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La despedida
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de abril de 2021, p. 6

Es la cantante mahleriana por excelencia, de acuerdo con el consenso de los especialistas.

En el momento en que recibió la noticia del deceso de la mezzosoprano alemana Christa Ludwig (Berlín, 16 de marzo de 1928-24 de abril de 2021), este domingo, el crítico de música de la revista New Yorker, Alex Ross, puso a sonar en todo el mundo, a través de Twitter, el sexto pasaje, Schwer: Der Abschied (Pesante: la despedida), de la obra cumbre de Gustav Mahler (1860-1911): La canción de la Tierra (Das Lied von der Erde), basado en el poema La despedida, del poeta clásico chino Mong Kao Yen:

¡Mira! La Luna está flotando boca arriba / como un barco de plata / en el lago azul del cielo.

Fusión de belleza y poder

Esos son los versos que tomó Mahler para escribir, a su vez, su despedida del mundo: el Sol sumergido en las montañas / una ligera brisa me revuelve / detrás de los arbustos densos / las flores brotan pálidas en el momento en que luz y sombra se estremecen / el mundo desfallece en sueños.

Así ocurrió la despedida, en el mundo musical, de Christa Ludwig.

El disco con La canción de la Tierra de Mahler lo grabó en 1967 bajo el sello EMI, con el tenor alemán Fritz Wunderlich y la Philharmonia Orchestra, bajo la batuta de Otto Klemperer, para muchos el máximo director mahleriano.

Christa Ludwig grabó montañas de discos. Por encima de esos monumentos, impera su grabación de La canción de La Tierra en una fusión sin precedente de poder, belleza, pasión y entendimiento, escribió ayer Alex Ross.

Además, el registro canoro de Christa Ludwig gravitó amplio entre las tesituras de soprano, mezzo y contralto, ámbito este último en el que legó para la posteridad la grabación mahleriana de referencia.

El verso final del poeta chino Mong Kao Yen es una palabra, que tradujo al alemán Mahler sencillamente como ewig, que significa al mismo tiempo eternamente, eternidad, por siempre, sin cesar, perpetuamente, para siempre...

Así quedó flotando para siempre una de las voces mayormente bendecidas en toda la historia: Christa Ludwig.