Editorial
Ver día anteriorSábado 5 de febrero de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Pekín y Moscú: respaldo mutuo
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oras antes de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, que acoge Pekín, los presidentes Vladimir Putin y Xi Jinping sostuvieron un encuentro en el que se comprometieron a profundizar sin descanso la coordinación estratégica entre Rusia y China, así como a afrontar juntos las injerencias externas y amenazas a la seguridad regional. En el comunicado conjunto difundido tras la reunión, los mandatarios se oponen a ciertos países, que siguen obstinados en promover el unilateralismo, y ”socavan los intereses de otros Estados, además de crear fricciones y enfrentamientos, lo cual frena el desarrollo”, lo que se ha tomado como una clara alusión a los amagos de Washington y algunos de sus aliados contra Moscú en torno a la situación en Ucrania.

La buena relación entre Putin y Xi viene de tiempo atrás, pero el mutuo espaldarazo cobra mayor relieve en momentos en que el primero enfrenta tensiones crecientes con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el segundo es anfitrión de la fiesta olímpica en medio de un boicot diplomático de Estados Unidos, secundado por Australia, Reino Unido, Canadá, Lituania, Kosovo y Alemania. En este sentido, las expresiones de amistad y el apoyo recíproco en los temas de máximo interés de cada parte –con Pekín rechazando cualquier ampliación de la OTAN hacia el Este y Moscú suscribiendo la preocupación por la alianza de Washington, Londres y Canberra en el espacio de Asia-Pacífico– muestran el nivel de cercanía alcanzado por estas potencias vecinas en respuesta a las presiones occidentales.

Es inevitable que el primer encuentro cara a cara de los líderes chino y ruso en dos años se interprete a partir del contencioso ucranio, que ha ocupado la atención de la comunidad internacional desde finales del año pasado. En ese flanco, mientras Estados Unidos alista el despliegue de 3 mil soldados en Europa oriental, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha sostenido tres llamadas telefónicas con Vladimir Putin en el transcurso de una semana, y tanto él como el canciller alemán, Olaf Scholz, visitarán la capital rusa en los próximos días, señales de que las dos mayores economías de la eurozona y prominentes socios de la OTAN prefieren un arreglo diplomático antes que hacerse eco de los tambores de guerra que suenan desde Washington y Londres.

Si se considera que Moscú niega la intención de invadir Ucrania, que el propio mandatario de esta nación, Volodymyr Zelensky, ha denunciado los daños a la economía ucrania causados por el pánico innecesario, y que desde dentro de la OTAN hay quienes apuestan al diálogo, cabe esperar que quienes aún se empeñan en exacerbar las tensiones desistan de buscar una confrontación cuyo saldo sería catastrófico para toda la región, y en particular para las principales víctimas de todo conflicto armado: la población civil.