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Un estudio ignorado
E

n el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado se realizó el estudio más completo que existe sobre los efectos ambientales y sociales de la explotación petrolera y petroquímica en el corredor Coatzacoalcos-Minatitlán-Cosoleacaque-Cangrejera, donde se concentraba 90 por ciento de dichas actividades del país. En esa investigación participaron especialistas de las universidades Nacional Autónoma de México, la Autónoma Metropolitana y la de Veracruz, en especial la Unidad Coatzacoalcos.

El estudio lo dirigió el doctor Alejandro Toledo Ocampo en el Centro de Ecodesarrollo, que hacía parte del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Analizaron la avifauna, la flora, la calidad del aire y de las cuencas hidrográficas de los ríos Coatzacoalcos y Tonalá; la salud de los niños, los recursos pesqueros.

El resultado: era la región más contaminada de México y una de las más en América Latina. Afectaba la salud de las poblaciones y los alimentos que consumían (como los pesqueros), la calidad del agua y el ambiente. El origen: las actividades petrolera y petroquímica.

El doctor Toledo Ocampo mostró, en el resumen que hizo, cómo era posible efectuar los cambios en las políticas públicas que llevaban al desastre ecológico y social a esa importante región. Las alternativas para lograrlo se plantearon con claridad. Y eran viables, siempre y cuando se cambiara el modelo depredador de la naturaleza y la vida humana que imperaba.

Gracias al patrocinio del entonces presidente municipal de Coatzacoalcos, don Pompeyo Figueroa, los frutos de ese trabajo se editaron a fines de 1988 en 15 tomos que se entregaron en el sexenio siguiente a las instancias oficiales responsables de remediar la situación. Sólo uno no se dignó recibirlos: el titular del Medio Ambiente, Patricio Chirinos, que luego desgobernó Veracruz.

Los funcionarios prometieron tomar las medidas necesarias para que el sur y Golfo de México retomaran su calidad ambiental. No cumplieron. Continúa la contaminación y las nuevas propuestas para remediarla no son vistas con simpatía ni gozan por lo general del apoyo gubernamental. Son los centros de investigación de las instituciones de educación pública los que trabajan allí, junto con algunas organizaciones ciudadanas que logran obtener recursos.

Uno de los jóvenes investigadores que participaron en ese magno estudio es Lorenzo Bozada Robles, de la Universidad Veracruzana. Él ha seguido los últimos 45 años monitoreando el estado ambiental y de salud de la población de esa región. En su último trabajo, en el cual participaron también Victoria Álvarez y la destacada toxicóloga Lilia Albert, de la asociación civil Ambiente y Desarrollo Social, muestran la contaminación por hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), metales pesados, plaguicidas organoclorados, policlorados y binfeniles (especialmente arsénico) que hay en el agua y los sedimentos de la presa Yuribia y su posible relación con la alta insuficiencia renal crónica que aqueja a Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque. Es más alta que el promedio nacional.

Esa contaminación tiene sus orígenes en la refinería General Lázaro Cárdenas, ubicada en Minatitlán, y en las demás industrias que existen en la región. Los aires se encargan de transportar las sustancias tóxicas hasta la Yuribia. Durante 35 años sus aguas, supuestamente potables, se destinan para consumo humano y uso doméstico. Ese uso explicaría el severo impacto a la salud que sufren los cientos de miles de pobladores de la región.

Dichos contaminantes son factores claves de riesgo para el desarrollo de la Insuficiencia Renal Crónica (IRC) y otras enfermedades renales. La IRC es un problema de salud pública en México y principalmente se le relaciona con la presencia de diabetes mellitus y con cardiopatía hipertensiva en los afectados.

Proporcionar agua de calidad y suficiente a la población es un derecho constitucional. En la citada región se viola desde hace mucho tiempo. El nuevo estudio es el enésimo llamado a las autoridades para que tomen medidas a fin de evitar la contaminación y garantizar un ambiente sano y salud a las poblaciones del sur de Veracruz. No creo que en este sexenio se logre. No seré hoy pesimista. A lo mejor el próximo sí.