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El PES, segunda temporada
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egresa con las mismas iniciales y propósitos que en su primera temporada. El reciclado Partido Encuentro Social perdió el registro en las elecciones de 2018, por no haber alcanzado el porcentaje mínimo que le habría permitido permanecer en el abanico electoral. Con las mismas iniciales y un ligero cambio en el significado de la última, hoy es Partido Encuentro Solidario, tiene como meta levantar sufragios entre la creciente población evangélica y no le suceda lo de la primera temporada.

En las elecciones de 2015 el PES obtuvo ocho diputaciones federales. Fue resultado de haberse presentado como partido de inspiración evangélica, lema que se difundió eficazmente entre las comunidades religiosas adscritas a la confesión objetivo. Fue allí donde más estuvo laborando para cosechar votos en las elecciones del 7 de junio del año mencionado. Encuentro Social logró que liderazgos, sobre todo neoevangélicos, transmitieran eficazmente que la organización promovería los valores bíblicos desde las posiciones de representación popular.

Para posicionarse de manera importante entre el electorado evangélico, desde el inicio el PES fue pensado para ganarse la simpatía y confianza de tal sector de la población. Por eso el nombre y logo inicial de la organización evocaban un acrónimo de un vocablo griego ( icthus, literalmente pez), cuya primera letra de cada palabra dieron pie a una confesión del cristianismo primitivo: Iesous Xristos Theou Yios Sotare, cuya transliteración al español es Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Salvador (https://bit.ly/2F3CfG5). Por lo cual PES funciona como un código que entiende bien un muy amplio sector del pueblo evangélico, que tiene como símbolo de su fe al pez de la Iglesia primitiva, incluso más que a la cruz.

Desde que en 2001 el PES original obtuvo registro en Baja California hasta 2108 hizo alianzas electorales prácticamente con todo el espectro partidista del país. Lo mismo ha ido con el PRI que con Nueva Alianza, Convergencia y el conservador Partido Acción Nacional. Con este último, en 2006, la directiva pesista, observó con agudeza Luis Hernández Navarro, viró radicalmente en sus alianzas y convino un acuerdo electoral con los adversarios ideológicos del cristianismo evangélico mexicano. El 28 de febrero de 2006 se anunció el pacto con el Partido Acción Nacional para apoyar la candidatura [a la Presidencia de la República] de Felipe Calderón (http://www.jornada.unam.mx/2007/12/24/index.php?section=opinion&article=010a1pol). ¿Qué pensarán ahora en el neo-PES de la forma en qué Calderón se hizo del poder presidencial, lo ejerció y los catastróficos resultados de su sexenio?

Hugo Eric Flores Cervantes, líder/fundador del PES, estuvo solamente seis meses (de diciembre de 2006 a junio de 2007) como oficial mayor de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales. Su salida fue, por decir lo menos, un tanto accidentada. Tiempo después pudo recolocarse y fue parte del equipo de Marcelo Ebrard como director general en la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal.

En las elecciones de 2018 el PES apoyó la candidatura de Andrés Manuel López Obrador. Dado el amplísimo margen con el cual AMLO ganó la Presidencia de la República, con 53 por ciento de los sufragios y más del doble de lo obtenido por el segundo lugar (Ricardo Anaya, con 22.27 por ciento), fue más lo que él aportó al PES que éste al triunfador indiscutible de la jornada electoral.

En términos porcentuales al PES le fue peor que en las elecciones federales de 2015 para diputados. Entonces obtuvo un millón 325 mil 447 votos, 3.5 por ciento de las preferencias electorales. En 2018 la ciudadanía que votó en el casillero respectivo a la Presidencia del país por el PES alcanzó un millón 530 mil 101 votos (2.7 por ciento). En cuanto a diputados federales, Encuentro Social obtuvo un millón 353 mil 941 votos –2.4 por ciento– (https://bit.ly/3bFvxBL). Tampoco en votación para senadores el PES llegó a 3 por ciento. ¿Qué pasó, por qué el electorado natural (protestantes/evangélicos) del PES no le otorgó el sufragio en el porcentaje esperado y hasta celebrado anticipadamente por los pesistas? ¿No acaso en la negociación con Andrés Manuel López Obrador el liderazgo del PES calculó (¿acaso prometió?) que le aportaría por lo menos 2 o 3 millones de votos?

El PES pudo recuperar el registro que antes ostentó con la S de Social. Sus cuadros no son exclusivamente evangélicos, pero sí buena parte de quienes los conforman pertenecen a tal confesión. Consideran parte toral de su agenda impulsar principios valorativos/identitarios dominantes en el protestantismo evangélico, sobre todo en el sector de perfil constatiniano, y van a continuar buscando redefinir la laicidad del Estado para hacerlo, desde su punto de vista, menos restrictivo. ¿Será capaz de mantener el registro después de las elecciones de 2021?