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Ancira y el amanuense // Regresan a Cienfuegos

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▲ Alonso Ancira, aún presidente de Altos Hornos de México, concedió una entrevista en la que asegura que fue un error no aportar dinero a la campaña del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador. Ceder capital a lo mejor hubiera suavizado o pavimentado muchas cosas, aseguró el empresario.Foto Afp
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esesperado, el mafiosi Alonso Ancira Elizondo –aún presidente de la otrora paraestatal Altos Hornos de México– intenta de todo para evitar –sin posibilidad alguna– los dos siguientes pasos en su vida: a) que España lo entregue al gobierno mexicano (ahora está preso en aquella nación y la Audiencia Nacional ya autorizó la extradición del susodicho) y b) que este, inmediatamente, lo deposite en alguna de las cárceles del país. Y en su desgracia el empresario recurre a una de las fichas más achicharradas de la prensa nacional, con obvio trastorno obsesivo compulsivo (TOC), para que defienda su causa.

Resulta que, amanuense de por medio, el mafiosi Ancira asegura que uno de sus errores fue no haber metido dinero a la campaña electoral de Andrés Manuel, porque eso a lo mejor hubiera suavizado o pavimentado muchas cosas. Eso sí, de sus transas –que son muchísimas– no dijo una sola palabra, ni el escribano se tomó la molestia de preguntar. Entrevista a modo.

Tal declaración fue comentada por el presidente López Obrador en la mañanera de ayer: “llegué aquí por el apoyo de los mexicanos, por el apoyo del pueblo, no me apoyaron grupos de intereses creados. No me apoyó la oligarquía, sino el pueblo. Entonces, tiene razón (Ancira) en lo que plantea: él no me apoyó, cómo me va a apoyar, si yo antes de la elección ya lo estaba denunciando porque vendió una planta (Agronitrogenados) que era pública y luego llegó a sus manos y, convertida en chatarra, la vendió en 200 millones de dólares más de su costo real, y esto es parte del juicio del señor Lozoya… Él simpatizaba, y era lógico, con el Prian, porque fue bien atendido durante mucho tiempo desde la época de Salinas de Gortari. Entonces, él es beneficiario del régimen que nosotros combatimos, el de la corrupción”.

Pero más allá de esos comentarios, el mandatario recordó que así como entrega los bancos y otras empresas (del Estado), Salinas privatiza también Fertimex y estas plantas van a particulares; Agronitrogenados se la da a un cercano del que fue gobernador de Coahuila (Rogelio Montemayor Seguy) y éste se la entrega a Ancira. Pasa el tiempo y considera que la planta no era negocio; la detiene 15, 16 años, y se decide en el gobierno (de EPN) comprarla, o sea, porque así son, cuando les conviene son privatizadores, y también cuando les conviene son estatistas. La verdad que todo es el dinero.

(Por cierto, antes de la privatización de Fertimex –que no era estratégica ni prioritaria, según Salinas de Gortari– México era autosuficiente en fertilizantes; ahora, importa alrededor de 80 por ciento).

López Obrador continuó con la historia: (en el gobierno de EPN) deciden comprar (Agronitrogenados), hacen un avalúo y entonces la planta valía 150 millones de dólares, cuando mucho; estaba en ruinas; si acaso lo que valía era el terreno y el muelle; hay quienes hablan de que el valor era de 50 millones, cuando mucho; hacen un avalúo a modo y terminan pagando 370 millones de dólares, 200 millones más, según la auditoría de la Cámara de Diputado. Entonces, todo un fraude, un atraco.

Para dar una idea de la magnitud del asalto, en 1991 Alonso Ancira y su socio Xavier Autrey (comprador, también, del Banco Comermex, rescatado por el Fobaproa) pagaron –se supone– 145 millones de dólares por la adquisición de Altos Hornos de México y 11 empresas más, todas ellas vendidas a un precio inferior a su valor real. Eran los tiempos de la piñata privatizadora (AMLO dixit).

Pero, ahora Ancira –vía amanuense– asegura que está enchiquerado por no meter dinero a la campaña de López Obrador. Ajá.

Las rebanadas del pastel

El gobierno de Estados Unidos quiere regresar la pelota a México, tras retirar todos los cargos criminales en contra del general Salvador Cienfuegos, preso en aquel país acusado de narcotráfico. ¿Por qué? Bueno, porque el Departamento de Justicia es tan generoso que permite que sea investigado por autoridades mexicanas. Falta que se pronuncie la juez que lleva el caso en Nueva York, pero ¿en calidad de qué retornaría el militar a nuestro país?