Número 164 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Vacunas: entre la esperanza y el negocio
Hermelindo Lorenzo Pérez en su parcela. Gabriel Hernández

“Si no hubiera este programa, Sembrando Vida, ya no estuviera yo aquí, me hubiera ido de migrante”: Hermelindo Lorenzo Pérez

Milton Gabriel Hernández García

Conocí a Hermelindo Lorenzo Pérez en 2004, cuando realicé mi tesis de licenciatura sobre el movimiento indígena en la Sierra Norte de Puebla. Él nació en mayo de 1973, en el municipio de Ixtepec. Es hablante “cien por ciento” de su lengua materna, el totonaco, que aprendió antes que el español. Tiene una larga trayectoria participando en diversas organizaciones campesinas e indígenas a nivel local y regional. Desde hace dos años participa en el programa Sembrando Vida, de la Secretaría de Bienestar. La siguiente entrevista, realizada el pasado 17 de abril, trata sobre este y otros temas:

G: Antes de entrar a Sembrando Vida, ¿has participado en otras organizaciones campesinas o programas para el campo?

H: Pues empecé en la teología india o teología de la liberación, así le llamaban. En el 89 o 90 fue cuando me involucré y me seleccionaron para ir a un curso allá en Oaxaca, sobre agricultura orgánica, en 91 o 92.

G: ¿a qué parte de Oaxaca fuiste?

H: A una escuelita para hijos de campesinos, una escuela de la UCIRI (Unión de Comunidades de la Región del Istmo), que es una organización campesina, que trabaja en el café orgánico. Allí se aprende a revisar el proceso orgánico del café y otros productos. Estuve en un lugar que también se llama Ixtepec, todo un año en esa escuela. Cuando regresé tenía que aplicar lo aprendido, como un servicio social y es lo que hice aquí cuando regresé. Impulsar el proyecto del café orgánico. Nada de químicos, todo con abonos orgánicos y los cuidados que debe tener para que sea café orgánico y de calidad, para que tenga un buen precio.

G: ¿y después participaste en otras organizaciones?

H: Primero estuve como organización de aquí local, pero también nos capacitaron no solo en lo productivo, sino en la organización. Se empezó a formar la llamada UNITONA (Unidad Indígena Totonaca-náhuatl) y participamos para que se formara esa organización regional, formada por cuatro organizaciones. Ya no solo era lo de café, también se empezó con la cultura, los derechos indígenas, ya más amplio. La organización en la que yo estaba aquí local era la Esperanza de los pobres, era de producción de café. Pero también trabajamos en la salud, el ahorro y la cultura. La UNITONA la integraban la OIT(Organización Independiente Totonaca) la OIIA (Organización Indígena Independiente Ahuacateca ) y nosotros como Esperanza de los Pobres. Después formamos otra organización que se llamó Semilla Nueva, trabajamos en la radio comunitaria, pero se descompuso el trasmisor y ya no le dimos seguimiento. Había otra organización en Caxhuacan, en la que estaba yo, antes de Esperanza de los Pobres, se llamaba Tunkuwini. Ese fue el inicio. Ahora estoy participando en la Tosepan (Cooperativa Agropecuaria Regional “Tosepan Titataniske”) desde hace como cinco años. No soy yo solo, somos un grupo de aquí de Ixtepec y comercializamos nuestro café con la Tosepan, también bambú y la pimienta. Somos 35, somos un grupo autónomo, pero también somos socios de la Tosepan, pero tenemos nuestra propia asamblea y tomamos nuestras propias decisiones.

G: Sé que la Tosepan se ha diversificado mucho, tiene varias áreas, ¿ustedes también participan en los proyectos de salud, de vivienda o de ahorro?

H: En esa parte ya no, solo en lo productivo del café, el bambú y la pimienta.

G: Y ya hablando de Sembrando Vida, ¿cuándo ingresaste a ese programa?, ¿cómo te enteraste o porqué quisiste entrar?

