Tapachula, Chis., Alrededor de 5 mil pobladores de Motozintla, muchos vestidos de blanco, participaron ayer en una marcha por la paz para demandar a las autoridades condiciones de seguridad ante la amenaza de grupos del crimen organizado.

Es la segunda movilización en menos de una semana que realizan los habitantes de esta localidad de la Sierra de Chiapas, en la frontera con Guatemala, región que ha sido escenario de acontecimientos violentos en tiempos recientes.

Pueblo unido de Motozintla: marchamos por seguir teniendo tranquilidad y paz en nuestro amado municipio y por que nuestras familias se sientan seguras. Unidos por Motozintla, se leía en una lona a la vanguardia del contingente.

Jóvenes, madres de familia, transportistas y campesinos, entre otros, se sumaron a la manifestación, que partió de la carretera que lleva a Frontera Comalapa y concluyó en el parque central, frente a la presidencia municipal.

Chiapas quiere paz; paz para la sierra chiapaneca; piedad para nuestro pueblo; no al cobro de piso. Sí a la paz; por el futuro de nuestros hijos, no queremos más violencia, eran algunos de los mensajes de pancartas que portaban los ciudadanos.

Los lugareños demandaron la presencia del Ejército Mexicano para garantizar la seguridad de la población, que vive atemorizada por la presencia de grupos delincuenciales en la cabecera y comunidades rurales.

Queremos justicia, queremos paz; no es posible que vengan aquí al centro de Motozintla a querer intimidar a las personas, reclamó un hombre a través de un altavoz.

Una mujer recriminó la falta de una respuesta gubernamental ante la violencia constante, los homicidios y las desapariciones.

¿Por qué nuestras autoridades están como si nada, tanto federales como estatales y municipales? ¿En dónde están? ¿Por qué no se dan cuenta del dolor?, exclamó.

Un transportista que tomó la palabra advirtió que de no tener una solución del gobierno, los ciudadanos optarán por defenderse.

Una madre contó que en febrero pasado su hijo fue asesinado y acudió al Ministerio Público para exigir justicia, pero no hubo respuesta de las autoridades; además, el presunto homicida, a quien identificó como un hondureño, la tiene amenazada.

Yo quiero una cosa nada más: quiero justicia porque mi hijo no debería estar muerto; era trabajador, a nadie ofendía. Aquí mucha gente lo conocía, expresó llorando.

Los habitantes de Motozintla lamentaron que las clases sigan suspendidas desde hace varias semanas, los comercios no abren todos los días, el transporte opera a mitad de su capacidad y muchas actividades cotidianas no pueden realizarse con normalidad.