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Ciudad perdida

UACM e Instituto Electoral, dos casos graves // Oposición silenciosa // Las calles, en el descuido

C

ierra el año en la capital del país con al menos un par de asuntos preocupantes: cerca de 400 millones de pesos perdidos en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y 100, o tal vez más, que el Instituto Electoral de la capital no pagó en prerrogativas a los partidos políticos registrados a nivel local.

En ambos casos hablamos de hechos consumados y de un reto para las autoridades, que no deberán permitir que la impunidad se arraigue en estos dos muy importantes asuntos porque forman parte de las fibras nerviosas de mayor significado para la urbe.

Realmente la lucha, que en el caso de la rectora del UACM, Tania Rodríguez, ha llegado hasta las amenazas de muerte, no es sólo por hallar a los culpables, sino de vencer las resistencias que impiden el quehacer de la justicia.

Caso raro el del organismo electoral. Todavía hace un par de días en el Congreso local se debatía, con todos sus bemoles, cómo resarcir el dinero faltante a los partidos políticos, mientras en las oficinas del gobierno se tomaba la decisión de no aportar ni un centavo más a esa entidad.

Algo sucedió que los partidos de oposición, que han levantado grandes escándalos en torno a algunas decisiones de gobierno, ahora se mantengan en silencio y permitan que quienes cometieron los ilícitos gocen, por el momento, de total libertad.

Pero ese silencio, que pareciera cómplice, habla de algo oculto en las decisiones de gastos en la institución. ¿Por qué los partidos no han reclamado, como acostumbran, las prerrogativas que les debe el IECM?

Por lo que hace a la UACM, resulta imperativo saber quién ha atentado en contra de la institución. Es sabido que dentro de la propia universidad hay grupos políticos de interés dispuestos a quedarse con la casa de estudios, y que forman parte de la llamada izquierda y que pretenden gobernar, bajo sus propios dictados, a ese centro educativo.

Hay algún interés oscuro que busca hundir a la UACM, en caso de que no quede en sus manos, y eso ya se ha denunciado desde la rectoría y la oficina legal de la universidad sin que hallen el eco mediático que ha tenido, por ejemplo, el conflicto del CIDE.

La UACM ha sido objeto de discriminación desde siempre. Poco o nada se ha creído en los métodos de enseñanza que tiene esa casa de estudios. Brinda ayuda a quien carece de apoyo si tiene aspiraciones para hacer una carrera, y da el respaldo necesario para cumplir con la pretensión, lo cual se convirtió en un argumento que hablaba del desperdicio de los recursos en esa tarea.

Nadie puede negar que la UACM ha estado envuelta, en su corta vida, en una serie de escándalos que no la han favorecido; no obstante, hoy tiene la oportunidad de cobrar un nuevo impulso a partir de los apoyos de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ojalá que así sea.

De pasadita

El tema de los baches en las calles de todas las alcaldías ya es de escándalo. El deterioro es mayor y los alcaldes parecen no tener ningún interés en terminar con el problema.

¿Será que esta deficiencia es parte de una estrategia política para que se deje de usar el automóvil? Porque de ser así lo más probable es que la gente, acostumbrada a algo más que una bicicleta, se vuelva adicta a los vehículos más recios antes de que renuncie a dejar su automóvil.

Como sea, lo importante ahora es que las calles están hechas un asco. Las banquetas rotas, las luces apagadas y los alcaldes muy descansados sin mayor preocupación. Es tiempo de que de la jefa de Gobierno los llame para que se pongan a trabajar. Ya es hora.