H: Pues ya tiene dos años, los cumplo el treinta de abril. Pues vinieron los técnicos del programa a buscar personas interesadas y me llamó la atención, de qué se tratará, no sabía yo de ese programa, era nuevo, no se sabía. Pero hasta el nombre me llamó la atención, “Sembrando Vida”. Y pues yo soy campesino y me gusta la vida del campo, entonces me interesó y platiqué con los técnicos y me pidieron los documentos y afortunadamente me aceptaron y aquí estamos echándole ganas. Un requisito que me pidieron era tener un cafetal abandonado, y pues si estaba abandonado porque nos pegó la roya. Ya no había cómo comenzar, porque metes y café y luego ya está allí la roya otra vez. Era una batalla. Entonces los cafetales se echaron a perder, no solo los míos, en toda la región y creo que en todo México.

G: Platícanos por favor, para quien no sea cafetalero o campesino, ¿qué es eso de la roya?

H: Es una enfermedad muy fea, es como el COVID, se contagia de planta a planta, alguien trajo esa enfermedad, parece que llegó de Centro América, sí vino de allá. Es un hongo amarillo, empieza a tupir todas las hojas de amarillo, tiene unas esporas que son las que se reproducen y van contagiando a otras plantas, aunque tu cafetal está limpio, lo vas a ir a traer tú porque al ir a otra parcela, tú traes esa enfermedad en tu ropa, en tus manos y sí llegó feo, no lo creíamos en un principio. Así como el COVID no lo creemos aquí en el pueblo, así pasó entonces. Pero cuando nos inundó, nos inundó. Acabó con todo, se cayeron las hojas de los cafetales. Y así la planta ya no produce el fruto. Eso llegó como en el 2013. En 2014 se arreció más y 2015 ya todo está plagado, bajó la cosecha, los cafetales se abandonaron, ya nada más medio sobrevivíamos, mi cafetal ya era una ruina. Ya tenía muchos cafetos, porque voy sembrando desde hace tiempo, poco a poco, ya tenía tres hectáreas de café, arábigas, caturra, borbón, puro café. Era lo más fuerte para el sostén de la familia y todo se acabó por la roya. Hemos tratado de diversificar la producción, no solo depender del café, con la pimienta, el bambú, el maíz es la base, siempre se tiene que sembrar, el frijol, ese cada año. Ahora llegaron unas variedades nuevas (de café) que son resistentes a la roya, ya las iba yo sembrando, pero siempre se necesita dinero para poder recuperar el cafetal como estaba antes, pero gracias que llegó Sembrando Vida. Era muy lento, ya había recuperado como media hectárea. No le metí la variedad “costarica”, porque es de mala calidad, esa no la recibe Tosepan.

G: entonces, ya cuando entraste a Sembrando Vida…

H: En Sembrando Vida me tomaron en cuenta mi cafetal abandonado. Fueron los técnicos a ver, lo recorrieron y le sacaron cuánto mide. Tienen que ser dos hectáreas y media. Una hectárea y media es para sembrar productos comerciales y para reforestar, como el café. La otra hectárea para maíz. Se le llama MIAF y otro es el SIAF.

G: ¿me podrías explicar un poco más sobre eso?

H: Sí, son dos sistemas. MIAF es “milpa intercalada con árboles frutales”. La milpa tiene que sembrarse a cierta distancia con árboles frutales. Nos falta todavía trabajar esa parte, la milpa ya la estamos trabajando, pero allí ya vamos a sembrar hileras de árboles frutales. Este año vamos a hacerlo. Vamos a meter naranja, litchi, limón, tienen que ser diferente, también mamey, son árboles chaparritos, con injerto. Está bien pensado, porque el maíz es a corto plazo, la milpa a medio año ya está. Entonces de la milpa no solo vamos a sacar maíz sino frutales, que puedan mejorar la economía. Y lo que de por sí ya hacemos es asociar cultivos, por ejemplo, maíz y frijol y calabaza. Ahora con el MIAF serán los árboles frutales, para diversificar más esa parcela.

