Espectáculos
Ver día anteriorMartes 1º de diciembre de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Un rap de El General, la chispa que alimentó el fuego de la Primavera árabe
 
Periódico La Jornada
Martes 1º de diciembre de 2020, p. 8

Beirut. Los manifestantes que salieron a las calles de muchos países árabes hace una década durante la Primavera árabe no tenían ni bandera ni líderes, pero todos tenían una canción.

Desde el movimiento de derechos civiles estadunidense Canciones para la libertad al himno de los partisanos italianos Bella Ciao, los revolucionarios a través de la historia se han unido a menudo en torno a un himno.

Los manifestantes que salieron a las calles en Túnez a finales de 2010 y después en otros países no fueron la excepción y produjeron canciones de protesta llenas de rabia, denuncias y creatividad contra regímenes que los habían silenciado demasiado tiempo.

Enseguida, los 10 himnos más exitosos de la Primavera árabe.

Túnez fue la revolución original en muchos sentidos y Rais Lebled (presidente del país o señor presidente), la canción original.

El crudo y valiente tema del rapero El General describe el terrible estado del país bajo Zine El Abidine Ben Ali: “Señor presidente, su gente se está muriendo“, así como los males económicos y sociales que llevaron al vendedor ambulante Mohamed Bouazizi a inmolarse el 17 de diciembre de 2010, lo que dio pie a la Primavera árabe.

No era un simple himno inspirado en la revolución; fue parte de lo que la motivó. Hamada Ben Amor, el rapero de 21 años que se esconde detrás del nombre artístico de El General, sacó su canción el 7 de noviembre, el aniversario de la llegada al poder de Ben Ali en 1987.

Publicó otra días después del inicio de las protestas y fue encarcelado brevemente antes de que cayera Ben Ali. Estuvo en la lista de las 100 personas más influyentes de la revista Time en 2011 y aunque su carrera nunca despegó, Rais Lebled fue la mayor inspiración de otros manifestantes y pasará a la historia como la chispa que encendió la revuelta.

En El Cairo

En tanto, las masas exultantes cantando con Ramy Essam en la plaza Tahrir de El Cairo reflejan la euforia que marcó los primeros días de la Primavera árabe.

Essam sólo tenía 24 años cuando subió al escenario a finales de enero de 2011 para cantar ante la multitud que acampaba en la principal plaza de la capital egipcia. Nunca me había considerado músico o artista antes de 2011, más bien lo contrario: era un manifestante con una guitarra que podía usar como herramienta para el movimiento.

Desconocida hasta entonces para la inmensa mayoría, su canción Irhal (Vete), que espetaba al presidente Hosni Mubarak, pronto se convirtió en el himno de la revolución.

Essam fue detenido y torturado. Tuve mucha suerte de participar en esta revolución. Me enseñó la vida, me enseñó la libertad, dijo desde Suecia, a donde huyó cuando Abdel Fatah al Sisi tomó el poder y comenzó a gobernar con mano de hierro en Egipto.

Siguió produciendo música en el extranjero, pero muchos con los que trabajó fueron barridos en la represión.

Cayó hasta el más longevo

A su vez, la revolución libia produjo uno de los éxitos más improbables de las protestas de la Primavera árabe, un video viral del propio Muamar Gadafi en una extravagante mezcla hecha por un israelí.

Después de las protestas en Túnez, la chispa que se propagó contra los dictadores de la región no libró al más longevo de todos ellos. En febrero de 2011, ante una revuelta sin precedente, Gadafi dio un errático discurso televisado instando a una marcha nacional contra los revolucionarios.

El título de la canción viene de la palabra en dialecto que utilizó para callejón cuando prometió purificar a Libia persiguiendo al enemigo en cada casa, en cada calle.

La arenga generó carcajadas en Internet y pocos días después un video de él con dos bailarinas semidesnudas contoneándose, titulado Zenga, Zenga, en el que las palabras de Gadafi se convirtieron en el estribillo del rapero estadunidense Pitbull, se hizo viral en YouTube.

