otro eslogan del sexenio, éste y cualquier proyecto inmobiliario depredador en Valle de Bravo debe prohibirse.