"La Jornada del Campo"
Número 180 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
El campo de la ciudad. Segunda parte
Chinampas en el pueblo de Atlapulco San Gregorio, Xochimilco, Ciudad de México.Chinampas en el pueblo de Atlapulco San Gregorio, Xochimilco, Ciudad de México.

Chinampas: jardín milenario de la Ciudad de México

José Genovevo Pérez Espinosa Chinampero y cronista del pueblo de Tlaxialtemalco San Luis en Xochimilco

Las chinampas no son un simple monumento al pasado de México, actualmente están vivas en cinco poblados originarios de la actual Ciudad de México: en Mixquic San Andrés, Tláhuac San Pedro, Tlaxialtemalco San Luis, Atlapulco San Gregorio y en Xochimilco, que sigue siendo la reina de las comunidades chinamperas.

Las chinampas son más antiguas que la misma Ciudad de México-Tenochtitlan, que el Distrito Federal y hasta de la hoy llamada Ciudad de México.

Solamente quedan en el baúl de los recuerdos que existieron chinampas en Ixtapalapa y en Ixtacalco.

Las chinampas desde el pasado fueron y son el sostén y vida de ésta metrópoli, ya que le dan de comer y beber.

Una definición de chinampas es la que dan mis estimados maestros de la academia Teresa Rojas Rabiela y Juan José Jiménez-Osornio: “Las chinampas son parcelas artificiales que fueron construidas sobre los lagos del Valle de México y representan una prueba elocuente de los esfuerzos de antiguas culturas por adaptarse a su medio. Desde sus orígenes, la gran urbe México-Tenochtitlan y la chinampería han sido interdependientes. Esta antigua relación lo mismo ha traído beneficios a los chinamperos que graves daños y muchos perjuicios. A través del tiempo este agroecosistema ha proveído de hortalizas, flores y plantas de ornato a la Ciudad de México, mostrando ser un sistema intensivo, sustentable y diverso”.

En México contamos con agroecosistemas tradicionales que fueron utilizados por culturas prehispánicas que llegaron a tener gran esplendor. Estos sistemas han demostrado tener una producción sostenida con un mínimo deterioro del ambiente.

El sistema agrícola más intensivo en términos de producción anual por unidad de área y con mayor biodiversidad, es el agroecosistema chinampero. En la actualidad las chinampas se encuentran en peligro de desaparecer debido al crecimiento urbano de la Ciudad de México y a la sobreexplotación de los mantos acuíferos de esta región.

Como se dice en las reuniones de las universidades, donde a los chinamperos nos invitan a discutir sobre el pasado, el presente y el futuro de las chinampas, la palabra chinampa es de origen náhuatl, deriva de chinamitl que significa “seto o cerca de cañas”, y pan que significa “sobre”. Este nombre probablemente se debe al origen de su construcción, ya que se utilizaba una empalizada o estacada que se asentaba sobre el fondo del lago, la cual se rellenaba con diferentes materiales como: piedra, lodo y plantas acuáticas, sus orillas se protegían con entretejidos de diversos materiales vegetales.

Según algunos especialistas, surgieron unos 200 años a.C. en forma limitada, otros lo consideran como un fenómeno más tardío, y lo sitúan hacia el año 800 d. C. Lo que es un hecho, es que el apogeo de la expansión de las chinampas tuvo lugar entre 1400 y 1600 d. C.

El otro sistema agrícola tradicional es el que todavía se da en las terrazas agrícolas de los cerros del sur de la Ciudad de México.

Ver para creer, las milpas chinamperas y maizales alrededor del cerro Teutli, el jardín milenario se niega a morir.

Todo programa de gobierno para el rescate de las chinampas será loable, y lo será más en la medida que dicho plan se fundamente en las propuestas de los artífices y protagonistas de este hecho ejemplar de la cultura ecológica de México: los indígenas chinamperos.