Foto
▲ En orden descendente, las imágenes muestran al músico Hamada Ben Amor, El General. En la superior, en una de las protestas contra el presidente Zine El Abidine Ben Ali, en 2011; en medio, captado en mayo pasado, el cantante aparece en su estudio de grabación en Sfax, ciudad portuaria localizada en el sureste de la capital tunesina, y en la inferior, el rapero juega futbol con su hijo en la misma localidad.Foto Afp

Por otro lado, en los primeros días de la a menudo olvidada revolución de Yemen, la canción de Khaled al Zaher Hurriya (Libertad) se convirtió en himno.

Con ritmo pegajoso, la adoptaron las decenas de miles de personas que salieron a las calles a principios de 2011. El estribillo reza: Libertad, libertad y somos un pueblo libre. La canción no salió de las fronteras de Yemen, pero se convirtió en uno de los himnos revolucionarios que invadieron Internet.

El destino de la canción y la fama del cantante Zaher parecen haberse esfumado junto con la revolución yemení, ahora un recuerdo lejano de un fugaz momento de esperanza.

En Siria, una canción simbolizó el trágico destino de la revolución. La muchedumbre que se reunió en la ciudad de Hama aparece en el video de imágenes nocturnas borrosas para pedir al presidente Bashar al Asad que se fuera. Cada persona que cantaba Yalla Erhal, ya Bashar (Vamos Bashar, hora de irse) arriesgaba la vida.

El supuesto autor de la canción, Ibrahim Qashush, se convirtió en un héroe sin rostro. El tema alcanzó un estatus sagrado cuando Qashush, El ruiseñor de la revolución, fue asesinado y le arrancaron las cuerdas vocales. Sin embargo, en 2016 una investigación reveló que él no tenía nada que ver con la canción. Su autor real, Abdul Rahman Farhood, prefirió mantenerse en silencio después de saber lo que le había pasado al supuesto compositor.

En Marruecos, el breve movimiento de protesta también tenía una canción, un poema tunecino adaptado por el rapero Lhaqed de Casablanca.

La opinión que tenía la gente de su rey era diferente de la que daban de sus dirigentes los pueblos de otros países hermanos. El movimiento fue breve, suficiente para producir Iradat al Hayat (El deseo de vivir).

En Bagdad y otras ciudades iraquíes, el movimiento que sacó a cientos de miles a las calles en octubre de 2019 se convirtió en escaparate de la vibrante cultura juvenil y una canción lo reflejó.

Dhayl Awaj significa literalmente rabo sinuoso y en dialecto iraquí hace referencia a los aliados políticos de Teherán como tentáculos del régimen iraní.

Fue transmitida por primera vez en El show de Al Basheer, programa satírico muy popular en la televisión alemana.

En Líbano, quizá no fue la más poética de las canciones de protesta, pero Hela Ho se convirtió en un éxito en las manifestaciones que surgieron el 17 de octubre de 2019.

Los coros del tema arremeten contra el ex ministro de Relaciones Exteriores, Gebran Bassil, yerno del presidente, que representan la corrupción, las dinastías políticas y la incompetencia.

Sin miedo a la libertad

Cuando el rapero argelino Soolking publicó La liberté (La libertad), en marzo de 2019, las calles de Argel hervían de rabia y los manifestantes que pedían libertad y democracia la adoptaron como su himno.

La canción está en francés y el estribillo asegura que la libertad no nos da miedo.

En tanto, uno de los momentos musicales más intensos en los levantamientos árabes tuvo lugar en el centro de Jartum en 2019, cuando el rapero sudanés Ayman Mao se subió al escenario. Ese 25 de abril había ido directamente desde Estados Unidos a la manifestación y entonó una de sus canciones más conocidas, Sangre.

En cada estrofa, el gentío gritaba thawra (revolución), pero pocas semanas después, este himno tomó un nuevo significado.

En ese lugar de encuentro de los manifestantes se produjo el episodio más trágico de la revolución. El 3 de junio murieron al menos 128 personas en el desalojo de la plaza por las fuerzas de seguridad.