"La Jornada del Campo"
Número 184 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Luchas campesinas
Ayuno por la Independencia Alimentaria.  Archivo Enrique Pérez S. / LJCAyuno por la Independencia Alimentaria. Archivo Enrique Pérez S. / LJC

Algunas hipótesis sobre los movimientos rurales en México hoy

Víctor M. Quintana S.  

1.El Movimiento Campesino -con mayúsculas- como un actor colectivo unitario, con unidad de organización, de acción y de proyecto ya no existe en México. Lo que hay ahora en los espacios rurales son una serie de movimientos de diversos actores de ese medio, atravesados por contradicciones de clase, socioeconómicas, étnicas, políticas, culturales, incluso de género, de proyecto.

2.El campo mexicano es un espacio en transformación acelerada en que padece de manera diferenciada según sus características regionales, la crisis civilizatoria planetaria en sus diversas manifestaciones: cambio climático, crisis de diferentes violencias, crisis migratoria, crisis ambiental provocada por el extractivismo capitalista, crisis de relaciones sociales, y de los referentes éticos-simbólico-culturales.

3.El extractivismo capitalista ha generado como nunca nuevas contradicciones en el medio rural: apropiación de territorios de los pueblos originarios y de comunidades campesinas; sobreexplotación y acaparamiento del agua; deforestación; empobrecimiento y agotamiento de suelos y de pastizales; deterioro de la biodiversidad y del paisaje, contaminación por el uso intensivo de agroquímicos, fraccionamiento y enajenación de territorios para la construcción de megaproyectos de transporte, mineros, turísticos, de gasoductos y oleoductos, etc. Toda esta ofensiva genera masivos desplazamientos de los habitantes del medio rural, a la vez numerosos motivos y causas de movilización y protesta colectivas.

Bloqueo puente.  Archivo Enrique Pérez S. / LJCBloqueo puente. Archivo Enrique Pérez S. / LJC

4.Las múltiples formas de violencia de los grupos y cárteles criminales afectan muy especialmente a las zonas rurales de casi todo el país de muy diversas formas: control del territorio, cobros de derecho de piso y derecho de paso; reclutamiento forzado de jóvenes como mano de obra en la producción de enervantes o como sicarios o “halcones”, tala, aserrío y venta de madera clandestina; incendio de bosques de comunidades que intentan defenderse; asesinatos y desapariciones de dirigentes campesinos e indígenas; desplazamiento de poblaciones.

5.Hay una transformación muy significativa, aunque diferenciada, de diversos grupos y segmentos del medio rural con el Estado en sus diversos órdenes y niveles, que se manifiesta de diversas formas: rechazo del Gobierno Federal a tratar con organizaciones rurales y coordinadoras y preferencia por la relación directa con las y los productores y, en todo caso, con sus comunidades; debilidad en la interlocución local con dependencias federales por el escaso margen de maniobra de éstas; atención selectiva y preferente a comunidades campesinas e indígenas del nivel de auto subsistencia, de las regiones centro, sur y sureste del país y poca atención a productores temporaleros y pequeños y medianos empresarios agrícolas del occidente y norte del país.

6.Todos estos factores han modificado sustancialmente el contexto económico, social y político del campo mexicano, la capacidad organizativa y de movilización de las organizaciones rurales, la correlación de fuerzas a nivel local y nacional, así como las demandas de estas, las formas de lucha, las demandas que plantean, y han diversificado sus alianzas y sus adversarios, todo lo cual ha transformado muy significativamente la naturaleza de los movimientos rurales.

7.Las organizaciones campesinas formadas desde los años 70s y la misma CNC se han visto debilitadas por varios factores: la reticencia del gobierno federal a considerarlas como interlocutoras y a canalizar programas y recursos a través de ellas; la drástica reducción de programas y de recursos que les daban la posibilidad de operar y sostener a sus cuadros dirigentes; la integración ya sea al gobierno federal, los gobiernos estatales o municipales de numerosos dirigentes y cuadros de las organizaciones. Pesa, además, el que el gobierno de la 4T disfrute todavía de una especie de “estado de gracia” que hace que algunos sectores y organizaciones se inhiban de movilizarse por no afectar al gobierno y parecer cómplices de los conservadores.

8.La 4T ha tenido “avances agroecológicos”, que indudablemente son el resultado de demandas históricas de los movimientos campesinos e indígenas que, si bien, no responden totalmente a dichas demandas, sí han contribuido a la desmovilización o reflujo de algunos movimientos. Estos avances serían, entre otros, el programa Agricultura para el Bienestar, el programa Sembrando Vida, las comunidades de Aprendizaje Campesino; aunque habría que hacer un análisis detallado de los mismos. Además, la prohibición de agroquímicos como el glifosato y de la importación de maíz transgénico, aunque se hayan pausado a resultas de otros sectores productores y empresas.

9.Esta atención, así sea limitada, a algunas de las demandas históricas de los movimientos campesinos e indígenas ha disminuido las potenciales bases sociales y la urgencia de la situación en algunos lugares, disminuyendo la presión para una gran movilización de carácter nacional y plural.

