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Consorcios mineros, impunes // Newmont, otra que viola la ley // Exhortos y llamados a misa

C

omo llamados a misa han resultado los exhortos que la actual autoridad federal –la que otorga concesiones para la explotación minera– reiteradamente hace a los consorcios mineros, nacionales y foráneos, para que cumplan las leyes, paguen los impuestos que les corresponden, respeten los contratos colectivos, garanticen la salud y seguridad de los trabajadores, y cuiden el medio ambiente.

El caso más sonado de lo improductivo que ha resultado esa política de exhortos es el tóxico barón Germán Larrea y su Grupo México, pues a lo largo de 16 años sistemáticamente se ha negado a resolver tres huelgas mineras (Cananea, Sonora; Sombrerete, Zacatecas, y Taxco, Guerrero), negociar con el sindicato, atender el pliego petitorio y, en consecuencia, pagar lo que debe a los trabajadores. Ello, desde luego, sin olvidar el homicidio industrial en Pasta de Conchos y la sistemática agresión al medio ambiente. Pero, sin importar las barbaridades cometidas, las concesiones permanecen intocadas.

Lo más reciente, que no lo último, es la huelga en la minera Peñasquito, en Mazapil, Zacatecas (la mayor productora de oro en el país), concesionada por Vicente Fox a la trasnacional canadiense Goldcorp (alrededor de 40 mil hectáreas) y posteriormente vendida por ésta a la estadunidense Newmont, donde los trabajadores estallaron la huelga por violaciones al contratos colectivo, la Ley Federal del Trabajo, el T-MEC y los convenios internacionales en materia laboral, según denuncia el Sindicato Minero, que preside Napoleón Gómez Urrutia.

La Jornada (Alfredo Valadez) lo reseña así: más de 2 mil integrantes de la sección 304 del Sindicato de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (Sindicato Minero) comenzaron una huelga en la mina de oro a cielo abierto Peñasquito, ubicada en el municipio de Mazapil y considerada la más importante productora de dicho metal en América Latina, propiedad de la trasnacional estadunidense Newmont.

El Sindicato Minero decidió recurrir a ese derecho por violaciones al contrato colectivo y a la Ley Federal del Trabajo. Peñasquito omitió realizar el pago completo de las utilidades a los trabajadores, con base en la producción y las ganancias, a pesar de que la empresa es la más poderosa productora de oro en México y América Latina; en asamblea se acordó por unanimidad estallar la huelga. La compañía ha venido violando el contrato colectivo de trabajo y los derechos de la mayoría de los obreros, en algunos casos durante años. Nuestra organización y la sección 304 han intentado una solución por la vía conciliatoria, pero la compañía sólo ha contestado con evasivas o generalidades, nunca con compromisos serios (ídem).

Newmont no es el único corporativo que procede en el sentido descrito y negocia por la libre (en una suerte de mercado negro permitido por el gobierno federal) la compraventa de concesiones mineras entre las empresas sectoriales que operan en el país. De hecho, es práctica común de todos los consorcios privados dedicados a esa explotación, a quienes durante el régimen neoliberal (y antes de ese periodo) otorgaron todo tipo de prebendas y protección (léase impunidad), al tiempo que se les dio manga ancha para depredar las zonas productivas para maximizar ganancias a costillas de la salud y seguridad de los trabajadores.

De acuerdo con su propia información, sólo en 2022 en Peñasquito, Newmont produjo 6 millones de onzas de oro y 1.3 millones de cobre, plata, plomo y zinc. Además de estos fuertes volúmenes de producción, continuamos reduciendo nuestra exposición a elevados precios y costos de mano de obra. Ese año, la empresa obtuvo 5 mil millones de pesos en ahorros.

Así, la trasnacional estadunidense cuenta con recursos suficientes para atender las demandas de los mineros, pero, como tantas otras, rotundamente se niega a atenderlas para no dejar precedente, no vaya a ser la de malas que alguna autoridad federal la obligue a cumplir la ley, los contratos colectivos y los acuerdos entre las partes. No se trata de actitudes aisladas, sino que es la norma entre los corporativos nacionales y foráneos concesionados por el gobierno federal.

Las rebanadas del pastel

Como no tiene nada qué hacer, Xóchitl Gálvez pide su nieve de limón, pero ha recibido puntual respuesta presidencial: a) que se vaya a engañar a otra parte (diciembre de 2022) y b) nos reservamos el derecho de admisión, porque sólo busca promoción política (ayer). Entonces, que la oposición haga sus propias mañaneras.

Twitter: @cafevega