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Víctimas de la guerra sucia señalan indolencia de la CNDH
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 29 de septiembre de 2022, p. 29

Acapulco, Gro., Familiares de víctimas de la guerra sucia impuesta en Guerrero a finales de la década de 1960 y en la primera mitad de la siguiente, así como sobrevivientes de ese periodo, se manifestaron frente a las oficinas de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ubicadas en la colonia Costa Azul de Acapulco para exigir información sobre el estado procesal de las quejas presentadas ante el organismo desde 2020.

En la movilización, efectuada la mañana de este miércoles, participaron unas 80 personas, la mayoría adultos mayores afiliados al Colectivo de Esposas e Hijos de Desaparecidos y Desplazados Durante la Guerra Sucia, del municipio de Atoyac de Álvarez, y a la Asociación Representativa de Ejidos y Comunidades y Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos y Grupos Vulnerables.

Uno de los principales reproches de las organizaciones fue que la CNDH ni siquiera ha respondido si recibió los expedientes que se les han enviado, y tampoco ha aportado elementos de prueba.

Octaviano Gervasio Serrano, del colectivo de Esposas e Hijos de Desaparecidos y Desplazados, demandó que les informen sobre el estado procesal de las quejas, sin tener que esperar tres o cuatro meses. Pidió asimismo que se explique en qué condiciones está (la CNDH) de emitir las recomendaciones correspondientes, si ya fueron aportadas las pruebas suficientes o si es necesario aportar más testimonios.

Además, criticó que la Comisión de la Verdad hace las cosas mal, por lo cual la CNDH debe acompañar a las víctimas, y consideró que la aportación de datos de prueba a las indagatorias es un engaño, pues se pretende realizar un informe de carácter histórico sin castigar a los responsables de hechos ocurridos hace casi 50 años.

Aseguró que muchos responsables de lo sucedido aún viven, pues antes se podía ingresar al Ejército Mexicano a los 14 años de edad.

Álvaro Ruiz, originario de La Soledad, municipio de Atoyac, relató que efectivos militares lo hostigaron y torturaron cuando era niño.

Cuando me agarró el Ejército yo tenía 10 años de edad, andaba en el monte campeando con mi papá; me preguntaron si yo conocía a (el guerrillero) Lucio Cabañas y les dije que no; entonces ellos, para sacarme bien la verdad, me ponían una bolsa en la cabeza hasta que ya no aguantaba, me dieron golpes y me tiraron al suelo, narró.

Agregó: Me separaron de mi papá y nos golpearon. Yo escuché los golpes que le dieron a mi papá; a mí me golpearon estando tirado, amarrado con las manos a la espalda. Desde entonces vivo enfermo.

La protesta concluyó luego de que una comisión de los manifestantes firmó una minuta con personal de la CNDH, con la cual la institución se comprometió a dar seguimiento a los expedientes de víctimas de la guerra sucia.