Bloqueo puente Archivo Enrique Pérez S. / LJCBloqueo puenteArchivo Enrique Pérez S. / LJC

10.Indudablemente, son los movimientos de raíz comunitaria, sobre todo indígenas en defensa de sus territorios, medio ambiente y recursos naturales los que se mantienen más dinámicos y en una resistencia continua, contra las empresas extractivistas y contra los megaproyectos del Gobierno Federal o algunos gobiernos estatales: contra los parques eólicos en el Istmo; también ahí contra el ferrocarril transístmico; en el norte de Chihuahua, por defender la cuenca del río Santa María y contra la sobreexplotación de mantos acuíferos por parte de colonos menonitas; los yaquis de Loma de Bácum en defensa de sus tierras y las aguas del rio Yaqui, las comunidades de Morelos contra la Termoeléctrica de Huexca; las comunidades de Guerrero contra la presa de La Parota; los pueblos mayas de la península contra el llamado Tren Maya; los wixárika en defensa de sus territorios sagrados; el FPDT en los Atencos, los pueblos nahuas en defensa del agua contra Bonafont en Puebla, los pueblos como San Miguel Atlapulco en Xochimilco, las comunidades rarámuri en defensa de sus bosques y territorios contra mineras y proyectos turísticos; el movimiento en defensa del agua en Mexicali contra Constellation Brands, las comunidades mayas de Yucatán contra la expansión de las granjas porcícolas, y un gran e injusto etcétera.

11.Estos movimientos, además, van generando un nuevo imaginario, un nuevo proyecto de sociedad rural, orientado al cuidado de la naturaleza, de las comunidades rurales, de nuevas formas de relación con el resto de la sociedad, de buen vivir. En él se hace presente una nueva Ética Publica de convivialidad, de solidaridad, de cuidados, opuesta a la cultura predominante actual de individualismo patriarcalista y clasista. Estos movimientos se expresan también en la construcción de alternativas agroecológicas construidas desde abajo por las comunidades y por las redes de estas.

12.Hay un sector de productores pequeños , sobre todo en el norte del país, que han mostrado inconformidad con las políticas actuales de la 4T porque no se han visto beneficiados por ellas: productores de maíz y de frijol de temporal, con superficies mayores a 20 hectáreas, productores de riego por bombeo, productores afectados por la sobre concesión de aguas subterráneas propiciada o no corregida por la CONAGUA así como por el alza de los costos de producción, sobre todo de los fertilizantes, maquinaria y equipo. Se han expresado regionalmente, dada la debilidad de sus referentes nacionales, pero hay una inconformidad creciente en ellos, que podrá generar un nuevo movimiento de este segmento de agricultores.

13.Todo el accionar de los movimientos rurales ha sido acotado y limitado por la presencia del crimen organizado en la mayoría de las regiones del país. Los asesinatos, incendios y robos de propiedades operan para desincentivar la organización y movilización de productores, aunque ya son muchos los lugares, sobre todo en zonas indígenas, donde, ante la insuficiencia de la acción estatal, se han formado policías comunitarias o grupos de autodefensa para salvaguardar la integridad física, comunitaria y territorial: Guerrero, Cherán, Ostula, etc.

14.Pero también hay movimientos, o al menos, acciones de grupos de presión en el otro sentido: de grandes empresas, agricultores ricos y medios que sienten que han sido dejados de lado por las políticas del gobierno de la 4T o que son despojados de derechos adquiridos, Por ejemplo: el movimiento de las clases medias rurales del centro-sur de Chihuahua contra la extracción del agua de la presa La Boquilla para pagar a Estados Unidos contemplada en el Tratado Internacional de Aguas de 1944; o los recursos legales interpuestos por algunos organismos empresariales del sector agropecuario, como ganaderos, porcicultores, manzaneros, contra la libre importación de cárnicos y otros productos alimenticios contemplados en el PACIC. Estos sectores pueden ser la base social de propuestas políticas de derecha en la medida en que no se sienten atendidos y a veces ni siquiera escuchados por el gobierno de la 4T. No hay que menospreciar su capacidad de crecimiento, como ha sucedido en otras partes de América Latina, sobre todo en Argentina.

15.Esto nos demuestra el enfrentamiento en los hechos de dos visiones opuestas, dos proyectos de campo y de alimentación y al final de cuentas de sociedad en el país: uno, que es la continuidad del proyecto neoliberal, productivista, intensivo en agroquímicos, muy dirigido a la exportación, en manos de agricultores y ganaderos ricos y de grandes empresas, depredador de la naturaleza, y otro, como ya dijimos que busca la sostenibilidad, la soberanía alimentaria, el cuidado de la naturaleza y de las comunidades.

16.Pero, a corto plazo, no es posible poner todas las fichas en el tablero de este segundo modelo, pues no es posible de un año a otro dejar de importar granos ni suprimir los agroquímicos, ya que no tenemos la capacidad de producción nacional para suplirlos. Además, el modelo agropecuario está necesariamente vinculado al modelo alimentario. No podemos optar por la agroecología con una alimentación que abusa de las proteínas animales, cárnicos, lácteos, edulcorantes artificiales, carbohidratos.

17.Por lo tanto, es necesario construir con la participación de toda la diversidad de productoras y productores una hoja de ruta que conduzca a la construcción desde abajo y desde el Estado de uno o varios modelos compatibles y dialogantes entre sí de agricultura, de alimentación y de relaciones entre las personas, las comunidades y la naturaleza que conduzcan al Buen Vivir para todas y para todos. •