Sin chinamperos no hay chinampas

Las chinampas constituyeron el “granero” de Tenochtitlan, en la época de esplendor de los mexicas y representan una prueba elocuente de espíritu creador, así como de los esfuerzos de antiguas culturas por adaptarse a su medio.

Las chinampas son importantes desde el punto de vista histórico, ya que son, sin lugar a dudas, el último testimonio vivo de una forma de producción que alimentó e hizo prosperar a vastos grupos humanos en los periodos prehispánico, virreinal y republicano. Por otra parte, desde el punto de vista agrícola, se trata del agroecosistema sostenible más diverso y productivo que se conoce hasta la fecha.

Todavía podemos ver esos almácigos de lodo donde se echa a germinar una variedad extensa de hortalizas como: lechuga, brócoli, espinaca, cilantro, calabaza, apio, perejil, acelga, etc.

Hoy en día, y con muchas penurias, el pueblo de Tulyehualco, quien es el campeón en el cultivo de la alegría o amaranto en esta Ciudad de México, se le ve a sus campesinos germinando en almácigos de lodo que extraen del fondo del acalote o del apantle la diminuta semilla del que después será el tradicional dulce mexicano por abolengo –la primera vida del amaranto es en almácigo– que después será llevada en chapines a las tierras del cerro.

A finales de julio, muchos productores que siembran cempazúchil, de corte o del tradicional, están echando al voleo en camellón la semilla de la flor de muertos, la cual, volverán a plantar en la primera quincena de agosto al sitio definitivo. Los panteones de los pueblos originarios lucirán esta planta antigua de la cultura mexicana los días 1 y 2 de noviembre.

El ingenio de los chinamperos-floricultores se está dando con el otro tipo de cempazúchul, el que se presenta en maceta, que ahora es el más comercial, aquí el barrio de Caltongo San Francisco de Xochimilco, los de Atlapulco San Gregorio y los de Tlaxialtemalco San Luis, son los pioneros en presentar sus extensas producciones de esta planta de ornato.

Estas mismas comunidades, que se han vuelto expertas en floricultura en Xochimilco, son las mismas que nos invitan a comprar con ellos las mejores plantas de nochebuena para las posadas y navidad. Plantas adaptadas a las condiciones ambientales de la Ciudad de México, en comparación con otras que vienen del interior de la República Mexicana. Urge un apoyo en general a todos los chinamperos-floricultores y chinamperos de verduras para comercializar todos sus productos.

Hoy la Ciudad de México necesita pagar la deuda histórico-cultural y de supervivencia con los chinamperos que le dan eso que llaman sostenibilidad o sustentabilidad ambiental. La Ciudad de México tiene que aprender a convivir con ese entorno chinampero que le da identidad y arraigo como mexicanos.

La mejor agua potable que consume esta Ciudad proviene precisamente del sur de la metrópoli, gracias a sus vastos manantiales y actualmente por medio de más de cien pozos profundos, donde se extrae a poco más de 200 metros de profundidad.

Según mi leal saber y entender creo que nunca vamos a saber quiénes fueron los auténticos creadores o inventores de las chinampas, aunque cabe decir que Xochimilco y Tláhuac son los que siempre han tenido chinampas.

Los mismos aztecas en su peregrinación construyeron chinampas como está escrito en la Crónica Mexicayotl de Fernando Alvarado Tezozómoc: “…y luego vinieron a llegar a Xaltocan, allá por tercero se hacen chinampas, allá sembraron maíz desgranado, curado y seco, “huautli”, frijol, calabaza, chile verde, “jitomate”, luego vienen ya por eso a Epcoac, pues también allá se hicieron chinampas”.

