"La Jornada del Campo"
Número 186 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Miscelánea
Biodiversidad de la Laguna de Acuitlapilco.  CONABIOBiodiversidad de la Laguna de Acuitlapilco. CONABIO

Acuitlapilco y Atlangatepec: patrimonio biocultural que se extingue

Milton Gabriel Hernández García  

Desde hace décadas, Tlaxcala ha sido caracterizado por diferentes indicadores oficiales como uno de los estados que presenta mayores índices de deterioro ambiental, debido a la pérdida de zonas boscosas, contaminación de cuerpos de agua, erosión de suelos y sobreexplotación de acuíferos. Según la SEMARNAT, en 48 de sus 60 municipios se requieren acciones urgentes de conservación y preservación ambiental. Incluso los ecosistemas mejor conservados de su territorio, como el Parque Nacional “La Malinche”, enfrentan año con año la creciente pérdida de su capa vegetal.

Un cuerpo de agua que sigue siendo de vital importancia socioambiental en el estado es la Laguna de Acuitlapilco, a pesar de que ha sido severamente impactada ambientalmente. Se ubica en las inmediaciones de los municipios de Tlaxcala, Tepeyanco y Xiloxoxtla y aun cuando sus aguas siguen siendo aprovechadas por cientos de familias de estos municipios, principalmente para la pesca, la ganadería, la agricultura y el turismo rural, hoy se encuentra al borde de la extinción,

Numerosos estudios arqueológicos e históricos han documentado la importancia cultural, ambiental y alimentaria que ha tenido esta laguna desde tiempos prehispánicos. En sus orillas se desarrollaron importantes sistemas agrícolas entre el 1,200 y el 600 a.C., los cuales se beneficiaban de sus aguas y de su humedad en épocas de sequía. La vegetación ribereña como el tule era aprovechada para la elaboración de cestería.

El propio Diego Muñoz Camargo la describía como una laguna muy honda de agua dulce, de donde se sacaba “grande suma de pescados”. Los antiguos habitantes hablaban de una serpiente con alas y cabeza de mujer que habitaba en las profundidades y que tenía a su cargo la protección de la laguna. Este tipo de relatos han transitado a través de las generaciones hasta nuestros días.

Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas fue decretada como propiedad federal, lo cual sigue siendo visto con buenos ojos por los pobladores aledaños, aunque desde su punto de vista, sigue estando pendiente su delimitación geográfica, lo cual permitiría contar con elementos para detener los intereses privados que han buscado ganarle terreno al cuerpo de agua.

Esta laguna ha perdido más del 70% de su superficie debido al desecamiento que ha sido provocado por la perforación de pozos profundos para la extracción de agua dulce, por la disminución de la lluvia y debido también a la contaminación, que es provocada por diversas descargas de aguas contaminadas. De hecho, el azolve de por lo menos diez barrancas impide que fluya el agua hacia ella. Desde el 2018, el Comité Estatal de Sanidad Acuícola (CESATLAX) detectó amonio en su interior. Incluso se ha previsto la suspensión de la pesca y el pastoreo debido a la posible presencia de arsénico y plomo (Inforural,7/05/2018). En otro estudio que se dio a conocer en 2022 también se detectó mercurio.

La memoria histórica de los pobladores aledaños registra que hasta la década de los años cuarenta del siglo pasado, la extensión máxima a la que llegaba el espejo de agua era de 200 hectáreas. Se pescaban diferentes especies. Los ajolotes eran abundantes y de hecho constituían la base de la economía para muchas familias. Los niños solían nadar y jugar en las orillas. La cantidad y la diversidad de aves acuáticas migratorias era fulgurante.

Sobre la laguna de Acuitlapilco, hoy podemos hablar de un largo y silencioso ecocidio, aunque en proceso de aceleración en los últimos años. A ello ha contribuido la falta de planeación del crecimiento urbano a lo largo de décadas. Diversas especies de aves se encuentran en un grado de mayor vulnerabilidad. Para acentuar la crisis ambiental, a fines de febrero de 2023 se presentó un incendio en las inmediaciones de la laguna que afectó a los tlacuaches, tortugas y las zonas de reproducción de ajolotes.

