Número 158 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
De chile, de dulce y de manteca

Trabajar en la mina

Mario Cruz

En San José del Progreso, Oaxaca, la mina que opera desde el 2011 se esmera en recalcar que en ella trabajan más de 1000 empleados a los que llama “colaboradores”. Un tanto quizá para minimizar elimpacto ambiental y social que ejerce sobre la zona. Sin embargo, ¿qué se sabe sobre esos empleos?

Los motivos

Trabajar en una mina es algo muy diferente a lo que en el distrito de Ocotlán se acostumbra. Ante un panorama ecológico y político cada vez más desolador en el campo, y un alto grado de rezago educativo, no son muchas las opciones que se tienen para acceder a una calidad de vida digna. En este sentido, tanto la migración como la mina aparecen como posibilidades inmediatas de solucionar una carencia económica cada vez más aguda.

Necesidad podría ser la palabra que mejor describa los motivos por los que alguien acepta un empleo como estos. Históricamente, la necesidad siempre ha hecho mancuerna con el sacrificio, un circulo vicioso en el que la necesidad del cuerpo es satisfecha con el sacrificio del mismo, como si el capitalismo provocara un canibalismo inconsciente.

No podemos asegurar que todos los que solicitan trabajo en la mina están plenamente conscientes de los riesgos, un tema como este no se puede reducir a lo absurdo. Tampoco se puede afirmar lo contrario, puesto que lo primero que hay que hacer antes de entrar, luego de haber pasado las pruebas médicas pertinentes, es firmar un extenso contrato donde se explica de manera detallada todos los riesgos que este trabajo conlleva.

Las condiciones de trabajo

Todos los que ingresan a la mina aspiran a ser operador de un equipo, o por lo menos ayudante de. La razón es el salario, pues comentan los entrevistados que un obrero puede llevarse hasta 20 mil pesos a la semana, dependiendo de la cantidad de trabajo efectivo que se realice. Un operador barrena dos frentes que al cargar con explosivos por la noche y, al otro día al ser detonados, si salen efectivos por cada trueno se lleva aproximadamente 1500 pesos, si son dos serían 3 mil pesos en un solo día, más su sueldo base de semana. De este bono el ayudante se lleva la mitad. Por esto, los días en que el equipo para trabajar no se reporta disponible, incluso causa conflictos entre trabajadores, por perder la posibilidad de generar ese ingreso.

El precio de este salario son las condiciones de trabajo. A pesar de que se cuenta con el equipo de protección necesario, los operadores encargados del rezagado se enfrentan al riesgo de padecer silicosis, que es una enfermedad pulmonar patológica ocasionada por inhalar sílice, lo que provoca un depósito de polvo en los pulmones. Uno de los entrevistados refirió sufrir esta enfermedad y detalló que la vida cambia para siempre, ya que no puede realizar ningún esfuerzo físico que agite su respiración, lo que es un impedimento para realizar ciertos deportes o acceder a ciertos trabajos.

Los operadores de barrenado se enfrentan constantemente a problemas auditivos. Además, todos están expuestos a un derrumbe o accidentes con maquinaria. Todos sufren cambios bruscos de temperatura, y trabajan con poca visibilidad, lo que deriva en problemas óseos y visuales respectivamente. La cercanía al plomo es quizá el mayor riesgo, uno de los entrevistados piensa que esto es la causa de hemorragias nasales que de pronto presentaba sin razón aparente, sin embargo, se sabe que las consecuencias en el cuerpo humano pueden ser mucho más graves e irreversibles.

Todos son colaboradores, pero unos más que otros

Dos comedores, dos campamentos, incluso dos baños, dos condiciones laborales totalmente distintas conviven dentro de la mina. Por un lado, están los que se conocen como “administrativos”, y por otro lado están los trabajadores generales, la raza, o la perrada como también se conoce dentro de las instalaciones. Mientras que los administrativos se mueven en camioneta con aire acondicionado, se le proporcionan pantalones de mezclilla e incluso calzado, al trabajador normal se le da un overol, casco, lentes, lampara, y un contrato de trabajo que se renueva cada tres meses dependiendo de los resultados médicos.

La causa de despido

Este análisis médico anual se realiza con empresas específicas con las cuales la empresa tiene convenio. Los resultados se envían directamente a la mina por lo que el trabajador no tiene acceso a ellos en ningún momento del proceso. A pesar de que son definitorios para la permanecía del empleado, ya que si estos no resultan favorables el contrato simplemente no se renueva. Un círculo vicioso como el ciclo minado, donde las condiciones laborales enferman al trabajador y luego éste es despedido por estar enfermo.

Epílogo

En estos casos no se puede considerar a la libertad como un parámetro para establecer culpas, no se puede decir que se obliga a nadie a firmar, porque no son motivos individuales sino causas estructurales aquello que orilla a un campesino a dejar de trabajar la tierra, o a un estudiante a dejar la escuela, o a que un trabajador ingrese a la mina.

El anzuelo está lanzado a través del rumor perpetuo de que en la mina están contratando, y que pagan bien. No importa que esto se haya dicho hace 9 años, hace un mes, o apenas ayer, todavía están contratando. Existe también el rumor de que la gente que entra a trabajar ahí se enferma, no importa si esto se haya dicho hace 9 años, hace un mes, o apenas ayer, todavía la gente se sigue enfermando. •