Acapulco, Gro., En este puerto ya se inició la etapa de limpieza, saneamiento y evaluación de daños. Empresas y comerciantes aceleraron el retiro de escombros en instalaciones hoteleras y negocios de alimentos y entretenimiento en toda la zona turística.

En Punta Diamante los accesos a los principales sitios de hospedaje y los grandes condominios se ven saturados de escombros y desechos, ya no es el lodo revuelto con fragmentos de materiales de construcción y palmeras, ahora son montones de tablarroca, pedazos de aluminio que servían de ventanales y madera que alguna vez se utilizó como puerta o clóset en las habitaciones y residencias.

De igual manera, se observa a decenas de trabajadores a lo largo de la costera Miguel Alemán, que retiran los escombros, limpian pisos, pintan y resanan paredes interiores y fachadas.

En la noche ya hay espacios donde la música, las chelas y las luces de neón y LED sobresalen en las calles semioscuras y llenas de camiones de servicios públicos que laboran a lo largo y ancho de Acapulco para retornar a la normalidad luego del paso del huracán Otis.

En la costera Miguel Alemán, con ayuda de instituciones federales, camiones y personal de la Promotora y Administradora de los Servicios de Playa de Zona Federal Marítimo Terrestre de Acapulco, continúa el retiro de escombro y lodo acumulado en las orillas.

En las áreas cercanas a los hoteles y playas han disminuido los niveles de contaminación y también de malos olores, aunque no todo está resuelto, pues en la arena aún quedan muchos desperdicios orgánicos, basura y árboles que impiden la reins­talación de pequeños comercios.

En tanto, en las zonas comerciales ya se ha contratado personal para la limpieza y el retiro de escombro de los locales e instalaciones hoteleras.

Asimismo, ya comenzaron las labores de resane y repintado de fachadas, mientras en sus zonas de estacionamiento se acumulan los desechos de tablarroca que utilizaron para la división de áreas de alojamiento.

También se han ido retirando los vidrios y ventanales rotos o inservibles, como ocurre con las instalaciones del edificio de la Secretaría de Salud que se ubica en la costera Miguel Alemán.

Esperan a aseguradoras

En Punta Diamante se impide el acceso al público y a medios de comunicación a sus áreas de trabajo, aunque en lo que eran sus zonas de recepción y espacios comunes que antes del huracán se utilizaban como jardines, se encuentran bodegas temporales para los desechos.

Algunos vigilantes y empleados señalaron que sus patrones les ha solicitado no revelar información de las acciones que se realizan, pues están a la espera de las evaluaciones de las aseguradoras, para avanzar con mayor rapidez en la limpieza de las instalaciones y que se proceda al cálculo de daños por parte de contratistas privados.

En Punta Diamante también los comerciantes han avanzado en el rescate de sus espacios comerciales junto a los hoteles más grandes, y algunos comercios se han convertido en comedores que alimentan con pescado frito, recién sacado del mar, a sus colaboradores.

Las playas se mantienen abiertas y, a decir de los lugareños, el mar empieza a retomar su nivel y ha retrocedido unos 50 metros, permitiendo que se realice al mismo tiempo la limpieza de las zonas donde antes había palapas y puntos de servicio.

De igual manera, en las playas de Punta Diamante comenzaron a disfrutar de las olas pequeños grupos de visitantes que realizaron caminatas y se introdujeron en el mar.

Durante la noche, ya han reabierto al menos cinco comercios con música en vivo, retomando un poco de las actividades en lo que era una zona de luces de neón y LED, de baile y consumo de chelas hasta la madrugada del pasado 25 de octubre cuando el huracán Otis destrozó todo a su paso en el municipio de Acapulco.

Asimismo, algunos puntos como taquerías y una heladería reabrieron sus puertas y se llenaron con muchos trabajadores de empresas e instituciones que han laborado estas semanas para que Acapulco regrese a su normalidad.