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El autogobierno de la Escuela Nacional de Arquitectura
E

l pasado 11 de abril se cumplieron 50 años de que un amplio grupo de estudiantes de la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se declaró en rebeldía y, a su vez, erigió un autogobierno que reformuló el programa de estudios y que se propuso llevar la arquitectura al pueblo.

Durante los años 60, la Escuela Nacional de Arquitectura se caracterizó por vivir diversos tipos de conflictos de distinta índole y de diferente intensidad, entre otros, la mala organización administrativa, una gran cantidad de estudiantes irregulares y profesores mal preparados que mermaban la calidad educativa. Ante esta situación, los estudiantes que integraban el Comité de Arquitectura en Lucha (CAL) se organizaron para difundir las problemáticas de la escuela. Para lograrlo, editaron el periódico Basta!

El CAL fue sumando simpatías entre los estudiantes debido a que muchos de ellos estaban inconformes con el plan de estudios y con el bajo rendimiento y malos tratos de los profesores. Así, el CAL convocó el 11 de abril de 1972 a una asamblea en el Teatro de Arquitectura. De esta manera, los asistentes se declararon en rebeldía y acordaron tomar la dirección de la escuela. A partir de ese momento desconocieron al director, el arquitecto Ramón Torres, y a los directores de los 12 talleres.

Así, surgió el autogobierno de Arquitectura. Su estructura estaba compuesta por la asamblea como máxima autoridad, luego un coordinador que era el encargado de organizar los acuerdos tomados en asamblea y las propuestas de las comisiones académica, administrativa y de información.

La comisión académica reformuló el programa de estudios, el cual estuvo enmarcado en tres principios: enseñanza dialogada, conocimiento multidisciplinario e instrucción práctica.

En cuanto a la comisión administrativa, su función principal fue organizar de manera equitativa el dinero asignado a la Escuela Nacional de Arquitectura. Mientras que la comisión de información dependía del Órgano Informativo del Autogobierno, el cual se encargó de publicar las revistas Arquitectura Autogobierno y Tabique. Éstas trataban asuntos de la escuela y temáticas sobre la profesión de la arquitectura en su conjunto y los problemas nacionales de la época.

Los estudiantes exigieron el reconocimiento del autogobierno como una opción académica. Así, se organizó una comisión que irrumpió en la torre de Rectoría. Por lo que el Consejo Universitario se comprometió a analizar su viabilidad; fue en 1973 cuando las autoridades de la UNAM reconocieron el proyecto autogestivo y, a su vez, se comprometieron a entregar el presupuesto asignado a la Escuela Nacional de Arquitectura.

Pronto, la experiencia del autogobierno fue replicada en la Facultad de Medicina, en la de Economía y en la de Filosofía y Letras, así como en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Oriente y en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).

Ante ello, habitantes de colonias populares de la Ciudad de México y del estado de México fueron a buscar a los estudiantes para pedirles que los apoyaran a urbanizar las calles de sus poblados. No obstante, a mediados de la década de los 80, el autogobierno de Arquitectura comenzó a presentar contradicciones antagónicas que propiciaron su declive.

* Historiador de la UMSNH. Autor del libro El poder viene del fusil