"La Jornada del Campo"
Número 162 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
¿En el mar la vida es más sabrosa? Golfo de México

Pesca sin futuro en Barra de Tupilco, Tabasco

Federico Reyes Grande El Colegio de la Frontera Sur

Y a no hay pescado, dicen los pescadores de Barra de Tupilco, municipio de Paraíso, Tabasco; el contraste de esta situación es una época en que bastaba un lance para capturar porque había mucho pescado. La escasez no es un asunto de mera percepción. Hay días –desde hace varios años– en que los pescadores no salen, aunque las condiciones del día lo permitan, o bien levantan las redes tras varios días sin capturas, incluso en las temporadas altas, como cuaresma o nortes. Esta situación también es experimentada en toda la costa tabasqueña –de Cárdenas a Centla–, al menos.

Barra de Tupilco es el nombre del ejido y de la localidad que le da nombre a la barra geográfica de aproximadamente 11 km de litoral. El ejido se creó por resolución presidencial en 1939 con una extensión inicial de 1,171 ha, a las que se sumaron 272.87 ha en 1948 luego de que fuera ejecutada la solicitud de ampliación. Según el último censo de población (2020), este territorio tiene 416 habitantes distribuidos en 122 viviendas, 34 de las cuales son conducidas por mujeres y 88 por hombres. La mayoría de los hombres se dedica a la pesca, principalmente en el mar, esta actividad junto con la venta de copra y de coco tierno constituyen sus principales fuentes de ingresos.

La pesca antes: abundancia

A decir de los lugareños, hasta hace 20 años la pesca era abundante; recuerdan, por ejemplo, que algunos salían de madrugada a atarrayar o tender sus redes en el río o la orilla del mar, otros con las primeras horas del día o bien al alba, y en poco tiempo ya había pescado atrapado.

Sus artes eran básicas, como en la actualidad: atarrayas, redes para robalo y sierra –las pesquerías locales–, líneas de mano, anzuelos, trampas para cangrejo y arpones de confección casera, y cayucos y lanchas, de madera antes, hoy de fibra de vidrio. Las temporadas de pesca estaban bien definidas y las capturas llegaban a alcanzar la tonelada o tonelada y media. La pesca prometía, garantizaba la provisión de alimento y dejaba pingües ingresos monetarios.

Hoy abunda la escasez

Los barreños refieren que desde que inició el siglo cada vez hay menos peces. Esto lo advierte el volumen de sus capturas (ya no son abundantes) y el tiempo que invierten (que es mayor respecto al pasado inmediato). Hoy, por ejemplo, hay jornadas sin que capturen un solo pescado y una pesca de 100 kilos resulta extraordinaria.

La disminución de la población de peces suelen imputarla a factores externos, en particular la industria petrolera, que desde hace cerca de quince años explora las aguas someras en el área de la Cuenca del Sureste Marino. Los pescadores presumen –a falta de información confiable– que los peces no se reproducen, se alejan de la orilla o mueren debido a los derrames de petróleo crudo en aguas marinas, el vertimiento de líquidos a los que atribuyen propiedades contaminantes y tóxicas, los desechos generados en las plataformas petroleras marinas y el uso de explosivos para explorar potenciales yacimientos.

Igualmente señalan la sobrepesca, fenómeno en el que se conjuntan la omisión de las autoridades de pesca —sobre todo federales y estatales— para vigilar el desarrollo de esta actividad y el interés de los pescadores por obtener mayores ingresos para mejorar sus condiciones de vida, según la narrativa oficial. Reconocen que, de empeorar la situación de escasez, la esperanza de seguir ejerciendo el oficio de pescador y heredarla a la generación de jóvenes se irá diluyendo, como de alguna manera ya ocurre.

¿Futuro para la pesca?

La llegada de un paisano a la presidencia de la república en 2018 generó expectativas de mejora de esta situación entre los barreños, que al parecer no se cumplirán. El Programa Nacional de Pesca y Acuacultura 2020-2024 (PNPA) establece la mejora de la flota ribereña, con lo que se busca incrementar sustentablemente la producción de pescado y los ingresos y bienestar de los pescadores. Nada nuevo, toda vez que el Programa llega tarde.

Plataformas petroleras vistas desde Barra de Tupilco.  Federico ReyesPlataformas petroleras vistas desde Barra de Tupilco. Federico Reyes

Enfrente tiene al Programa Sectorial de Energía 2020-2024 (PSE), que propone aumentar las actividades de exploración de hidrocarburos en el Golfo de México con el fin de alcanzar la autosuficiencia energética e impulsar el desarrollo del país.

El PNPA no refiere cómo habrá de conciliar los objetivos del PSE con los propios, entre los que destaca la atención prioritaria a las comunidades pesqueras con bajos ingresos –en las que no figuran las de Tabasco–, ni cómo hará para revertir la escasez de pescado en el Golfo, como no sea mediante el impulso de la acuacultura, por lo que el futuro de la pesca en Barra de Tupilco seguirá en el aire, como hasta ahora. •