En los actuales pueblos chinamperos o chinampanecas de la Ciudad de México se dio una especialización en producción agrícola: Xochimilco y sus barrios, el gran productor de flores de corte y hortalizas. Ahora al barrio de Caltongo se le reconoce como gran floricultor; la gente del pueblo de Atlapulco San Gregorio se especializó en verduras u hortalizas, actualmente es floricultor. Los “petlaxiles”, que son los habitantes del pueblo de Tlaxialtemalco San Luis, antes eran horticultores, hoy en día son floricultores. En éste pueblo, que también es conocido como San Luis de las Flores, las tres principales calles se llaman floricultor, agricultor y horticultor.

Qué decir de tlahuita la bella, chinamperos de gran prestigio como milperos y horticultores, además de pescadores y cazadores. A mis compadres de Tláhuac, les sigo diciendo con el debido respeto “carpas” o “carpitas”. Por cierto, este año Tláhuac está de fiesta celebrando los 800 años de su fundación.

Mixquic San Andrés es reconocido como otro de los grandes de la cuenca del Valle de México siendo gran productor de hortalizas y verduras que hace cien años eran transportadas en grandes canoas por vía acuática, por esos canales de Amecameca y canal de Chalco que entroncaban en el canal de La Viga hasta el mercado de Jamaica.

Los otros pueblos chinamperos, laguneros o ribereños también llegaron al mercado de Jamaica, cada quien por sus respectivos embarcaderos de salida. Eso sí, todos los remeros con sus canoas se encontraron en el canal de La Viga. Tuvo que haber sido un espectáculo sorprendente.

El esfuerzo por proteger el entorno chinampero está latente, falta mucho por hacer y aún hay muchos pendientes. Las chinampas no son piezas de museo, no tienen porqué estar en vitrinas con fotografías. Ver un conjunto de ahuejotes, que son los árboles típicos de las chinampas, una ahuejotera o un conjunto de chinampas o el chinamperío, son todavía paisajes excepcionales reconocidos mundialmente. Lo que le pasa al axolotl o ajolote que está desapareciendo de los canales, lo mismo le está sucediendo a las chinampas, que cada día se cuentan en menor cantidad.

Ojalá sean una realidad todas esas disposiciones normativas nacionales e internacionales para la protección de las chinampas, porque en ocasiones son letra muerta –mucho ruido y pocas nueces-.

Que valga que las chinampas se ubican en una zona de monumentos históricos desde el 4 de diciembre de 1986 y que son:

  • Patrimonio Mundial, cultural natural de la humanidad por la UNESCO desde el 11 de diciembre de 1987.
  • Área natural protegida, desde el 7 y 11 de mayo de 1992.
  • Sitio Ramsar desde el 4 de febrero de 2004.
  • SIPAM.-Sitio ingenioso del patrimonio agrícola mundial-. Por la FAO desde el 19 de abril de 2018.

El paisaje chinampero, único en el mundo, está en la lista del patrimonio cultural por la UNESCO, al igual podría estar en la lista del patrimonio cultural en riesgo de desaparecer. Nadie quiere que forme parte de esa lista negra, pero así como vamos pueden ser las últimas generaciones de chinamperos.

Sin chinamperos no hay chinampas.Sin chinamperos no hay chinampas.

Las cifras son bien claras, la Universidad Autónoma Metropolitana plantel Xochimilco, por conducto del equipo del Dr. Alberto González Pozo lo ha manifestado en varias ocasiones, solamente quedan del sistema chinampero 2,215 hectáreas, de las cuales Xochimilco tiene 1,646 y Tláhuac 569. Un total de 20,922 chinampas, de las cuales 3,614 están activas y 17,308 en desuso. Estas son cifras impactantes. Xochimilco tiene 15,864 chinampas, Atlapulco 2,060, Tlaxialtemalco 600, Tláhuac 1,140 y Mixquic 1,250 chinampas.

Con subsidios y sin ellos en este año de 2022, todavía existen chinampas productivas que deben ser parte fundamental del desarrollo ambiental y económico de la ciudad de México.

Chinampas en el pueblo de Atlapulco San Gregorio, Xochimilco, Ciudad de México.•