Diversos estudios coinciden en que las principales causas del ecocidio son la modificación de terrenos aledaños, la descarga de aguas contaminadas, la obstrucción de barrancas con basura, las nuevas construcciones, el cambio de uso de suelo, así como la interrupción del flujo natural del agua. En los últimos dos años ha disminuido casi dos metros el nivel de profundidad.

Diversas organizaciones ciudadanas han luchado desde hace varios años por recuperar la laguna. Han denunciado en varios momentos que uno de los actores que más contribuyen actualmente a su contaminación es Galerías Tlaxcala, ya que descarga aguas residuales, a pesar de que se había comprometido a establecer plantas de tratamiento.

Las acciones urgentes que se han planteado son: a) la delimitación de la laguna; b) el desazolve de 7 barrancas que tienen comunicación directa con ella y c) el cierre de todas las descargas de aguas residuales.

Como parte de las acciones ciudadanas, también se lanzó un llamado en Change.org para exigir que tanto la laguna de Acuitlapilco como la Matlalcuéyetl sean declaradas como Patrimonio Biocultural del Estado de Tlaxcala. Además, se ha pedido la intervención del congreso estatal mediante la creación de una comisión especial “encargada de formular y articular acciones de rescate, protección, restauración y conservación del ecosistema de la laguna de Acuitlapilco”.

A petición de las organizaciones ciudadanas, la CONAGUA informó en marzo de 2022 que se retomarían las gestiones para que la laguna sea declarada como Sitio Ramsar, es decir, como un humedal de importancia internacional y, por tanto, se considere prioritaria su conservación ambiental, social y cultural.

Las investigaciones interdisciplinarias que se han realizado en la zona muestran claramente que es tal la importancia ambiental, histórica y cultural de la laguna, que reúne todos los atributos que justificarían técnicamente establecer sobre este humedal la categoría de Área Natural Protegida (ANP), tal y como recientemente se decretó el Lago de Texcoco.

Otro cuerpo de agua de gran importancia ambiental, histórica y cultural en Tlaxcala, es la Laguna de Atlangatepec. En agosto de 2019 se reportó que miles de litros de lixiviados, provenientes de un relleno sanitario estuvieron siendo arrastrados por la lluvia hacia su interior. También se documentó que la ruptura de una parte del relleno, provocada también por las lluvias, causó fugas de contaminantes que se filtraron hacia el subsuelo y hacia la barranca de Tepetzala.

En 2022, la muerte masiva de peces en la laguna acentuó la preocupación de las comunidades aledañas. Los pobladores denunciaron que repentinamente empezaron a aparecer peces muertos en el espejo de agua, la mayoría carpas y otra especie conocida como “sardina de agua dulce”. Un sector que ha resultado mayormente afectado por este fenómeno es el de los pescadores, que ha enfrentado una situación de desabasto, por lo que su fuente de subsistencia se encuentra en crisis.

Los especialistas han lanzado nuevas hipótesis para explicar este tipo de fenómenos, que cada vez son más recurrentes en Atlangatepec. Una de ellas tiene que ver con la falta de oxígeno a causa de la floración de algas, la sobrepoblación de especies acuáticas o el aumento de temperatura, y otra tiene que ver con el impacto que pudieran estar generando las sequías, la deforestación y el gusano descortezador que han proliferado en los bosques, como los de la Matlalcuéyetl.

Desecación de la Laguna de Acuitlapilco.  Nación TlaxcalaDesecación de la Laguna de Acuitlapilco. Nación Tlaxcala

La devastación ecológica en el estado de Tlaxcala tiene como causa fundamental el modelo de desarrollo que se ha impuesto en varias regiones del estado desde los años cincuenta del siglo pasado, centrado en el crecimiento industrial y en la agroindustria. Este modelo ha tenido un fuerte impacto en la salud, en la cultura y en la economía de los pueblos y comunidades campesinas e indígenas, históricamente invisibilizadas.

Así como es de suma urgencia rescatar el Río Atoyac y sus afluentes, no podemos olvidarnos de las lagunas de Atlangatepec y Acuitlapilco. Ambas también pertenecen a la Cuenca del Alto Atoyac y son parte del patrimonio biocultural que habremos de heredar (o no) a las futuras generaciones para asegurar la reproducción de la vida. •