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Desde otras ciudades

Entre lujo, la tolerancia y el aire marítimo se yergue Hamburgo

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▲ La famosa Mönckebergstrasse, centro neurálgico del comercio y lujo en Hamburgo en un día lluvioso, lo que hace relucir sus calles y canales.Foto Alia Lira Hartmann
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amburgo es después de Berlín la capital más poblada de Alemania. Con cerca de 2 millones de habitantes, las comparaciones entre las dos urbes situadas al norte de Alemania son inevitables, tanto por la cercanía geográfica, densidad poblacional y su atractivo turístico.

Mientras Berlín ha logrado situarse en el mapa europeo bajo el lema de pobre pero sexy, de Hamburgo se dice que es la capital donde reside el mayor número de millonarios de Europa y el lujo parece respirarse en algunos de sus barrios más exclusivos.

En la agenda anual las fechas en que la clase adinerada decide deshacerse de algunas de sus pertenencias en mercados al aire libre, son cita obligada de curiosos y coleccionistas. Durante dos fines de semana en el barrio residencial de Eppendorf, durante la temporada de verano pueden adquirirse artículos de lujo de segunda mano a precios accesibles, incluso en un espacio comercial se compran prendas de vestir y calzar de diseñadores afamados a nivel mundial, también de segunda mano.

es una ciudad rodeada de aguas dulces. El centro está rodeado por dos ríos, Elba y Alster, este último canalizado para convertirse en dos enormes lagos artificiales, el Binnenalster y el Aussenalsge. Las residencias que rodean el primero imprimen el carácter de lujo del que goza Hamburgo.

con las gélidas temperaturas, en invierno buena parte de los lagos se congela y se convierte en una inmensa pista de patinaje.

El pulso comercial se encuentra en calle central, Mönckebergstrasse, donde incluso en verano se puede disfrutar de conciertos de piano cuando algún artista decide transportar su valioso instrumento para deleitar a los paseantes, con la seguridad de terminar la jornada con las bolsas llenas.

Hamburgo es también el segundo puerto más importante de Europa, después de Rotterdam. A diario desembarcan cientos de contenedores con mercancía de todo el mundo que llegan en barcos arrastrados por el río Elba. Visto desde lejos, el paisaje de esas cajas multicolores es parte de la atmósfera marítima de la ciudad. Algunos barcos anclados han sido transformados en atractivos museos o restaurantes. Famoso también es el mercado dominical de productos del mar, Fischmarkt, que desde hace más de 300 años se instala en la zona portuaria.

Y para cerrar con broche de oro en cuanto a la diversidad, en el barrio de San Pauli se encuentra la famosa zona roja o de tolerancia: Reeperbahn; para muchos es más atractiva y diversa que la abarrotada y turística en Amsterdam. Restaurantes, bares, discotecas, clubes nocturnos y de striptease para caballeros, damas y también para el público LGBT son parte de la variada oferta.

Una calle en donde damas sexoservidoras se instalan a partir de las 6 de la tarde es la exclusiva Herbertstrasse, donde exhiben sus atractivos físicos detrás de vitrinas. El recorrido es muy corto y exclusivo para caballeros. Está estrictamente prohibido el acceso a mujeres. Violar esta prohibición puede convertirse en una desagradable y húmeda experiencia con restos de micción humana en la ropa.

Alia Lira Hartmann, corresponsal