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Arco recupera todo su esplendor en su edición más internacional

Este año no se invitó a un país, sino a la región del Mediterráneo

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▲ La Feria de Arte Contemporáneo de España regresa después del bache que generó la pandemia con la presencia de 211 galerías de 36 países. En la imagen, una pieza que se exhibe en Arco.Foto Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 23 de febrero de 2023, p. 3

Madrid. La Feria de Arte Contemporáneo más importante de España, Arco, abrió su nueva edición con la que recupera el esplendor perdido durante varios años, en parte por los estragos de la pandemia, pero también por la ausencia de un rumbo fijo a raíz de los cambios en la cúpula. Arco está dedicada este año al Mediterráneo, es decir, al arte prolífico y vanguardista que se crea a diario en los países de esa región, con piezas que también dialogan de forma franca y en ocasiones cruda con los graves problemas que aquejan al mundo: la guerra, la pobreza, la desigualdad y la violencia que padecen a diario las mujeres, uno de los grandes temas de la feria.

Arco nació en 1982, pero en un formato local que sólo pretendía impulsar y dar a conocer el arte contemporáneo que entonces se generaba en España, un país sumido entonces en la transición a la democracia y una revolución cultural transgresora que rompió radicalmente con la herencia de la dictadura franquista. En 2000 hubo un nuevo impulso, con una feria internacional enfocada sobre todo a América Latina, cuando México fue el país invitado. Sin embargo, con el paso del tiempo y la fuerza de la feria Art Basel en Miami, poco a poco se debilitó la influencia de Arco en América Latina.

Desde hace unos años, Arco buscó un nuevo horizonte, más enfocado en el mercado europeo y con un interés especial en fortalecer los lazos con los grandes, medianos y pequeños coleccionistas del primer mundo. No obstante, este plan se truncó con la pandemia, al menos hasta la presente edición, en la que Arco recuperó todo su esplendor, con 211 galerías de 36 países, lo que confirma el creciente interés de los mercaderes internacionales, además de convertirse en un lugar destacado para la visibilidad a los artistas, que impulsa el conocimiento y la investigación en torno al arte contemporáneo.

Pieza polémica

Como cada año hay una pieza polémica, en esta ocasión se trata de una escultura a tamaño real de Pablo Picasso, con una camiseta a rayas azules, pantalón de lino y alpargatas, tal y como solía vestir en sus paseos por la playa, pero con la apariencia de un muerto y con el gesto serio, incluso doliente. Es una obra que expone la galería barcelonesa ADN, del artista Maurizio Cattelan, y que pretende llamar la atención acerca del exceso de turistas en los espacios públicos de las ciudades, como los museos.

Otra de las polémicas, aunque atajada por la directora Maribel López, fue la supresión de una zona dedicada especialmente a las obras de mujeres, lo que provocó el malestar de colectivos feministas.

Sin embargo, la propia López, que siempre ha trabajado por visibilizar más el trabajo de las mujeres, explicó que ese planteamiento le parecía “muy binario y demasiado reductor.

Claro que se deben seguir haciendo esfuerzos para visibilizar a las mujeres en el arte. Lo que hicimos en estos últimos dos años es pedir a las galerías que los proyectos de artistas fueran protagonizados por mujeres. Este año, que no lo hemos hecho, podemos ver que 15 de los 20 proyectos son de mujeres. Así que el ejercicio y el impulso de esos dos años ha tenido su resultado. Y nosotros, como feria e institución privada, no tenemos ninguna obligación de establecer códigos de paridad como las instituciones públicas. Lo nuestro, en este sentido, responde a una voluntad específica.

A lo largo de la feria hay obras de todo tipo: pintura, fotografía, instalación, video, escultura e instalaciones. Entre las piezas más visitadas está una pieza de Eduardo Chillida en acero corten valorada en 2 millones 400 mil euros, o una tela de Joan Miró, Femme et oiseau (1960), de 54 por 42 centímetros y valorada en 2 millones de euros.

Ahora hay una participación de 71 galerías españolas, lo que representa 34 por ciento de la feria. Del 66 por ciento del segmento internacional (140 galerías) 21 por ciento corresponde a la presencia latinoamericana, principalmente de Argentina, Brasil y Perú. La representación de México es escasa, aunque destacan algunas galerías españolas que suelen trabajar con artistas de nuestro país, como Freijo y Caja Negra; además, la galería mexicana Pequod Co expone por primera vez en la feria con una instalación de Yolanda Ceballos.

Desde su apertura ayer hasta el próximo domingo, cuando termina, Arco aspira a congregar a centenares de miles de personas.