G: ¿y le da algún beneficio a la milpa que se intercale con frutales?

H: el beneficio que le da a la milpa, que los frutales les sirven de rompeviento. Por eso van en hileras separadas. Eso es bueno porque aquí el problema es que lo tumba la milpa con el viento, es un problema. Porque ya tienes buena cosecha, pero luego viene el ventarrón. No hay nada que lo proteja.

G: ¿y qué variedades tienes en esa parcela con Sembrando Vida?

H: Tengo variedades nativas. Una parte siembro maíz blanco, que es el preferido. Hay otro muy preferido, es el maíz azul. Una tercera parte siembro maíz amarillo, para los animales, es forrajero. Aparte conseguí otra variedad con otra semilla que le llaman ochenteño. Ese es precoz, porque se da en tres meses y medio, más rápido. Todas son criollas, hasta metí otra, pero la perdí. Se revolvió con las otras semillas. Era una variedad que tenía su caña muy gruesa y muy resistente a los vientos, es paluda la caña. Esa la perdí y ahora quiero recuperarla, hay campesinos que la tienen. Tiene su nombre en totonaco, se llama kuwikuxi, o maíz-palo. Porque es muy gruesa la caña y es negro su totomoxtle, a mi esposa no le gusta, porque nosotros vendemos totomoxtle, pero a los clientes no les gusta el totomoxtle negro. Por eso mi esposa no quiere. Pero sí tiene buen sabor para la tortilla, es sabroso, es maíz de color blanco. Tiene sus ventajas y sus desventajas.

G: ¿y hablando de calabaza y frijol?

H: hay de varios tipos. El frijol cuerno, el frijol gordo y el frijol de mata. Y el nescafé, que queda como cobertura. Da mucha materia orgánica, el nitrógeno para la tierra. Le llamamos frijol-nescafé. De calabaza solo metemos la que hay aquí, la que es común, abunda aquí, es criolla también.

G: bueno, entonces, ese es el MIAF, y en ¿qué consiste el SAF?

H: Quiere decir “Sistema Agroforestal”. Allí es una hectárea y media lo que tengo en Sembrando Vida. Lo estamos dividiendo en áreas de cuatro franjas. Ahí cada franja lleva un cultivo comercial y cada franja va dividida con una hilera de árboles maderables, es la reforestación. Estamos metiendo caoba, cedro, carboncillo y caucho y el nim, que son de la región. Todos esos son para reforestar y cubren al café. Ese es el proyecto a largo plazo del proyecto Sembrando Vida. La milpa es a corto plazo y los cultivos comerciales son a mediano plazo. : ¿cuáles son las ventajas de meter estos árboles para reforestar?

