Opinión
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Infancia y sociedad

Neuropedagogía, cerebro y escuela

S

i al entrar al aula los maestros vieran en sus alumnos a un grupo de cerebros hambrientos, listos para hacer millones de conexiones neuronales por minuto, que les permitirán aprender, crecer y evolucionar, ¿se comprometerían más aún con la trascendencia de su labor? Creo que sí.

En el mundo se hace mucha investigación sobre las posibilidades de la inteligencia artificial. Pero también hay muchos científicos dedicados a comprender mejor el desarrollo de la inteligencia natural. Los niños nacen para aprender. Mejor dicho: todos nacemos para aprender y eso es precisamente lo que nos hace humanos. Sin el aprendizaje del lenguaje, de la cultura y del manejo de las emociones, seguiríamos siendo simples cromañones, huraños y bárbaros. (Todavía hay muchos por ahí…)

La Neuropedagogía es una conjugación de la neurobiología con aplicaciones educativas para mejorar procesos de aprendizaje. La neuropedagogía es una disciplina que suma aportes de sicología y neurociencias para identificar lo más relevante del desarrollo cognitivo infantil y aplicarlo en las aulas. Se estudia el cerebro y las áreas que se activan a través de lectura, escritura o tareas como sumar, restar o multiplicar.

En opinión de los científicos, la aplicación de resultados neurológicos en educación debe incluir el diálogo sostenido y trabajos conjuntos entre educadores y neurólogos. De hecho, ya se pueden hacer observaciones sobre aportes de la neurociencia en el aprendizaje de las matemáticas. Por ejemplo, cuando se ha pedido a individuos reconocer, comparar, multiplicar y sustraer números, los investigadores pueden, por medio de aparatos y técnicas muy complejas, observar y medir las zonas neuronales que se activan y su influencia en otras zonas cerebrales.

Entre los problemas de la enseñanza en general, y de las matemáticas en particular, está determinar los momentos más oportunos del aprendizaje, ya que las conexiones neuronales se realizan mejor en periodos de mayor plasticidad, cuando el cerebro es más joven y antes de que esas conexiones tengan una rigidez difícil de modificar. Diseño, planeación y evaluación educativas serán más acertadas y exitosas si se basan también en el conocimiento del cerebro infantil. Abrir jaulas para que puedan volar.