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Se desborda oferta inmobiliaria en zona donde se construiría el NAIM
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de marzo de 2022, p. 8

A lo largo de la avenida Vuelta de Agua, en Acolman, centenares de volantes, carteles y lonas ofrecen a quien pasa por allí una cantidad, al parecer inabarcable, de terrenos de todas dimensiones y precios. En simples hojas de papel o en anuncios espectaculares, se ofrecen Terrenos con luz, desde $2,500 o Lotes de 120 m2. Aparte con $3,000.

Pero a decir del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco (FPDT), detrás de este boom en la venta de predios se esconde el propósito de frustrar el surgimiento de un Área Natural Protegida (ANP), cuya creación anunció el actual gobierno en los terrenos donde se construiría el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).

Sin embargo, ese prometido decreto no se ha emitido y, en ese vacío, la especulación urbana avanza incontenible en los municipios mexiquenses de Acolman, Atenco, Texcoco, Chimalhuacán, Tezoyuca, San Andrés y Chicoloapan.

Estacionada a un lado de la carretera, una camioneta muestra una pancarta gigante que ofrece terrenos. Cuando algún interesado se acerca al vehículo, el hombre que atiende el improvisado puesto de información explica que se trata de lotes de 120 metros cuadrados, ubicados en los municipios cercanos, y cuyo precio depende del grado de desarrollo urbano de cada sitio.

Tengo unos aquí enseguida, a un precio de 120 mil pesos, con un enganche de 10 mil pesos y mensualidades de 2 mil; son como cinco años, más o menos (para terminar de pagarlo). Allá arriba tengo otros, pero son con el 50 por ciento (de enganche), porque están en El Calvario, una colonia nueva donde ya cuentan con luz y pasa el transporte público, refiere.

Y prosigue: a diferencia de los terrenos rústicos, que no cuentan con ningún servicio y donde el precio final está entre 120 y 140 mil pesos, acá en el centro de Tepexpan los tengo en 285 mil pesos porque ya tienen luz, agua y drenaje.

Luego de indicar que la empresa inmobiliaria donde trabaja tiene proyectos en 15 zonas, el hombre asegura que, al dar el enganche –que puede ir de los 10 mil a los 50 mil pesos, con mensualidades de 2 a 3 mil pesos–, el comprador puede tomar posesión inmediata del predio y empezar a construir su casa, aunque todavía no haya terminado de pagar.

“Allá arriba –dice señalando un punto indefinido– ya tenemos más de 500 familias viviendo y está muy bien. Ya está la luz y está en proyecto el pozo de agua. Aunque si lo quiere de inversión, le recomiendo aquellos, donde a lo mejor ahorita no hay nada, pero en lo que los acabas de pagar, pues ya viene igual la mancha (urbana). Cuando te das cuenta, ya la tienes ahí”.

Expansión urbana sin orden

Para Daniel Fonseca, integrante del FPDT, la venta a diestra y siniestra de terrenos en esta zona del estado de México obedece a que muchos ejidatarios buscan sacar provecho de las tierras que se encuentran en un espacio de 4 mil hectáreas que formarían parte de la ANP, sin importar si dichos predios se encuentran en zonas de vocación agrícola o tienen condiciones inestables.

De estas 4 mil hectáreas, unas 2 mil ya las pasaron al régimen de propiedad privada para lotificar y vender. Es importante mantenerlas como están porque son una barrera, una zona de transición entre la zona lacustre y la urbana, y son de vital importancia para mantener los cuerpos de agua y regular la temperatura. Lamentablemente, en la actualidad, están siendo urbanizadas de manera salvaje.

Un ejemplo de lo anterior, añade Fonseca, son las colonias que en los últimos 15 o 20 años han surgido de manera desordenada en esta misma zona del estado de México –como Granjas Arenal, El Salado, El Saladito y Nuevo Santa Rosa–, en condiciones de inseguridad y sin tener ni siquiera los servicios básicos, lo cual hace que muchas de ellas vivan inundadas por falta de drenaje durante la época de lluvias.

Los parajes que hoy se venden como pan caliente en muchas de las zonas que deberían formar parte de la ANP, alerta, en un futuro pueden verse como hoy se ve la colonia Lagunas de Chiconautla, también conocida como Las Brisas.

En un recorrido hecho por este diario se aprecian calles en desnivel sin aplanar ni pavimentar, con muchos hoyos y sin alumbrado público.

En contraste, a unos cuantos kilómetros de ahí, cerca de la barda perimetral del cancelado NAIM, el panorama es radicalmente distinto. A pesar de que no se han retirado los aparatos de desecación que iba a requerir la terminal aérea, ya se han formado nuevos cuerpos de agua con aves como patos, gallaretas, corverjones y monjitas, además de tortugas, ahuautle (huevecillo de mosco) y alga espirulina.

En estos terrenos, dicen los lugareños, va a decidirse buena parte del futuro de la zona: o se permite que la naturaleza se reconstituya o se replicarán las unidades habitacionales gigantes.