H: el cedro es de acá, es variedad local, el caucho igual es de acá, la caoba la trajimos de Veracruz, y el nim, ese yo me lo traje de Oaxaca, porque tiene la ventaja de que es repelente de plagas. Por eso lo incluí. Con Sembrando Vida se trata de diversificar la reforestación, no un solo tipo de árbol, también de mantener los árboles locales, no acabarlos, son parte importante. Esos los sembré hace como cuatro meses. El que tarda más es la caoba, es muy lento su crecimiento, igual el cedro, son árboles que tardan, como unos quince años. Yo sembré hace quince años unos árboles de esos y apenas ya están buenos. Es una hilera por cada tipo de árbol, es una de cedro, una de caoba, carboncillo y yo estoy metiendo caucho. Las hileras sirven también como un límite entre los cultivos. En una hilera va café, en otra va pimienta, en otra va vainilla y en otra hilera va la canela. Pero esa apenas está en semillero. El café que metí ya lleva medio metro de altura, aunque todavía hay roya, pero la variedad que metí es más resistente y ya florió. Igual la pimienta, la metí en agosto, y ya floriaron, son injertos. La pimienta que vendo con Tosepan ahora es de la que ya tengo de antes, tiene como quince años que la sembré. Son mejores las criollas, aunque tardan en crecer. La vainilla es de aquí del río, la fui a conseguir a San Miguel Atlquizayan, ya hace tiempo, tengo una planta madre. Ahora le moché, porque se siembra por esqueje. Es un bejuco que se trepa. Lo hice cachitos y salieron muchas. Es bueno porque la parte donde sembré la vainilla es una parcela que sí tiene árboles, no podía meter otra cosa porque no quiero deforestar, porque no debemos deforestar, por eso metí vainilla, porque esa se da debajo de la sombra, debajo de los árboles. Aproveché los árboles para la sombra, pero tuve que meter patrones, así se llama donde se sostiene la vainilla, con piñón, que también se puede vender. La vainilla va a dar su fruto y el piñón también va a dar su fruto. En el piñón se va a enredar la vainilla, ya tenía yo ramas de piñón, corté unas ramas así largas de unos dos metros, a ese tamaño los sembré. Ya empezaron a retoñar, la vainilla ya se va enredando.

G: ¿y cómo está lo de la canela?

H: ahh, esa aún está en semillero. Todavía no está en la parcela. Todavía falta sembrarla, pero esa la puedes cosechar en cualquier momento. No tiene una fecha, no más con que ya esté gruesa, se corta el arbolito y se trabaja la corteza. Y ya se vuelve a retoñar y empieza otra vez a crecer. Se corta todo el arbolito, antes le hacía así, le cortaba solo la corteza, pero estaba yo equivocado, se corta todo el arbolito, se poda completo y vuelve a retoñar. Solo se deja un tronquito y ya vuelve a crecer. Ahorita ya voy a sembrar la canela, no más que empiecen las lluvias, en junio o julio.

G: En esta parte del SAF, ¿porque no metiste puro café? si ustedes sin cafetaleros ¿por qué metiste de varios?

H: Porque no es bueno tener un solo producto. Por ejemplo, en Zongozotla, allí son muy cafeteros, no más a eso se dedican. Cosechan muchísimo café. La desventaja está en que, si baja el precio, quedas dependiente de ese producto. En cambio, si le metes a todo, en una cosa no te da, pero en otra te va a ir bien. No está bien meter una sola cosa. Por eso la idea de la diversificación productiva, eso también en Sembrando Vida. De diciembre a enero, cosechar café. En este tiempo ya no hay café, pero puedes cosechar canela, si es que ya hubiera, después viene la temporada de pimienta, en agosto y septiembre. La vainilla se cosecha en este tiempo, en marzo y abril. La idea es que se mejore la economía con estos productos. Cada quien es libre de lo que desee meter, no es una idea que venga de los técnicos. Nosotros elegimos cuáles productos, pero que sean de varios. Pero depende del terreno, si son más altos, muchos metieron durazno o aguacate criollo. Es libre decisión de cada productor y según su terreno, así lo acordamos en asamblea. Porque somos un grupo, no es un programa como Procampo, que cada quien se rasque como pueda. Es un trabajo en equipo, está organizado. Tenemos una Comisión de Seguimiento, nos hacemos visiteo, quién está cumpliendo y quien no.

G: de hecho, sí te quiero hacer unas preguntas sobre la cuestión organizativa en Sembrando Vida, pero antes si me permites, para entender lo productivo y la diversidad, por lo que entiendo, la idea es que haya diversidad de cultivos para que haya sustento y economía a lo largo de todo el año, ¿pero también le da un beneficio a la tierra que haya diversos cultivos?

