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Impresionismo de Monet y su complicidad con la naturaleza iluminan el Munal

Los seguidores del pintor podrán deleitarse con dos obras que se exhiben por primera vez en el país

 
Periódico La Jornada
Jueves 27 de abril de 2023, p. 5

Las dos obras del pintor francés Claude Monet (1840-1926) Water Lilies (Nenúfares) y Valle Buona, cerca de Bordighera, que se presentan en México por primera vez, llegan a lo más profundo del ser humano. La textura en cada pincelada sumerge al espectador en ese mundo ideal al que aspiró el maestro impresionista.

Provenientes del Museo de Arte de Dallas, las piezas se suman al Paisaje en Port-Villez, de la colección del Museo Soumaya, de la Fundación Carlos Slim, como núcleo central de la exposición Monet: Luces del impresionismo, que se inauguró ayer en el Museo Nacional de Arte (Munal).

En su apertura, justo en la Noche de Museos, el personal del recinto esperaba la llegada de miles de seguidores del maestro del siglo XIX, admiradores de la singular manera de ver la realidad que poseía Monet.

Grandes maestros mexicanos

La muestra se complementa con obras de grandes maestros mexicanos del impresionismo del acervo del Munal, como Joaquín Clausell, Francisco Romano Guillemín, Armando García Núñez, Mateo Herrera y José María Velasco.

En palabras de Héctor Palhares, director del Munal, esa corriente artística es uno de los movimientos que más atraen público y crean mayores expectativas, pues “sigue configurando una parte nodal de nuestra cultura contemporánea.

“Pensar en el impresionismo es pensar en paisajes rurales, en estanques, lagos, pero también en paisajes urbanos que retrataron el París de la Bella Época. Estos grandes maestros incursionaron en la pintura al aire libre, salieron del taller o de la academia para tomar directamente los motivos bajo la luz palpitante del sol, por eso hemos titulado esta exposición Luces del impresionismo.

Monet, agregó Palhares, fue el pionero del movimiento que se convirtió en uno de los más queridos en la historia del arte; sin embargo, en sus orígenes fue denostado y rechazado por el público. El mismo nombre proviene de una crítica satírica del periodista Louis Leroy, quien escribió en 1874: “Al contemplar la obra pensé que mis gafas estaban sucias. ¿Qué representa esta tela?…, el cuadro no tenía derecho ni revés…, ¡Impresión!, desde luego produce impresión…, el papel pintado en estado embrionario está más hecho que esta marina”.

Como adelantó La Jornada (21/4/23), en la entrada de la exposición destaca el óleo sobre tela Water Lilies (Nenúfares), de 1908, pieza que figura entre las mejores obras tardías de Monet, cuando el pintor se mudó a su larga y rústica casa de campo en Giverny en 1883.

El director del recinto explicó que esa pintura es el eje conductor de la muestra, realizada en formato circular, muy innovador para la plástica del autor.

Foto
▲ La obra de Claude Monet Water Lilies (Nenúfares) proviene del Museo de Arte de Dallas y “es el antecedente a los Nenúfares del Museo de la Orangerie, un recinto que se considera el santuario del artista francés por los grandes formatos de caballete que recrean ese espacio inmersivo”, de acuerdo con Héctor Palhares, director del Munal.Foto Roberto García Ortiz

“Esta pieza es el antecedente a los Nenúfares del Museo de la Orangerie, un recinto que se considera el santuario de Monet por los grandes formatos de caballete que recrean ese espacio inmersivo, donde los visitantes están dentro del agua y la flor de loto, lo cual recuerda por qué el artista durante más de 40 años pintó esas flores acuáticas; en este motivo él encontró su verdadera maestría, su complicidad con la naturaleza y, en 1926, en Giverny, lo último que vio fueron los nenúfares.”

Luminosidad mediterránea

La segunda obra del artista francés que podrá apreciar el público del Munal es Valle Buona, cerca de Bordighera (Liguria, Italia), de 1884. El paisaje representa la escarpada campiña a lo largo de la riviera en la frontera francoitaliana. El Valle Buona (valle tranquilo) está a la izquierda y, en lo alto a la derecha, hay una simple sugerencia de Sasso, el pueblo de montaña dominado por el pico de mil metros, el monte Caggio. La obra representa la luminosidad mediterránea y la fascinación del pintor por la naturaleza de esa región.

Paisaje en Port-Villez, que por primera vez sale del Museo Soumaya, es la tercera obra de Monet, donde el cerro de Port-Villez se levanta sobre unas pequeñas islas. Sobresale el agua del Sena y las vibraciones de la hierba en el primer plano, que dejan atrás el caserío.

Las obras de Monet son una nueva forma de entender el arte, su nuevo ejercicio técnico y en ese diálogo tenemos la pieza del Museo Soumaya, reiteró Palhares.

Además de las obras del pintor francés, se incluyen nueve cuadros de artistas mexicanos cuyos paisajes encuentran un reflejo con las pinturas de Monet. Desde el inicio del proyecto la consigna fue vincular a los grandes artistas con la colección del Munal. Esta curaduría transversal reposiciona a nuestras grandes obras y se cobijan con proyectos educativos para dimensionarlas y revalorarlas.

El diseño del programa educativo que integra la muestra propone sensibilizar la mirada a través de la observación de los visitantes, al enfatizar los aspectos más relevantes del impresionismo como la luz como interés fundamental, la nueva mirada, los encuadres y puntos de vista novedosos.

El 3 de mayo a las 16 horas se realizará la conferencia Monet: Luces del impresionismo, de Héctor Palhares, quien es también el curador de la exposición. El 31 de mayo está programada la conferencia El legado de la luz en el paisaje de José María Velasco. En la página del museo se pueden consultar todas las actividades relacionadas con la muestra.

La exposición Monet: Luces del impresionismo permanecerá abierta hasta el 27 de agosto en el Munal (Tacuba 8, Centro Histórico).