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Promotores ponen en riesgo la vida de los boxeadores, advierte

Moisés Fuentes nunca debió pelear contra Cuéllar, afirma Ignacio Beristáin
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▲ Fuentes falleció tras un año en estado vegetativo causado por una pelea.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 6 de diciembre de 2022, p. 6

Moisés Fuentes bajó del cuadrilátero en una camilla el 16 de octubre de 2021, cuando fue noqueado por David Cuéllar. Lo llevaron a un hospital en Cancún, donde se realizó la función, para ser operado de urgencia por un coágulo en el cerebro. Pasó un año en estado vegetativo hasta el día de su muerte, el 24 de noviembre de 2022.

Ese combate, desde la perspectiva del entrenador Ignacio Beristáin, nunca debió ocurrir, pues si bien Fuentes estaba apto desde el punto de vista médico, eso no significa que lo estuviera técnicamente, sobre todo por el tiempo de inactividad.

Antes de aquella noche en la que sufrió la lesión que le costaría la vida, Fuentes no había peleado desde hacía tres años. La razón, explica Mauricio Sulaimán presidente del Consejo Mundial de Boxeo, organismo que sancionó aquel combate, fue la interrupción provocada por la pandemia de covid y que paralizó espectáculos en todo el mundo.

Entre el primer trimestre de 2020 y parte de 2021, las competencias deportivas se suspendieron y las escasas que lograron realizarse casi siempre fueron sin público presente.

Fuentes llegó al combate de octubre de 2021 con dos derrotas previas, un nocaut efectivo propinado por el japonés Daigo Higa en febrero de 2018 y uno técnico del nicaragüense Román Chocolatito González en septiembre de ese mismo año. Estos resultados influyeron en que se le impusiera un periodo de inactividad de varios meses y se condicionara su retorno a que le practicaran estudios más profundos.

La salida médica es una cuestión administrativa que se realiza días antes de la pelea, sostiene Ciro Nucci, presidente de la Comisión de Boxeo de la Ciudad de México; un galeno le realiza un examen y determina si está apto físicamente. No se le puede negar el derecho a trabajar a un boxeador con licencia que está bien de salud, pero siempre que el combate sea equitativo. A Fuentes se le pidieron exámenes adicionales después de los nocauts que sufrió antes y cumplió su periodo de inactividad preventiva.

Recordó que cuando Fuentes iba a pelear contra Chocolatito había opiniones de que era una pelea de alto riesgo. La posibilidad de negar la salida estaba latente, pero el peleador no acudió a la Comisión y así fue a Las Vegas.

Se advirtió del riesgo

Nosotros enviamos una carta a la comisión de Nevada para avisarles que no había venido a la Comisión por su salida, pero aún así peleó allá en Estados Unidos, comenta.

Ciro Nucci advierte que es importante vigilar las actuaciones de los promotores, pues a algunos no les preocupa el riesgo que puede correr un peleador. Por esa razón, afirma, han impedido varias funciones en la Ciudad de México, en la cual dicen que hay poca actividad en este giro, pues cumplir con el reglamento es más riguroso.

Los estudios especiales para los boxeadores valen unos 15 mil pesos, pero a los mánagers les vale madre, exclama el responsable de la comisión; yo no tengo intereses de por medio, no vivo del boxeo y por eso no permito nada que no esté apegado al reglamento, si un mánager o promotor me pide que le eche la mano, le digo que yo no echo manos excepto a los boxeadores.

Beristáin es enfático en el tema de promotores y mánagers, adonde, dice, deben apuntar las autoridades.

La voracidad de muchos promotores abre la puerta a estas tragedias. Hay promotores que buscan rivales para beneficiar a algún peleador. Son capaces de enfrentar a muchachos que apenas pelean a cuatro episodios con otros que ya lo hacen en seis u ocho.

Algunos buscan ex campeones en franco declive para impulsar las carreras de sus prospectos.

No deja de llamarle la atención que Fuentes, de 36, con tres años inactivo, peleara ante un veinteañero como Cuéllar que venía invicto con 19 triunfos, 11 por nocaut efectivo y técnico. Bajo ningún concepto me parece que debió aceptarse esa pelea, porque una cosa es estar médicamente apto y otra estarlo técnicamente.

El especialista en neurociencia Jorge Alberto Guzmán arroja luz desde otro ángulo y señala que los estudios recientes recomiendan contar con equipos multidisciplinarios con expertos en conmociones cerebrales.

De igual modo se solicitan estudios de neuroimagen estructural y funcional de manera regular para observar si existe algún tipo de lesión anatómica o en la conectividad del cerebro, plantea.

Pero lo más importante, añade, es estar conscientes de los riesgos de este deporte entre los practicantes, entrenadores y réferis, ya que en muchos casos se minimizan las situaciones peligrosas y por lo tanto no se actúa a tiempo, concluye.