H: Pues sí, porque si ponemos puro pino, pues tampoco, tiene que ser diversificado. Porque le tenemos que compartir a los animalitos la comida. Metí plátano también, pero esos no los traigo, allí que se queden, que se lo coman los tejones. Así compartimos el alimento con los animales, con la diversificación. Por ejemplo, las flores, un mes florea un tipo de árbol y otro mes florea otro y así pues los insectos también tienen su sustento. Es sencillo, pero es la relación que tenemos con el medio ambiente. Si no lo cuidamos, pues también nos damos en la torre a nosotros mismos. Por eso lo de diversificar, no solo es económico, es también por la naturaleza.

G: y perdón por insistir, ya entiendo que no es lo más importante esta parte económica, pero para tratar de entender más, por lo que veo, están metiendo cultivos que de alguna manera tienen buen precio, por lo que tengo entendido. Hablado de producto por producto, por ejemplo, el café, ¿cómo funciona la cuestión de la venta con la Tosepan?

H: ahh, por ejemplo, orita no he salido a investigar, hoy vienen los coyotes, como es plaza, pero en la Tosepan hay un precio fijo, no está variando, hay un precio que se respeta porque hay un contrato. Pero con el coyote pues no, orita puede estar a cuarenta, 38 mañana, o hasta 35. Entonces el precio en Tosepan es fijo, esa es la ventaja. Eso en café seco, pergamino. El año pasado, con Tosepan vendimos a 45 el kilo, y el coyote pagó por mucho a 39, pero también a 38 o 37. El año pasado vendí como 10 quintales, como 600 kilos. La cooperativa viene por el café, tenemos un centro de acopio. Ese café va para Alemania y Japón.

G: y la pimienta, ¿la comercializas por otro lado o también con Tosepan?

H: también con Tosepan. El año que pasó, en octubre terminó la cosecha y nos pagaron a 45 el kilo también, pero falta que hagan cuentas, parece que va a haber otro finiquito, un extra, porque dicen que llegó a valer 55, nos van a dar otros diez pesos por kilo. Yo entregué como 300 kilos.

G: y hablando de la vainilla, ¿ya estás cosechando?

H: No, apenas tiene como medio año que sembré en la parcela de Sembrando Vida. Tarda igual como el café, tarda varios años para una buena producción. Tengo a parte unas vainillas, pero esa no se comercializa con Tosepan. También ya quieren impulsar su cultivo. De eso se habló en la otra asamblea. Hasta ahorita nunca he vendido vainilla, orita solo para el consumo, le echamos al café y sabe muy sabroso. Es muy caro, aquí en Zozocolco de Hidalgo (Veracruz) hay comprador, pero también hay coyotaje y te engañan. Vienen a comparar aquí en Huehuetla. El kilo hace un año estuvo como a 8,000. Una mata da como un cuarto, tiene su chiste, hay que polinizar la planta, se hace con las manos, se pasa el polen a otra flor, así produces más. Yo no la polinicé, así al natural, la polinizaron los insectos, las abejas, me dio un cuarto una mata. Como dos mil pesos una planta. Si tengo 100 matas, cuánto puedo sacar. Y también tengo bambú, ese no es con Sembrando Vida, pero sí lo vendo con Tosepan. Son árboles que tienen diez años, se usa para hacer muebles. En un mes voy a cosechar bambú, se cortan los tarros y son como seis metros. Ese palo puede valer 40 pesos y vendo con Tosepan, hace un año entregué, porque debe estar recio el tarro, vendí como 80 tarros. Este año va a haber más, mínimo unos 100. Y eso que no tengo muchas matas yo, son pocas, pero voy a ir metiendo más.

G: bueno, todo esto que me comentas de la parte productiva, la voy tratando de entender, pero en la parte organizativa, ¿cómo están organizados en Sembrando Vida?

