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Nada detiene al PapJazz: festival mundial en Haití, pese a la pandemia
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▲ La 15 edición del Festival Internacional de Jazz se celebra en Puerto Príncipe, Haití, haciendo las delicias de artistas de renombre.Foto Notimex
 
Periódico La Jornada
Sábado 23 de enero de 2021, p. 8

Puerto Príncipe. Es uno de los pocos lugares del planeta donde todavía se puede asistir a conciertos: la 15 edición del Festival Internacional de Jazz de Puerto Príncipe desafía la pandemia del coronavirus y hace las delicias de artistas de renombre.

Hace tres meses que no toco el piano. Estas palabras, las primeras que pronunció Jacky Terrasson con una gran sonrisa en el concierto inaugural del PapJazz el sábado, revelan la singularidad del momento.

Mientras innumerables actos culturales en todo el mundo deben ser cancelados o aplazados, la baja prevalencia de la pandemia de Covid-19 en Haití permite que el país no prohíba las reuniones masivas.

Estuvimos muy contentos de volver al escenario para tocar y compartir, mencionó Terrasson.

Se siente muy bien comunicar, intentar improvisar sobre Harry Potter o Michael Jackson. Tal vez hay un poco más de riesgo que el habitual porque sientes que tienes la suerte de estar ahí, así que lo das todo, explicó el pianista de origen alemán, que vive en Nueva York.

Acostumbradas a viajar por todo el mundo para actuar, las estrellas que conforman el programa del PapJazz lo están pasando mal por esta privación de contacto con sus fans.

No tocar en público nos está matando: ya no existimos, aseguró Etienne Mbappé.

Mientras algunos aprendieron a hacer pan, este bajista aprovechó el confinamiento en París para montar un estudio de grabación en su casa, pero las presentaciones por medio de Internet no le bastan.

Aunque la tecnología nos permite hacer espectáculos en directo desde el salón de casa, nada supera a lo real. Es como si te dijéramos que en lugar de comer, de morder tu comida, te la vamos a inyectar... Francamente no es lo mismo, dijo el bajista camerunés, que toca con guantes.

Y los organizadores del festival están encantados de ver que las jam sessions, las descargas musicales improvisadas, que siguen a los conciertos terminen a primera hora de la mañana.

Hasta ahora, nada ha detenido al PapJazz, se congratuló Milena Sandler, directora de la Fundación de Jazz de Haití, que organiza el festival.

Nos sentimos realmente privilegiados de poder recibir a músicos que no han podido trabajar desde hace un año en su país, mencionó.

Unas horas antes de la inauguración del festival, el Ministerio de Salud haitiano recomendó, entre otras cosas, prohibir las grandes concentraciones... una precaución que el gobierno no siguió.

Reducir el número de espectadores, desinfectar los micrófonos y los instrumentos entre cada acto en el escenario: Hacemos todo lo posible para que el festival no sea motivo de contagio de Covid, aseguró Sandler.

Secuestros y crisis política

Pero para los fiesteros haitianos, más que la crisis sanitaria, es sobre todo la inseguridad reinante lo que ocupa sus mentes.

Vinimos a divertirnos porque lo necesitábamos, con todos los problemas que tenemos, los secuestros... Nos permite desahogarnos, admitió Jacob, que acudió a la inauguración de PapJazz con su hijo pequeño, vestido con sus mejores galas.

Desde el otoño boreal, Haití registra un aumento de secuestros por parte de bandas armadas que piden rescate. Además, las tensiones políticas aumentan y la oposición exige la salida del presidente en dos semanas.

Tenemos refuerzos a todos los niveles, no vamos a poner a nadie en peligro, indicó Sandler.

Sin ocultar este difícil contexto, los músicos invitados al PapJazz no niegan el placer de intercambiar con sus pares haitianos.

Vengo de África, la transmisión oral es muy importante, señaló Etienne Mbappé a jóvenes músicos que participan en un taller.

No se desanimen, el mundo es duro. Hoy es una crisis de salud, mañana será otra cosa, pregonó el músico.