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“Native Sons celebra al público, a la ciudad que nos vio nacer y a la gente que nos influyó”

Fuimos capaces de expresar alegría, pasión y esperanza, pese a la más horrible experiencia de la humanidad, señalan Los Lobos

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▲ Se sintió bien trabajar, incluso con cubrebocas y sana distancia, además de tener a una enfermera en la habitación haciéndonos pruebas, contó Steve Berlin, tecladista de la banda.Foto tomada del Twitter de los músicos
 
Periódico La Jornada
Lunes 6 de septiembre de 2021, p. a10

Uno de los primeros himnos del rock en español surgió de una canción tradicional veracruzana que el compositor Ritchie Valens adaptó para que se pareciera a la música que comenzaba a surgir en Estados Unidos a finales de la década de los años 50. Más tarde, a finales de los 80, La bamba volvió a llamar la atención en el mundo gracias a una cinta biográfica titulada de la misma forma.

Los responsables de interpretar la música de Valens en la película fueron Los Lobos, joven banda formada por músicos de ascendencia mexicana que por esa época batallaban tratando de ganar reconocimiento en Estados Unidos, sin abandonar sus raíces. Su trabajo en La bamba hizo que su versión de la canción ganara fama mundial, y desde entonces la agrupación siguió haciendo música sin abandonar los covers, incluso en la actual época de pandemia.

Manteniendo esa perspectiva, Los Lobos han lanzado Native Sons, un álbum surgido de una creciente necesidad de recurrir a la música como una forma de entretenimiento. La naturaleza de este disco era divertirnos. Fue como una fiesta. Queríamos celebrar al público, a los artistas y a la ciudad que nos vio nacer, así como a la gente que nos influyó, explicó Steve Berlin, tecladista de la agrupación.

Para preparar el álbum, Los Lobos tuvieron que esperar a que las condiciones sanitarias en su país mejoraran. Los miembros de mi banda no están precisamente adaptados tecnológicamente. Aunque otros discos han podido ser trabajados sin estar físicamente en el mismo cuarto, nosotros somos de la vieja escuela, así que tenemos que estar juntos y tocar en el mismo espacio, con los demás, detalló.

Haber optado por un álbum de versiones sirvió a los músicos para bajar el ritmo y grabarlo poco a poco. Este disco nos sirvió, porque fuimos capaces de hacerlo en piezas, nos concentramos en hacer dos o tres canciones a la vez, luego parar durante un mes y volver para hacer otras tres canciones, contó Berlin.

Aunque estuviéramos viviendo la más horrible experiencia de la humanidad en la edad moderna, fuimos capaces de expresar alegría, algo de pasión y algo de esperanza. Se sintió bien volver a juntarnos y hacer música, incluso con cubrebocas y sana distancia, además de tener a una enfermera en la habitación haciéndonos pruebas, admitió.

Ponemos nuestro propio giro

Steve también es consciente de que muchos de los temas por los que se conoce a Los Lobos son sus versiones de otros músicos. Tratamos de poner nuestro propio giro en ellas. Tenemos todo el respeto posible por las canciones, pero al mismo tiempo que hacemos una versión, deberíamos lograr algo diferente. Como que tendríamos que poner nuestros ritmos y personalidad en eso. No vamos a imitar, sino a tratar de mostrar cómo entendemos la información y cómo la compartimos, es nuestra interpretación.

Esa manera de trabajar es para Berlin similar a lo que ha pasado con la historia del rock, todos interpretamos a nuestra manera la música del blues, el R&B, y la que vino antes de nosotros, es parte de un proceso, comentó el tecladista.

La relación que tienen Los Lobos con esas versiones no sólo proviene de la aprobación que han gozado, sino también de la historia personal de cada músico. Creo que todos los de la banda somos chicos de los años 60. Esas canciones nos impactaron cuando éramos adolescentes, o muy jóvenes. Así que el impacto emocional de esas canciones no son sólo cosas que traemos del pasado, sino también las que nos afectaron muy profundamente, indicó Steve.

Para Los Lobos, con el Native Sons queríamos mostrar algo. De alguna forma revelar la arquitectura de nuestra esencia, el ADN de nuestra música. Ésta es la gente, éstas son las canciones y éstos son los artistas que nos hicieron, sostuvo Berlin.

Por esa razón, la banda no descarta continuar trabajando de esa forma. Existe todavía mucha música que a Los Lobos le gustaría poder interpretar. El tecladista considera que es posible hacer versiones de algo que representara nuestra conexión con los ritmos de principios de los años 80. Como la escena de la que venimos, con The Blasters y X, esa explosión de pop rock que hubo en Los Ángeles. Ésa es una parte de nosotros tan grande como cualquier otra, y desafortunadamente no encontramos una canción que de alguna forma mostrara nuestro amor y aprecio por esa escena, destacó.

Sin embargo, dicha forma de pensar no implica que la banda no disfrute de crear sus propios temas. La diferencia es que al componer tratas de traer algo nuevo al mundo, por lo que la responsabilidad que sienten es distinta. Al crear canciones propias, lo tratamos con un poco más de reverencia. Como si tuviéramos un bebé y quisiéramos asegurarnos de que no suene a nada que hayamos hecho antes, que no se escuche como algo estúpido, o moderno o culto, o como un artefacto de alguien más. Así que la mentalización es muy distinta, describió el músico.

Desde principios de junio la banda ha podido volver a hacer conciertos con algunas restricciones sanitarias. Aunque el tecladista de Los Lobos admite que se sigue sintiendo bien hacer música y tocarla, también considera que no se puede escapar de la niebla, de las nubes oscuras, que nos acecha ahora. Así que tenemos que lidiar con eso. Espero que mucha gente, en mi país al menos, deje de ser tan idiota y vaya a vacunarse. Son muy difíciles de entender los anticubrebocas y antivacunas, concluyó.