H: Somos dos grupos en Ixtepec, de 25. En nuestro grupo somos 14 hombres y 11 mujeres. Tenemos nuestro comité y comisiones, todos participan. Hay un Comité General, con presidente, secretario, tesorero y vocales; es el que dirige, coordina al grupo y administra los recursos, las cooperaciones. Una Comisión de Vivero, una de salud, de la medicina natural, tenemos un jardín botánico, es una farmacia de plantas, sábila, epazote, varias plantas medicinales. El jardín está junto al vivero. Tenemos una de ahorro, se trata de ahorrar, porque el apoyo que nos dan, tratamos de ahorrar una parte, es voluntario. La Comisión de Vivero ve cuantas plantas tenemos, qué variedades vamos a meter, si hace falta embolsar tierra, o regar las plantas, son los que coordinan. Tenemos la Comisión de Educación, que se encarga de la capacitación, de lo que vamos aprendiendo, es como un diálogo, qué cosas estamos aprendiendo, es más de campesino a campesino, entre nosotros. Por ejemplo, cómo le hace ese señor con una plaga en su parcela y así todos aprendemos de las experiencias de cada uno. Hay una Comisión de Seguimiento a parcelas, son los que ven si estamos cumpliendo o no. Si alguien no cumple, nos llamamos la atención entre nosotros, en la asamblea. Tenemos nuestro reglamento interno, es muy particular de nosotros, lo acordamos en asamblea, podemos modificar. La asamblea se reúne los viernes, pero cuando es necesario, no todos los viernes, pero sí son seguido, y las comisiones se reúnen a parte y toman sus acuerdos. Además, trabajamos con dos técnicos, uno productivo y otro social, que son de Sembrando Vida. Uno nos orienta, nos acompaña en la cuestión productiva, y la muchacha que es técnica social, nos acompaña en la organización. Nos reunimos seguido con ellos, nos convocan.

G: Una pregunta que para mí es muy importante hacerte: después de dos años, ¿cómo ha influido en tu vida haber entrado y estar actualmente en Sembrando Vida?

H: Antes de entrar a Sembrando Vida ya pensaba irme, de migrante, viene aquí una camioneta que viene a traer trabajadores, para Guanajuato se van al jitomate, va mucha gente, vienen hasta autobuses. Pensaba yo recuperar mi parcela trabajando en otro lado, irme por un tiempo, la situación estaba muy difícil. Pues si no hubiera este programa, Sembrando Vida, ya no estuviera yo aquí, me hubiera ido de migrante, le digo a mi esposa. Por la roya se acabó el café, de qué me voy a sostener, está canija la situación, pero con este apoyo ya me voy ayudando. Se ve poco, pero es de mucha ayuda, 4,500 al mes, me ayuda a ir impulsando mi cultivo de café. Y ahorrar los otros 500. Con el esfuerzo de uno y con esa ayuda, se hace grande esa ayuda. Nadie se había preocupado por el campo, por el campesino de esta forma. Nos está sacando adelante, ya estoy recuperando mi parcela. Con este apoyo compro semilla, pago a los que me ayudan en mi parcela, los que me echan la mano, ayer fuimos a trabajar, fueron tres conmigo y vamos a trabajar hasta acabar de limpiar, como diez días. También para los gastos que van saliendo, para mantener la parcela. Cooperamos para comprar lo que vamos necesitando. Estiramos el recurso, que nos alcance para todo, también para apoyar a mis niños, porque también ellos están ayudando en el campo, a sembrar el café, mi esposa. Nosotros ya sabemos que este apoyo no va a ser para siempre, un día va a llegar a su fin, pero el proyecto tiene que seguir, por eso nos están diciendo los técnicos, que tenemos que empezar la comercialización del producto, que es la siguiente etapa. Ya que estén funcionando bien los SAF y los MIAF, vamos a estar trabajando en ver cómo vamos a comercializar el producto, ya lo estamos haciendo, pero de manera más organizada. Pero primero que se afiance bien la producción. La primera etapa es comercialización, la segunda es comercialización, no cada quién por su lado, con los coyotes, sino cooperar con otros grupos, lo que les llamamos CAC

G: pues muchas gracias por la entrevista Hermelindo. Estoy muy agradecido por esta plática y espero estar cuando hagas ese festejo en tu parcela. •