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Pedro y Tamara propone que el público infantil reflexione sobre temas cruciales, como la muerte
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▲ Puesta en escena con títeres de papel de la compañía Los Bocanegra, en el Cenart.Foto cortesía de la agrupación
 
Periódico La Jornada
Viernes 11 de marzo de 2022, p. 4

Hablar con los niños sobre la muerte mediante una historia entrañable, sencilla y con títeres de papel es la finalidad de la compañía teatral Los Bocanegra, que regresa a los escenarios con su propuesta más reciente.

Con dramaturgia de Anick Pérez y Ricardo Rodríguez, Pedro y Tamara se presenta los sábados y domingos (hasta el 20 de marzo) en el Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

Los proyectos de esta compañía son elaborados principalmente para el espectador joven. Concebimos al teatro como una herramienta que dota de sentido a la escena y al pensamiento que la construye, explica Anick Pérez en entrevista con La Jornada.

Este proyecto se originó durante la pandemia y es la primera vez que se presenta en México. Con nuestro trabajo tratamos de generar alternativas de pensamiento, así como compartir experiencias para que las jóvenes audiencias analicen la realidad que les acota.

La trama se inicia con Pedro, el minero, quien decide aventurarse para buscar su destino. Entonces se encuentra con la Muerte, y ésta le regala un par de objetos mágicos, no sin antes ponerle un plazo para vivir su vida antes de llevárselo.

Auxiliado por sus regalos, Pedro logra vencer al Diablo, casarse con Tamara y hacerse de una pequeña fortuna. Sin embargo, cuando se cumple el plazo, la Muerte llega puntual a llevarse al minero, pero Tamara no está dispuesta a perder a nadie más…

En escena participan tres personas: Miriam Romero, quien realiza las videoproyecciones de la escenografía y los ambientes de la obra; Alejandro Carrillo, compositor que hace la música en vivo, y Anick Pérez, quien manipula los títeres de papel.

La estética de los personajes (bidimensionales) es muy peculiar: cada uno lleva máscara y atuendos tradicionales mexicanos, mientras la historia se desarrolla en una mesa de 1.60 metros por 47 centímetros de ancho.

La trama no pierde vigencia, porque todo ser humano está destinado a morir; la muerte es algo que acompaña a la humanidad y, además, la narramos de forma tradicional, como si una abuelita charlara con su nieto sobre un tema crucial, prosigue Pérez (Ciudad de México, 1982).

Es tiempo de que las personas se animen a asistir al teatro. Es más, aquellos que temen al covid-19 deben saber que el teatro es un espacio seguro (con un riguroso protocolo sanitario), cuya vitalidad surge directamente del encuentro con la gente, concluye la dramaturga.

Con música original de Alejandro Carrillo, las funciones de Pedro y Tamara son los sábados y domingos en el Foro de las Artes del Cenart (Río Churubusco 79, esquina calzada de Tlalpan, colonia Country Club, estación General Anaya del Metro). La entrada cuesta 80 pesos.