"La Jornada del Campo"
Número 182 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Las ruralidades del Occidente de México
 Manuel Antonio Espinosa SánchezManuel Antonio Espinosa Sánchez

La transición energética en pequeños municipios: una alternativa para garantizar los servicios públicos a partir del uso de microrredes

Noé Villa Villaseñor CIATEQMaría de la Concepción Sánchez Domínguez-Guilart CIATEQ Jesús Ramón Morales Hernández y Rodrigo Rodríguez Guerrero ITESO

Una microrred eléctrica es un sistema que comprende fuentes y consumidores de energía eléctrica, así como la infraestructura requerida para llevar la energía desde las fuentes hasta los consumidores de una manera segura y confiable. Las microrredes permiten disponer de un sistema autónomo, que puede estar o no interconectado a la red de la CFE y que, de esta forma, puede disminuir los costos, proporcionar energía cuando la CFE tiene fallas o no llega y, además, hacer una gestión más inteligente de la misma al poder alternarlas de acuerdo a las necesidades de los usuarios.

La tecnología de microrredes, que se presenta como fundamental para abastecer la energía en el futuro, ha sido utilizada prioritariamente por grandes empresas, que disminuyen sus costos, evitando además indeseados cortes de luz. Sin embargo, los pequeños y medianos municipios siguen dependiendo casi en exclusiva de la energía proporcionada por la CFE para cubrir sus servicios, el alumbrado y también el gasto por bombeo, que en la zona del occidente y norte de México representa la mayor parte del sistema de abasto de agua potable. La Agencia de Energía del Estado de Jalisco considera que la erogación de los gobiernos locales en energía puede llegar a representar del 25% al 60% del gasto corriente (https://jalisco.gob.mx/es/prensa/noticias/144854). Además del costo económico, el servicio es deficitario: son frecuentes los cortes de energía que tardan muchas horas o incluso días en resolverse. De igual forma, los patrones de asentamientodisperso, que abundan en estos municipios, implican que se “tiren” largos cables desde la red principal hasta los hogares, lo que genera problemas de seguridad y pérdidas muy importantes de electricidad, que a veces son asumidas por los consumidores y a veces por la propia CFE.

Así, en un contexto global donde se hace imprescindible la disminución de los Gases de Efecto Invernadero (GEIS), la instalación de microrredes que fomenten la autonomía de las pequeñas comunidades se presenta como una interesante posibilidad para garantizar suministro energético que combata las condiciones de pobreza energética que padecen muchas familias, disminuir el elevadísimo gasto municipal en este rubro y, al mismo tiempo, contribuir a modelos más limpios y sustentables.

Las microrredes deben alimentarse de una o varias energías y, en el caso del Occidente de México, por sus condiciones, el sol es sin duda la principal fuente. Además, los paneles solares fotovoltaicos llevan ya varias décadas de desarrollo y la población la asume como una tecnología familiar, útil y, lo que es más importante, rentable. Esto ha llevado a que numerosos pequeños negocios financien privadamente sus paneles solares para disminuir sus cuentas energéticas. Así, por ejemplo, un pequeño super con dos refrigeradores y dos congeladores puede llegar a consumir 18 mil pesos bimestrales. La instalación de paneles solares se financia a través de estos ahorros y en un año sus ingresos, al no tener que hacer frente a estos pagos, se duplican, haciendo viables estos pequeños negocios.

El sector público, por su parte, tiene problemas para poder financiar estas instalaciones ya que los amplios gastos en nómina y servicio a que deben hacer frente impiden disponer de recursos para inversión. Además, el beneficio sería observado hasta las administraciones posteriores, una vez que acaben de pagarse las instalaciones. Las limitantes que implican estas instalaciones fotovoltaicas, pueden verse disminuidas gracias a la conformación de estas estructuras como microrredes, sobre todo en espacios complejos que puedan requerir de varias fuentes de energía, algunas poco sustentables, como motores diesel, y que gracias a una optimización pueden utilizarse sólo como último recurso, priorizando las energías limpias o las conexiones a la CFE.

Sin embargo, para que esto sea viable se hace imprescindible un mayor conocimiento de las problemáticas que enfrentan los municipios, metodologías para la implementación de infraestructuras adecuadas, monitoreo de los sistemas de producción de energía para conocer sus funcionamientos locales, modelos de gestión democrática local y, por supuesto, co-diseños que apunten a la sustentabilidad y trasciendan los breves mandatos trianuales municipales. Por ello, desde CIATEQ se han emprendido una serie de proyectos, donde participa también ITESO, para hacer viables, operativas y pertinentes las microrredes eléctricas en comunidades. Así, el Centro de Cultura de San Cristóbal de la Barranca será la primera sede de un Laboratorio Vivo con Monitoreo Remoto, financiado por el FODECYJAL, donde desde una perspectiva interdisciplinar e intersectorial, buscamos generar conocimiento con la comunidad y el gobierno local, para diseñar rutas que permitan atender a estos retos, y contribuir a la disminución de la pobreza energética en México a través de una transformación sustentable, donde estos pequeños municipios sean el modelo a seguir. •