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El bloque requiere lista única de candidatos para evitar derrota electoral

Divisiones en la centroizquierda en Chile ponen en peligro la nueva Constitución

En una carta, 49 parlamentarios de oposición llaman a sus propios partidos a la unidad

Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 2 de enero de 2021, p. 24

Santiago. La evidencia del efecto electoral desastroso que podría tener la dispersión del voto progresista en Chile en la elección de delegados a la Convención Constitucional en abril próximo, al punto de provocar el triunfo de la minoría derechista y hacer fracasar el anhelo de una Constitución de garantías sociales, disparó el pánico, por lo que se multiplicaron las exigencias a la centroizquierda para que acuerde una lista única de candidatos.

El riesgo latente de un desperdicio electoral es elocuente, porque hay centenares de precandidaturas independientes que amenazan competir por un puñado de cupos (entre tres y siete) en cada uno de los 28 distritos electorales del país, que de lograr finalmente inscribirse causarían una diáspora de los votos. Simultáneamente, según están las cosas, los partidos de centroizquierda irán divididos con suerte en dos listas, lo más probable es que sea en tres o cuatro e incluso, catastróficamente, hasta en seis. La derecha, al parecer, irá en una lista, concentrando su electorado. Incluso un escenario opositor optimista de dos listas podría dar a la derecha un anhelado tercio de los 155 delegados convencionales, suficiente para bloquear la redacción del nuevo texto constitucional, forzando a su mediatización; por lo cual parece inverosímil que el progresismo renunciara a esforzarse en obtener dos tercios de la convención y así depender de sí mismo para desmantelar el régimen neoliberal.

Pero en la situación actual, la unidad es misión imposible, habida cuenta de que: 1) la ausencia de voluntad política de los presidentes de los partidos ha sido manifiesta durante semanas y meses; 2) el plazo para consensuar candidaturas es efímero y concluye el 11 de enero; 3) si de intentarlo se trata, en una sola lista y para 155 cupos elegibles (incluidos 17 reservados a miembros de pueblos originarios), deberían estar representados unos 13 partidos de muy variado peso electoral y decenas de movimientos surgidos de la sociedad movilizada y que prometen levantar listas de candidaturas; 4) si es que hubiese voluntad política para ello, el nivel de renuncia a las aspiraciones de representación de los partidos, sobre todo los mayoritarios, debería ser extraordinario, no pretendiendo más de tres o cuatro cupos elegibles; 5) la oposición es muy diversa, subyacen diferencias ideológicas significativas y objetivos políticos divergentes que buscan expresarse en el proceso constituyente, y 6) los partidos, muy desprestigiados y en franca decadencia, ven en la Constituyente una última oportunidad de reposicionarse en el colectivo social.

Los partidos fueron con sus cuchillos habituales a la negociación de la elección constitucional, realmente no comprenden que la convención es un acto político que determinará la suerte de Chile por varias décadas y que correspondía ser generoso, no insistir en lo de siempre. Los 12 o 13 partidos mayoritarios no entendieron que había que dar hasta que duela, porque de otra forma Chile Vamos (la coalición derechista) usará la crueldad de las aritméticas para obtener 50 por ciento de los constituyentes con 30 por ciento de los votos, afirma Axel Callís, experto electoral de la consultora TúInfluyes.com.

Las personas andan buscando candidatos independientes, no quieren votar por los partidos, y los independientes quieren ser candidatos, y en todos los distritos hay decenas de personas buscando firmas para competir no necesariamente en listas, sino candidaturas unipersonales. Todos tienen objetivos muy nobles, pero van a causar una enorme dispersión de votos que permitirá a la derecha una gigantesca sobrerrepresentación electoral. Aquí faltó dejar de lado el cálculo pequeño, porque los partidos tendrán en 2021 ocho elecciones para competir, pero es un despropósito lo que están provocando: el desperdicio de una oportunidad única de hacer cambios, agrega.

Pero no hay peor esfuerzo que el que no se hace, sobre todo cuando empieza a establecerse el pánico y el sálvese quien pueda. El miércoles, 49 parlamentarios de siete partidos opositores hicieron pública una carta dirigida, increíblemente, a sus propias colectividades políticas, diciéndoles que no han estado a la altura del momento histórico.

Las fuerzas políticas de oposición debemos asumir con humildad la enseñanza que el propio pueblo nos ha dado; es por ello que debemos ser capaces de alcanzar una actitud tolerante frente a nuestra propia diversidad política, que favorezca el diálogo y, desde éste, la construcción de la unidad opositora, que sea útil a la expresión del propio pueblo. Por ello, llamamos a todos los partidos del arco opositor a deponer matices y diferencias menores y construir la más amplia unidad de la oposición para avanzar, junto a las organizaciones populares y de la sociedad civil, en una lista unitaria de candidaturas para la Convención Constitucional, dijeron. Y continuaron: “Sólo con la unidad opositora y participación activa y paritaria de hombres y mujeres y de militantes e independientes se podrá alcanzar una mayoría sustantiva en el seno de la Convención Constitucional. La derecha y las fuerzas conservadoras, aquellas que quieren mantener el statu quo, no dudarán un momento en lograr su unidad y defender la vieja y autoritaria constitución del 80. (…) Llamamos a todos los partidos de la oposición a construir una lista unitaria de candidatos y candidatas a la Convención Constitucional, donde 50 por ciento de los cupos sean para candidaturas independientes. El pueblo demanda nuestra unidad”.

Circuló otra carta de decenas de personalidades, que emplazó a los presidentes de partidos a encontrar un camino común, advirtiéndoles de que no hay excusas para no lograrlo y que cualquier pretexto para negarse a la unidad es regalarle a la derecha la capacidad de mantener en lo fundamental la Constitución de Pinochet. Por eso es un deber con nuestro pueblo y con Chile poner toda nuestra voluntad en construir una sola lista de oposición.

La presión de la sociedad civil logró una primera reunión anteayer con ocho presidentes de partidos, en la que acordaron un calendario para encontrar el camino común que permita conformar la lista única, dijeron en una declaración. Hoy se reunirán nuevamente.