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Los investigadores no debemos vivir en una torre de marfil
 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de junio de 2022, p. 7

Además de ocuparse de la preservación y difusión de la memoria y el legado del compositor Conlon Nancarrow, su esposo durante 27 años, Yoko Sugiura Yamamoto se ha destacado por su trabajo de casi medio siglo en los campos de la antropología y la arqueología en México, adonde llegó procedente de su natal Japón en la década de 1960.

Ex investigadora en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del que se jubiló en 2017, y actual miembro de El Colegio Mexiquense AC, ha centrado sus líneas de estudio en la etnoarqueología y las civilizaciones mesoamericanas del actual valle de Toluca.

Así, ha trabajado intensamente por contribuir a la comprensión de los procesos socioculturales que han permitido el desarrollo de sociedades complejas a lo largo de 3 mil años en el territorio del actual estado de México.

Gracias a un proyecto que ha dirigido en esa zona por más de cuatro décadas, se cuenta con información fundamental para entender el devenir histórico que se inició ahí mil 500 años antes de nuestra era, no sólo por el registro del complejo universo arqueológico de esa región, sino porque además profundizó en la vida cotidiana de los pueblos que la habitaron.

Los estudios de la especialista y su equipo respecto del modo de vida lacustre en el Alto Lerma abarcan el origen de esa peculiar forma de subsistencia, su desarrollo y la transformación vertiginosa que hoy día se aprecia en esa importante cuenca del centro de México, la cual, a su decir, está al borde del colapso.

Amén de numerosas publicaciones editoriales y artículos científicos, esas investigaciones han dado pie a la creación del Museo de las Culturas Lacustres del Valle de Toluca, primer espacio museístico sobre esa temática en la República Mexicana, el cual se prevé será inaugurado de forma oficial este 2022.

De contenido interdisciplinario, está ubicado en el municipio mexiquense de San Mateo Atenco; en su realización participan las autoridades de ese ayuntamiento, El Colegio Mexiquense, las universidades autónomas del Estado de México (UAEM) y Metropolitana (UAM), además de la UNAM y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El museo fue bautizado con el nombre de Yoko Sugiura Yamamoto en reconocimiento a su destacada trayectoria en pro del conocimiento, divulgación y protección del patrimonio cultural de esta significativa región del estado de México, argumentan sus instituciones responsables.

Según la antropóloga y arqueóloga, quien este 2022 cumple 80 años, el tema abordado por ese nuevo recinto resulta de vital importancia para la sociedad: “Es un aspecto de vida o muerte, de supervivencia. Es esencial, urgente, que la gente entienda la importancia de este tema (el de la vida lacustre). Muchos de los habitantes del valle de Toluca no se dan cuenta de lo que están destruyendo.

En menos de medio siglo, el cambio en la zona ha sido drástico, dramático. Hasta hace poco, la gente juntaba acociles, había muchos ajolotes, venían patos y otras aves. Hicieron una carretera con la cual destrozaron mucho del ecosistema lacustre.

Para ella, resulta una obligación de los investigadores no quedarse en el mundo de la academia; debemos conectarnos con la realidad y las personas, porque, al fin y al cabo, nosotros sacamos nuestra información de ellas, por lo que hay que regresárselas también. Como investigadora, no estoy de acuerdo de vivir en una torre de marfil.