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Ver día anteriorDomingo 30 de abril de 2023Ver día siguienteEdiciones anteriores
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De recesiones y cambio climático: la decimotercera
V

eamos hoy algunas advertencias de especialistas en torno a lo que –simplificando un poco– sería un lineamiento de estrategia obligado para impulsar la limpieza de nuestro consumo energético con máximo abatimiento de gases de efecto invernadero (GEI).

En el menor tiempo posible buscar –sí– la máxima participación posible de electricidad en el balance final de energía que hoy es de sólo 20 por ciento en promedio, en México y en el mundo. Con ejemplos dramáticos (no más del 2 por ciento) y casos paradigmáticos (más de 40 por ciento).

Sí, electrificar al máximo industria (cemento, vidrio, acero…), comercio y servicios, servicios públicos y agroindustria. Ante todo, transporte de personas y bienes –masivo y eléctrico–, con atención, indica la Agencia Internacional de Energía, a partes críticas (https://www.iea.org/articles/net-zero-by-2050-hinges-on-a-global-push-to-increase-energy-efficiency).

Eficiencia integral en el proceso (producción, control, transmisión, distribución y consumo) y máxima participación de limpias y renovables en la generación, pero sin olvidar –dice Perogrullo– lecciones básicas de nuestros maestros: mínimo costo global a largo plazo, garantía de tarifas decrecientes y de limpieza fiscal integral. Así como máximo acuerdo social del proceso a impulsar.

Todo en un horizonte obligado de lucha contra desigualdad, pobreza e inseguridad. En general contra la explotación depredadora de las personas y de la naturaleza. ¿Acuerdo? Entonces es obligado repensar nuestra estrategia energética integral, a todos los niveles, mundial y nacional, regional y local. Así como rediseñar no sólo la arquitectura institucional y la organización industrial necesarias para ello, sino las políticas públicas de largo aliento a impulsar.

Largo aliento porque el proceso será largo. Y sinuoso, agregan los Beatles. Para alcanzar esa máxima participación de electricidad en la vida económica y social, pero inscrita en una perspectiva de sustentabilidad también integral, estamos obligados a atender con astucia y prudencia las advertencias de técnicos y especialistas. Y no sólo se trata sólo de garantizar recursos económicos y financieros necesarios, sino de acceder a las bases tecnológicas disponibles hoy, o prospectivamente disponibles en el futuro próximo. Lo indican especialistas en desarrollo tecnológico en energía. ¿Un ejemplo? Los señalamientos de los técnicos de la empresa Fuergy en Eslovaquia (http://fuergy.com/).

1) Cuidado, incorporar renovables a la red no es tan simple. Su efectividad depende completamente de las condiciones climáticas. Las renovables son inestables –inciertas y volátiles– y su funcionamiento, sin un sistema de gestión avanzado, puede provocar graves desequilibrios de la red; 2) Atención a la distribución de electricidad a largas distancias, aumenta la temperatura en líneas eléctricas y provoca pérdidas significativas de energía en forma de calor; 3) Atención a las dos causas más comunes de apagones, condiciones climáticas extremas y líneas eléctricas pauperizadas; 4) Atención también a la incorporación de vehículos eléctricos, pues los rápidos avances tecnológicos incrementan su difusión, pero su recarga puede llevar mucho tiempo y exigir –asunto delicado– supercargadores que consumen mucha energía; 5) Pensar con cuidado que la vida útil operativa de las líneas eléctricas no es eterna y la renovación o construcción de nuevas líneas eléctricas es costosa, por lo demás con incremento continuo de su capacidad, máxime si la electricidad crece mucho más rápido que la energía global; 6) No olvidar que la digitalización del sector energético también tiene efectos secundarios, como infiltración ilegal de hackers, con efectos perniciosos o ataques a fuentes clave y neurálgicas de la vida económica y social.

Sí, necesario reflexionar en ello, en soluciones disponibles, incluyendo nuevas tecnologías, en todos los casos, su huella de carbono y la mayor o menor disponibilidad de nuevos materiales.

Lo veremos. De veras.